La Madrastra España: Tres Declaraciones Desafortunadas

Las Revueltas de Silvestre

Por Silvestre Villegas Revueltas

La semana pasada Isabel Díaz Ayuso, presidenta de Madrid, José María Aznar, expresidente de España y el partido Vox declararon respectivamente que el indigenismo en América Latina era una nueva especie de comunismo, que los nombres y apellidos de AMLO no eran “aztecas” (sic) o mayas, y que el periplo de la conquista durante el siglo XVI vino a LIBERAR a los indígenas. Las tres aseveraciones de políticos de la derecha española reflejan una alta dosis de ignorancia histórica y, sobre todo, como a finales del siglo XIX, a los españoles en Hispanoamérica se les vuelve a olvidar que ya no son imperio -aunque ahora a partir de sus bancos y otras compañías como Iberdrola- siguen sacando la plata americana. El de ayer y el actual altanerismo español explica que debido a tales visiones histórico/sociales sobre Hispanoamérica se entienda el por qué a nivel continental se experimentó un movimiento de independencia que, ese sí, era la aspiración de una liberad continental frente a la península. Asimismo, la prepotencia española igualmente esclarece que de aquellos años (1820) a la actualidad no existiera, ni existe entre España y las repúblicas americanas una especie de Commonwealth como el que tiene la Gran Bretaña con sus excolonias. Por último, diversos políticos mexicanos de los siglos XIX y XXI, empleados de giros comerciales en manos de españoles, refugiados españoles en la república coincidieron en señalar que los gobiernos de España y muchos de sus nacionales se habían comportado y se comportaban, no como entes de una madre generosa sino con la violencia y malos modos de una madrastra.

Vamos a tratar de explicar en qué consisten los tres errores que a nuestro juicio expresaron dichas personas. Comenzaremos con la declaración del partido Vox, que, dicho sea de paso, y señalado por españoles que viven y votan en la península, semejante agrupación política se sube y aprovecha cualquier tema o discusión álgida que le permita estar permanentemente en los reflectores de la opinión pública. Cuando aquellos señalaron que en el caso “mejicano” la conquista acaudillada por Hernán Cortés liberó a los indígenas de las garras del imperio azteca, es una interpretación sesgada producto de la actual discusión en México/ y de los mexicanistas-revisionistas, acerca de que quienes realmente hicieron la conquista fueron los tlaxcaltecas y otros pueblos mesoamericanos enemigos de los mexicas. Lo último sí sucedió en lo inmediato a la caída de Tenochtitlán y la conquista de “tierra adentro”, entre 1521 y los años de 1560, pero a la vuelta del siglo XVII y a pesar de la Legislación de Indios, éstos ya eran los perdedores en el mundo de la Nueva España, o en el virreinato del Perú, la capitanía general de Guatemala o el inmenso Brasil. En el orden social novohispano como al sur del virreinato, los indios estuvieron en la inmensa mayoría de los casos sojuzgados, en la pobreza y esencialmente despreciados; su situación socioeconómica en 1600 como en el siglo XXI es pertenecer al segmento más rezagado por igual en los modernos México, Guatemala, Paraguay, Chile y un largo etcétera. Entonces es posible afirmar que los indios pasaron de estar sometidos al imperio mexica, a continuar siendo sojuzgados por el muy cristiano e igualmente violento imperio español, y lo peor, en tiempos republicanos la condición de los indios no mejoró sustancialmente.

Respecto al indigenismo traído por la Díaz Ayuso, el tema entre antropólogos y políticos nacionales ha revestido diversos análisis que solamente se comprenden en su momento histórico y en la coyuntura específica de cada país latinoamericano donde se desarrolla dicho movimiento. No es lo mismo el indigenismo en México que en Bolivia porque las condiciones de los indios y de ambos países son muy distintas. El indigenismo como cualquier otro ismo es una corriente ideológica que en el caso que nos ocupa pretende que se conozca, se comprenda, se enaltezca y se empodere a los indios americanos como parte integral de las sociedades nacionales americanas, desde el Canadá hasta la Argentina. El indigenismo ha sido en el pasado y es hoy en el presente una bandera de lucha en contra de las injusticias socio-económicas que viven diariamente los indios; es una postura antiimperialista, llámese frente al muy católico imperio español, frente al entreguismo de los gobiernos latinoamericanos respecto al capital estadounidense y en la actualidad, muchas luchas indígenas se libran contra compañías transnacionales lo mismo en la selva amazónica, en el istmo de Tehuantepec, que en las zonas mineras de Chile, Bolivia, etcétera. Cualquiera que haya leído medianamente los textos de Marx, Engels y sus corifeos alemanes, franceses, latinoamericanos y chinos entre otros, sabe que el indigenismo latinoamericano tiene de comunista, lo que los estadounidenses hoy tienen de sinófilos, muy poco. Pero en una mente retardataria como la de Díaz Ayuso, cualquier movimiento social o postura económica que busque el bienestar más allá de las recetas liberales, le impondrá la etiqueta de comunista, de rojo, filomarxista y populista.

Finalmente, Aznar. ¡Qué decir de su perogrullada! diría entre otros Nelson Mandela (por aquello del almirante inglés Nelson), personaje nada querido por la historia española y que en Londres tiene, quizá, la plaza más importante de la urbe británica. Martin Luther King (por aquello del reformista alemán Lutero) le hubiera dado un sermón evangélico, para ver si con éste le salían los chamucos a semejante político. Acerca de la ignorancia que tienen muchos españoles sobre la historia y el ser hispanoamericano, radica en que desde 1808 hasta el 2021 los más importantes que han desafiado al imperialismo y luego al injerencismo español han sido precisamente criollos como Iturbide, San Martín, Fidel Castro y AMLO entre otros, que por una curiosa razón le tienen una ojeriza muy profunda a la madrastra España.

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