Las Prioridades de la Agenda Nacional

*Relegadas y en la Práctica Está Hecha un Real Infortunio

*No se Entiende la Estrategia Gubernamental de Crear Distractores

*Además Cortinas de Humo y Desperdicio de Recursos

*Remate: el Ejecutivo Dedica una Hora al que Aspiró a la Presidencia

Por Ezequiel Gaytán

Me queda claro que la agenda nacional es un convencionalismo o un listado de asuntos que gobierno y sociedad debemos atender conjuntamente a fin de mejorar la calidad de vida de la población. Se trata de una agenda con dos grandes apartados. El primero se refiere a los temas que preocupan y ocupan al gobierno y los organiza en asuntos políticos, económicos, jurídicos, sociales y administrativos. El segundo apartado es de la sociedad. Se trata de algo amorfo, coyuntural y usualmente se centra en demandas y necesidades sociales. La suma de las agendas de gobierno y de la heterogénea sociedad son lo que denominamos la agenda nacional.

La agenda gubernamental se basa por un lado en los diagnósticos obtenidos en las campañas políticas. De ahí que el partido político triunfador elabore un primer borrador de lo que habrá de ser su plan de gobierno. El cual se amplía, por el otro lado, en la medida en que las comisiones de transición empiezan a operar y se incluyen los asuntos políticos y comerciales de la política exterior. Es una agenda que se pule y decanta a fin de que se plasme en el Plan Nacional de Desarrollo, el cual es la base de proyección del gobierno en acción. Posteriormente, esa agenda se materializa en programas sectoriales de trabajo y su propósito es solucionar los problemas.

Por su parte, la agenda social se deriva de las manifestaciones y reclamos que la sociedad hace al gobierno y que la prensa recoge, así como las redes sociales. Se trata de temas, usualmente vinculados con la ineficacia y corrupción de la Administración pública cuando es incapaz de proporcionar los bienes y servicios vinculados con la electricidad, el agua potable, la salud, la educación, la vivienda, las comunicaciones y transportes y la inseguridad pública, sólo por mencionar algunos. De ahí que se trata de una agenda que se suma a la gubernamental y la suma de ambas originan la agenda nacional.

Lo importante de esa agenda es que, además, está vinculada con la capacidad de operación de los servidores públicos, del óptimo manejo de los recursos financieros y materiales y de la pulcritud en la prestación de los servicios  y la creación de bienes. En otras palabras, la agenda nacional va más allá de lo tangible y debe avocarse a lo intangible, como es la calidad, la congruencia con el Derecho Administrativo, el respeto a los Derechos Humanos, la oportunidad y la prevención y combate a la corrupción. Consecuentemente la agenda nacional debe concebir y definir las destrezas y tácticas de operación y, sobre todo, distinguir lo urgente de lo necesario, así como lo estratégico de lo prioritario.

La actual administración sostiene que el principal problema nacional es la corrupción y que esa es su prioridad. Para lo cual argumenta la plena voluntad política del presidente de la República, el apoyo decidido al Programa Nacional de Combate a la Corrupción y la Impunidad, y de Mejora de la Gestión Pública 2019-2024. Además de que se fortalecieron las atribuciones de la Secretaría de la Función Pública. Lo cual es totalmente plausible. Consecuentemente, la agenda nacional recoge una demanda social seria, urgente, estratégica y prioritaria.

Sin embargo, además de esa necesidad y demanda social, tenemos otras como la atención a los asuntos sanitario-asistenciales, económico-financieros, laborales, educativos y de inseguridad pública. Los cuales, sin duda son atendidos, pues son también prioritarios en la agenda nacional. En otras palabras, no es posible atender un asunto y entonces proceder con el siguiente. Es necesario atender simultáneamente y con la misma prelación diversos asuntos de la agenda nacional. Ello exige una inteligente asignación de recursos, personal profesional y concentración focalizada en los mismos.

Elaborar y saber atender la agenda nacional es ordenar, organizar y resolver los problemas nacionales. Muchos de ellos difíciles y complejos. De ahí que no entiendo la estrategia gubernamental de crear tantos distractores, cortinas de humo y desperdicio de recursos con pronunciamientos y un juego frontóneo con periodistas y críticos a la actual gestión. Sinceramente no concibo que un titular del poder Ejecutivo Federal le dedique prácticamente una hora de su valioso tiempo a un individuo que aspiró y aspira a ser presidente de México. Tampoco me explico la importancia de insistir en la revocación de mandato, pues nuestro presidente fue electo por seis años. En fin, el manejo de la agenda nacional está tan aplanado por parte del gobierno que ya confunde y traslapa temas prioritarios con secundarios y eso es grave debido a que es un error de estrategia y satisfacción a las demandas y necesidades sociales. No hay lugar a dudas, nuestra agenda nacional, en la práctica, está hecha un infortunio.

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