*Busca Reducir o Eliminar los Plurinominales Para la Elección de 2024
*Conduciría a que Morena se Convirtiera en PARTIDO DE ESTADO
*López Materos Abrió la Válvula Para Darle voz a los Inconformes en 1964
*Miguel de la Madrid, Forzado a Ampliar el Número de Legisladores a 500
*Morena Construyó con PT y PES la Mayoría con Diputados con Experiencia
Por Gerardo Lavalle
Reducir el número de diputados plurinominales, no es mala idea. Ha venido reciclándose durante los tres últimos lustros. Sin embargo, reformar la Constitución para que la medida entre en vigor durante las elecciones presidenciales de 2024, es un despropósito que tiene solamente una razón de ser: que Morena se convierta en el PARTIDO DE ESTADO, en un regreso que se presumía superado y que significará un retroceso en la vida democrática.
Hay que revisar la historia y conocer cuáles fueron las causas que orillaron a Adolfo López (el López bueno) Mateos a presentar la iniciativa que creaba los diputados de partido. Desde el comienzo de su gestión, los problemas sociales se multiplicaron. Lo mismo se reprimía a los maestros que a los médicos; a los ferrocarrileros que a los estudiantes. La visión del gobierno era endurecer sus políticas para tratar de encontrar el camino que abriera la posibilidad de que en la Cámara de Diputados se escucharan las voces de quienes no compartían la forma en que se conducía el país.
Por ello y para calmar los ánimos y reencauzar los principios de la Revolución Mexicana (en ese entonces, sumamente viva) y que representó una de las acciones de mayor trascendencia en lo político -y que prevalece hasta ahora con otra nomenclatura-, consintió en la reforma a la Ley Federal Electoral en 1963, que dio entrada a la participación de las minorías en la formación de la voluntad legislativa y tuvo por objeto cambiar la imagen del autoritarismo por la de la flexibilidad en el sistema político, aunque en la realidad esto no sucediera.
En la edición de los Sentimientos de la Nación publicada por la Cámara de Diputados, se informa el fondo de la reforma.
“Con esta reforma a los procesos electorales se buscó dar muestra de una mayor apertura y flexibilidad, en un momento en el que la capacidad integradora del sistema político mexicano había empezado a ponerse a prueba. El Senado quedó al margen d esta transformación que abriría, principalmente con la posterior reforma de 1977, nuevas expectativas al quehacer parlamentario del país.
“Este sistema se aplicó por primera vez en las elecciones del 5 de julio de 1964. El PAN logró obtener veinte diputados partido; el PPS, nueve y el PARM, creado en 1957, cinco; los escaños así concedidos ascendieron a 32, es decir el 15.3% del efectivo total de la Cámara. Estas cifras se mantendrían casi inalteradas en las décadas posteriores”.
¿Qué resultó de la osada medida?
El partido dominante desde 1929, fue obligado por las circunstancias y condiciones políticas que se gestaron y virtualmente estallaron con el segundo presidente civil que registró el país a partir de la consumación del movimiento armado de 1910, mantuvo el control político, aunque cada día más representantes populares de las minorías ingresaban al Poder Legislativo.
La decisión de López Mateos tuvo también la visión de que el tiempo exigía que las oposiciones -en realidad era solamente el PAN cuya fundación en 1939 tenía por objeto tener los foros para cuestionar al partido en el poder- tuvieran voz y se iniciara la construcción de instituciones dejando atrás la de los caudillos, propuesta de Plutarco Elías Calles en su último informe de gobierno en 1928. La propuesta estaba en la mesa. Y, sin embargo, Calles se convirtió en caudillo y se autonombró el Jefe Máximo de la Revolución Mexicana.
La construcción de instituciones se puso en marcha pero el ejercicio del poder político recayó, hasta 1940, en militares. Fue el tiempo de cambiar todo para seguir igual.
López Mateos se planteó que el país podría tener voces disidentes sin que por ello fueran acalladas. Los diputados de partido se convirtieron en la válvula de escape que desalojó la presión de múltiples grupos: obreros, campesinos, empresarios, estudiantes, ferrocarrileros, entre otros.
La reforma a la Constitución y por consecuencia de la Ley Electoral, estableció un máximo de 100 diputados de partido y así se mantuvo hasta 1985. En el gobierno de Miguel de la Madrid y con Manuel Bartlett como secretario de Gobernación y al mismo tiempo presidente de la Comisión Federal Electoral, se amplió el abanico. Ya no serían 400 los diputados que conformaran la Legislatura sino 500. De ellos, 200 sería plurinominales.
¿Qué aportaron los plurinominales al sistema político mexicano?
Estabilidad.
A la Cámara de Diputados arribaron mentes brillantes, propositivas, con ideologías sólidas. Desde entonces, la Cámara de Diputados es, en efecto, la expresión democrática más representativa.
Cierto, en los tiempos pasados difícilmente ganaba una curul la oposición. Hoy el escenario muestra que los partidos políticos, por pequeños o nuevos que sea, obtienen victorias en las urnas.
Y parecería el momento de reducir o eliminar a los legisladores que no hacen campaña y se instalan en San Lázaro con las mismas prerrogativas de aquellos que ganaron gracias a sus promesas ante los electores.
Encontrar la fórmula para que todas las corrientes políticas estén representadas en el Poder Legislativo, no es tarea fácil. Pretender borrar de un plumazo todo aquello que le h servido a la Nación, no estaría en la línea de fortalecer la democracia y terminar, para siempre, con los caudillos.
Sin embargo, pretender que para las elecciones de 2024 ya no existan los plurinominales dejaría en la orfandad a todos aquellos partidos que obtienen votos, pero no los suficientes, para ser recipiendarios de una curul.
El presidente López quiere reformar la Constitución y con ello evitar que las oposiciones le hagan sombra al partido en el poder. Convertirlo en PARTIDO DE ESTADO, sería un error mayúsculo.
Los partidos que formaron la Alianza Juntos Haremos Historia: Morena, PT y PES, conformaron una mayoría calificada con los plurinominales de los tres. Por sí mismos ninguno alcanzó el número de triunfos en los distritos electorales.
¿Habría ganado López?… sin duda. ¿Habría tenido el control casi completo en el Poder Legislativo sin los plurinominales? NO.
En su obsesión -válida si se quiere aceptar- de imponer un nuevo régimen político, con tufos de autocracia y tiranía, el presidente López no quiere competencia en 2024.
Su propuesta tiene sentido para él. No para las oposiciones. Concediendo sin aceptar que la medida conllevara mayor legitimidad al Poder Legislativo, apurar el cambio para las siguientes elecciones, solo pone de manifiesto el temor por perder el poder.
Y con el pensamiento autocrático que exhibe, su meta es seguir ejerciéndolo ya sea directamente o por interpósita persona.
¿Por qué no proponer que sea en 2027 la fecha para que no haya plurinominales?
La lógica así lo pide.