Por Jesús Michel Narváez
Una nación que desde sus inicios estableció la separación de poderes para convertirlos en equilibrios por cuanto a lo que les beneficia a sus habitantes, no puede vivir un tiempo en el que los TRES PODERES DE LA UNIÓN son pretendidos por el PODER DE LOS PODERES.
La expresión del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, es para reflexionar: “Tenemos la misma finalidad y estamos del mismo lado, tenemos funciones y responsabilidades distintas, pero no contrapuestas”.
Una respuesta al almirante Rafael Ojeda, secretario de Marina, por aquella frase desafortunada: “Parece que el enemigo lo tenemos en el Poder Judicial”.
La inquietud que surge tiene su razón de ser.
Porque los Poderes, la Independencia y Autonomía de cada uno de los TRES, no necesariamente tienen que contar con la misma visión, estar del “mismo lado”.
Se trata de ejercer con LIBERTAD las responsabilidades que cada cual tiene y le confiere la Constitución.
Estar del mismo lado sería tanto como obedecer lo que el Presidente de la República quiere que se haga.
Estar del mismo lado es someterse ciegamente abandonando el deber.
Estar del mismo lado es avalar las tropelías contra la Ley que ejerce el Presidente de la República.
Estar del mismo lado con las fuerzas castrenses, implica que todos tienen la misma finalidad, como lo reconoce el propio ministro Zaldívar.
No, señor ministro, no debe estar del mismo lado porque usted, junto con los otros 10 ministros -3 mujeres- tienen el compromiso de evitar que las leyes se violenten, que los ciudadanos sean afectados por decisiones arbitrarias y que prevalezca el ESTADO DE DERECHO.
El amparo no es una dádiva. Es la forma de frenar el abuso de poder.
Por lo tanto, Usted no puede estar del mismo lado.
Preocupante que el Poder Judicial de la Federación transite por el camino que lo llevará a la cooptación por parte del Ejecutivo federal y con ello un SOLO HOMBRE detente el PODER DE LOS PODERES.
El presidente afirma, de dientes para afuera, que es respetuoso de la LEY, lo cual es totalmente falso. Sostiene que es un demócrata. Habla de que no tiene injerencia en el Congreso de la Unión, lo cual es otra mentira. Ahí se intenta cumplir lo que ordena. Por fortuna, hay un bloque opositor que ha frenado iniciativas y periodos extraordinarios que no tienen otro fin que fortalecer al huésped temporal de Palacio Nacional.
En lo personal no me queda clara la postura del ministro Zaldívar. Juega a la institucionalidad y al mismo tiempo, está “del mismo lado”.
No quiero hacer señalamientos a bote pronto empero, por sus palabras pareciera que está decidido a entregar la independencia del Poder Judicial de la Federación para, ciertamente, mostrar que “está del mismo lado”.
Sus palabras, públicas, generan la incertidumbre. ¿Obedece las órdenes de las fuerzas castrenses?… ¿el presidente López manda en la Corte?…
No ha salido a defender a sus compañeros de carrera ante las acusaciones de que el “poder judicial está podrido” y ha dejado que desde Palacio Nacional o con el micrófono que utiliza en las giras, mantenga la descalificación general.
De verdad, señor ministro ¿está del mismo lado?
Entonces, no está de mi lado ni al lado de millones de mexicanos que han sido afectados por la imposición de normas y la toma de decisiones divisorias.
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