Incertidumbre Política y Económica, Provocan Fuga de Capitales

*Los Pronunciamientos Ilusorios Sobre un País Pleno de Beneficios

*El Ciudadano no Siente en sus Bolsillos Algún Provecho

*Inquietud por Afirmaciones Presidenciales; la Realidad Tiene Otros Datos

*Entre 2018 y 2021, Cinco Trimestres Continuos de Fugas o Retiros

*Y se Profundiza el Recelo Para Mantener Títulos de Deuda

*Seguirá el Maiceo con Programas Sociales, Pero el Erario no da Para más

Por Alfredo Mejía Montoya

Mientras por un lado en el centro de información y provocación de palacio nacional, todas las mañanas excepto cuando se lo impiden, se escuchan aseveraciones con motivo del tercer informe presidencial a que obliga la Carta Magna, en el sentido de que la economía se está recuperando, que está creciendo, que los empleos se multiplican, que el salario se incrementó en porcentajes nunca vistos en los últimos treinta años, que subirá más,  que los hospitales están abastecidos de insumos de curación y medicinas, que los servicios de salud abarcan a toda la población, que no ha habido gasolinazos, ni subirá más la gasolina, que la inseguridad ha disminuido, que ya no se exportará más crudo de PEMEX, que habrá mayor bienestar para la población, etc…

Y por otro lado, en el contexto actual, no hubo afirmaciones o adjetivos que no es dable ocultar, aunque no los mencione, pero están presentes en los índices oficiales y privados, como lo es el del desempleo que impera desde antes de la pandemia agudizándose en la misma; la carestía y el alza de bienes y servicios; de la inflación a 5.8 al 31 de julio, interna e importada al depender el mercado interno de bienes de procedencia extranjera que trae aparejada la inflación global por pandemia; el incremento financiero de la deuda pública; la caída en términos reales del salario; el incremento de los precios públicos; el alza al servicio de energía eléctrica al igual que de la gasolina; la migración de los trabajadores de outsoursing a patrones reales con salarios menores y la pérdida de contratos de miles de ellos; la perjudicial y ya constante fuga de capitales.

Y escuchamos en el contexto del informe de López Obrador, el pronunciamiento de una situación del país llena de beneficios, que no se notan, que no percibe la mayoría de la población, porque no se sienten en los bolsillos del ciudadano, ni siquiera de aquellos que reciben sus becas, tandas y apoyos de los programas prioritarios del gobierno federal, ni en las nóminas y cajas registradoras de las empresas. Probablemente en materia de recaudación tributaria sí se percibe, por el impuesto al valor agregado causado al 16% al gastar todo el dinero público que se les reparte, según como redistribución de la riqueza, que ideas las del inquilino de palacio, regala para recaudar y en términos reales solo gastan para su beneficio el 86.2 % de cada peso.

Este tipo de afirmaciones por parte del presidente, ocasionan incertidumbre, porque la realidad es otra, y con otros datos.

La Fuga de Capitales tema intocado, los inversionistas y empresarios perciben un gran riesgo por la evolución del Covid-19 que se está afrontando sin estrategia responsable y la inflación sin control, por lo que se ha propiciado una salida histórica de capitales financieros de México entre 2020 y los primeros meses de 2021, que ya trasciende en la política monetaria y económica del país.

Datos oficiales del Banco de México (BM) reportan que la salida de inversión extranjera de cartera de capitales extranjeros durante 2020 fue un total de 15,342 mdd incluyendo la de capitales de valores del gobierno de México, siendo la más grande de la que se tenga registro, de 255 mil 372 mdp al 24 de diciembre 2020. 11.9% arriba respecto al cierre del 2019. La segunda mayor salida registrada se dio en 1995, durante la crisis del efecto Tequila con 83,507 mdp, y otra menos sensible en 2016 con 20,612 mdp.

El Instituto financiero BM, todavía autónomo, precisó que las salidas de capital del país han sido ocasionadas por tres causas imponderables:

(1) Un mayor riesgo país sobre México;

(2) la incertidumbre del manejo del SARS-CoV-2 (Covid-19) y;

(3) Tasas de interés mayores en otras economías y mejor certidumbre en reglas de inversión en infraestructura, financieras y monetarias.

La salida de capitales del primer trimestre de 2021, BM reporta 106,550 mdp, que significaron un -5.63 % del total. Sin embargo, al considerar los últimos 12 meses la fuga de capitales financieros extranjeros fue de 234,046 mdp, que equivale a un grave retroceso de 11.59 %.  Aquí es importante señalar que dicha salida ha sido la segunda mayor en la historia, lo que ha ocasionado que la tenencia de valores gubernamentales se encuentre en su menor nivel para un trimestre igual desde 2010.

Ya en el segundo trimestre 2021, la salida de inversión de cartera anota el BM que fue de 6,621 mdd. llegando con este a cinco trimestres seguidos de fuga de capitales, situación que no se había visto en más de 30 años; este comportamiento refleja la sensibilidad que prevalece entre los inversionistas y empresarios de las decisiones de López Obrador en su mandato, en la que no respeta las reglas del juego con las que entraron los capitales al país.

Veamos los registros por trimestres del Banco de México respecto de la Inversión Extranjera en Cartera en lo que va de esta administración en millones de dólares2018 IV/t (+1,597) un mes +532.3; 2019 I/t +9,003, II/t -3,257, III/t +1,702, IV/t -3,052; 2020 I/t +609, II/t -6,214, III/t -1,485, IV/t -1,741; 2021 I/t -5,952, II/t -6,621.

La Balanza del BM por el periodo Dic/2018 a Jun/2021 es de: entradas (+) 11,846.3 MDD y Salidas (-) 28,322.0 MDD. Con 5 trimestres seguidos de fugas o retiro de capital.

La administración de López Obrador lleva un déficit en este rubro de 16,475.7 MDD esto es un déficit de 329,514’000,000.00 MDP que han salido por las causas mencionadas, y en ninguna parte de su informe del 1º de septiembre pasado lo mencionó como un HECHO y no PALABRAS. Ni las acciones que se tomaron para evitar este desastre.

En ese tenor, el riesgo por las políticas económicas, la lenta recuperación; las presiones inflacionarias y la expectativa de que el Banco de México seguirá subiendo su tasa de interés generando dinero caro, la incertidumbre de que el BM pierda su autonomía al llegar un incondicional del presidente Andrés Manuel López Obrador a la gobernación del Banco Central, profundizan la incertidumbre para mantener títulos de deuda.

Si bien en el entorno, no se vislumbran cambios prácticos ni dogmáticos, las consecuencias de los conceptos de crisis, carestía, desempleo, inflación, alza de las gasolinas, más fugas de capitales, serán funestas, tan solo en materia laboral se advierte que la inflación es un factor para las unidades económicas de producción, que se encuentran negociando salarios en sus contratos colectivos de trabajo, ya que el índice inflacionario de 5.8% a julio 2021, y la tendencia no es reversible si continúan las mismas políticas de los otros datos. Tan solo en 2021 se han resuelto más de dos mil ochocientas revisiones salariales que involucraron a casi un millón de trabajadores, que si bien tuvieron incrementos promedio de 4.7% en términos nominales, en términos reales fue del -0.2%, por lo que el salario se pulverizó con el impuesto llamado inflación, afectando a la población que menos tiene y más vulnerable del país, la que supuestamente tanto le interesa al inquilino de palacio y que en realidad su objetivo es que sigan así, para seguirlos maiceando con sus programas sociales prioritarios a cargo del erario federal, el cual, ya no da para más.

Precisamente, porque dar bienestar sin proyectos sustentables o de crear infraestructuras que generen empleos, salarios, arraigo regional y de residencia, crecimiento y desarrollo, es mandar dinero a un fondo perdido, porque nunca se recuperarán los costos. Y los ciudadanos que no reciben apoyos, quedan en franca desigualdad respecto de la redistribución de la riqueza del dinero público que hace el gobierno federal.

a2m8m@yahoo.com.mx

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