Por Jesús Michel Narváez
Sin duda, el presidente López cumple sus promesas. Dijo siempre: “por el bien de todos, primero los pobres”.
Y vaya que ha cumplido: logró que en dos años creciera el número de pobres que pasó de 51.9 a 55.7 millones.
Y para que la cuña apriete, los ubicados en extrema pobreza no se quedaron atrás. Al cierre de 2018 se tenían registrados 8.7 millones de personas y a finales de 2020 ya alcanzaron los 10.8
¡Que nadie se queje… la pobreza es para todos!
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) un organismo del Estado, no del gobierno federal, dio a conocer su informe de dos años y la 4t no sale bien librada.
No solamente en pobreza hay aumento. También en materia de salud, hay déficit.
El organismo desveló que el porcentaje de población sin acceso a servicios de salud pasó de 16.2 por ciento a 28.2. Nada más 12 puntos de aumento.
La desaparición del Seguro Popular y el nacimiento defectuoso del Instituto de Salud para el Bienestar, ha dejado 15.6 millones sin acceso a la salud.
Claro que cumple el presidente: ¡primero los pobres!
Su mística es no cambiarlos de régimen, sino que los que tienen se sumen a los que nada tienen.
Con este devastador informe, es obligado preguntar: ¿dónde están los billones de pesos gastados en 2 años 8 meses para apoyar a los pobres?
La interrogante es válida en virtud de la opacidad con la que se han manejado los recursos públicos destinados a los programas sociales.
José Nabor Cruz Marcelo, secretario ejecutivo del Coneval, informó este jueves que con base en los resultados de la ‘Medición multidimensional de la pobreza en México 2018-2020′, difundió el informe y en Palacio Nacional hubo silencio.
Según el presidente, porque lo dice él, la corrupción se acabó, los apoyos se entregan directamente sin “intermediarios ni moches” y los beneficiarios tienen más dinero para comprar alimentos y medicinas.
(En ambos casos habría que señalar: cuando encuentren alguno de ellos).
Los gobiernos neoliberales, los que robaron, saquearon al país y se hicieron ricos, con sus programas desde la Secretaría de Desarrollo Social, hoy de Bienestar, si bien pudieron hacer más redujeron la pobreza. No merecen aplausos. Quizá, como decía el anterior secretario ejecutivo de Coneval, Gonzalo Hernández Licona, por la burocracia de cada peso destinado a los apoyos el beneficiario recibe 20 centavos. (Nunca acusó de desvío de recursos. Solo mencionaba la extensa burocracia). Sin embargo, redujeron el número de personas em extrema pobreza. Algo lograron.
Ahora hay retroceso. Una muestra más de que todo se hace por la voluntad del señor porque nadie le pide cuentas y a nadie se las rinde.
Cuando la Auditoría Superior de la Federación publicó que miles de millones de pesos destinados a los programas sociales se encontraban “bajo observación”, en el gobierno federal lanzaron sus misiles en contra del titular, David Colmenares Páramo, a quien incluso pretendió relevar.
Para que no se diga que en Punto de Vista y Misión Política mentimos, las cifras escritas aquí son oficiales del Coneval. Si no son reales, el que miente es el organismo encargado de evaluar la política social.
Por cierto ¿hay una política social?
Con los billones gastados, presuntamente en ese rubro, algo debió mejorar y no empeorar.
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