Por Alberto F. Mena Mallen
Desde que comenzó la pandemia, el gobierno tabasqueño cuatroteísta -por eso de que un solo hombre lo encabeza-, ha cometido un sinfín de errores que nos han llevado a ser uno de los países con más muertes en el mundo y uno de los que encabezan la lista de los fallecidos en el sector salud. Y ahora una tercera ola del coronavirus amenaza a los mexicanos a ser contagiados, particularmente aquellos que no están vacunados, los más jóvenes.
Hay una larga lista de tumbos y brincos que se siguen presentando como el hecho de que la 4T no ha querido soltar la chamba de la vacunación a nivel nacional, quizá por el temor de que se cometan una serie de arbitrariedades, que nadie duda de que los malandrines -unos de ellos, empleados públicos mal pagados y que buscan caminos para mejorar sus ingresos-, andan en busca de recovecos para cometer tropelía y media, ya sea robándose la vacunas, vendiéndolas al mejor postor y traficando con el dolor humano al por mayor.
Prefirió el gobierno morenista apoyarse en un equipo de promotores del voto, -los “Servidores de la Nación”-, con el auxilio de dependencias oficiales, como la secretaría de Salud, Marina, Defensa y la Guardia Nacional, en vez de buscar la ayuda del equipo que por años se ha encargado de vacunar a la población, tanto en el IMSS, el ISSSTE, como en los hospitales públicos, aparte de que a los privados se les permitía aplicar dichos productos. Muchos Estados y municipios quedaron fuera de esta tarea.
Pero no… usó un camino nuevo que hasta la fecha no ha permitido avanzar como se hubiese deseado, la vacunación ha sido lenta y lo que apura es que mientras más contagios se den, mayor es el porcentaje de que el virus mute varias veces, con el desconocimiento de lo que pueda provocar entre la población.
Así la variante Delta ya está generando que en los Estados Unidos busquen de nuevo el uso obligatorio de los cubrebocas, porque ya no ven lo duro, sino lo tupido. Por ejemplo, en San Antonio, a donde van muchos mexicanos a vacunarse, comentaron que son muy pocos los que usan las mascarillas, -como ellos llaman al cubrebocas-, y andan como si no hubiese existido la pandemia. Ya existe una quinta ola en Europa.
Lo del asunto de la dotación de medicamentos para niños con cáncer, luego de meses y meses y de reiteradas ocasiones que tanto el propio presidente de la República, como autoridades de salud afirman y recontra afirman que ya hay en existencia, porque han entregado estos medicamentos a los Estados, pero las reuniones con los papás de dichos niños continúan, así como las manifestaciones para exigir que se cumpla con tantas promesas que se emiten, pero que no son respetadas. Se dijo que ya se habían entregado, pero en muchos lugares no han sido suficientes.
Así como estas promesas que vuelan por los aires -como el polvo del Sahara que llega a muchas partes del planeta-, así están las relacionadas con la seguridad nacional y la seguridad pública a la que sólo se le escuchan con frecuencia entre los funcionarios encargados de resolver esta problemática, minimizándola, pero que en la realidad la viven miles de familias en el territorio nacional. Son contrastes.
Los programas de noticias de la televisión, por ejemplo, ya parecen de nota roja, por tantas que se transmiten de robos a transeúntes, a automovilistas, a casas, por homicidios y feminicidios, así como por extorsiones, y por el combate a la corrupción que hasta la fecha queda en los deseos presidenciales y de sus allegados, a los que premian con candidaturas. Ya se habla de que el fiscal general de la República, debe renunciar al cargo -no se le puede correr-, porque la lentitud en el manejo de los casos contra la corrupción va más despacio que las tortugas, lo que ha generado sospechas entre varios sectores.
Somos un país con muchas riquezas que se han desperdiciado por gobiernos que solo buscan su beneficio personal y desgraciadamente hasta la fecha no han existido quienes deseen su explotación con un sentido más social, solo se ha buscado que los ricos se hagan más ricos y los pobres, más pobres, y es por ello que la actual administración busca modificar todos los parámetros que han existido, pero lo ha hecho mal y ello se comprueba con los exiguos resultados que se tienen en diversas ramas, lo que ha provocado malestar entre la población, particularmente la afectada. Dejemos de lado a aquellos que se han beneficiado con las políticas neoliberales, muchos de ellos afectados de diferentes maneras, pero que están entendiendo que ya las cosas cambiaron.
Pero hasta la fecha seguimos igual, en las mismas, las promesas presidenciales y morenistas siguen sin avanzar, particularmente lo relacionado al combate a la corrupción, al desempleo, a la inflación, a los abusos de poder, a la falta de transparencia, al amiguismo, aunque todo esto se niegue, con otros datos, desde el púlpito de las mañaneras.
No han podido avanzar, por utilizar procedimientos atrasados, rudimentarios, hechos a la medida de los morenistas, -tal vez la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum ha avanzado un poco-, han dejado de lado las nuevas tecnologías, la utilización del internet que agiliza trámites, que reduce tiempos, y como van, al parecer no lo harán en esta administración por tantos problemas que se generan al interior del gobierno y por eso, seguimos en las mismas.