Por Jesús Michel Narváez
No es ministerio público para abrir una carpeta de investigación. No es juez para someter a proceso. Y, sin embargo, actúa como tales.
Sí, el presidente López ya juzgó y sentenció a 5 de los 6 expresidentes neoliberales que gobernaron a México desde 1982.
En su mañanera lanzó las preguntas que, para su leal saber y entender -en venganzas tiene mucha sapiencia-, conforman la “carpeta de investigación” en la cual se encuentran los elementos para juzgar a los expresidentes Ernesto Zedillo Ponce de León, Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. A Miguel de la Madrid no lo incluyó… porque está muerto.
Los argumentos expuestos en 5 preguntas:
¿Por qué juzgar a Carlos Salinas de Gortari?
“Porque entregó todos los bienes a la nación a sus allegados”, aseguró el presidente.
¿Por qué juzgar a Ernesto Zedillo?
“Entre otras cosas”, el mandatario aseguró que es importante su juicio ya que con el Fobaproa “convirtió la deuda de algunos privados en deuda pública y llevamos 30 o 40 años pagando esa deuda”.
¿Por qué juzgar a Vicente Fox?
“Porque engañó al pueblo, porque con esfuerzo de muchos llegó a la presidencia y se convirtió en un traidor en la democracia. Él ha aceptado que cargó los dados en elección de 2006 para imponer a Felipe Calderón, es un atentado a la democracia”.
¿Por qué juzgar a Felipe Calderón?
López Obrador subrayó que dicho exmandatario desató la guerra contra la delincuencia “sin atender las causas”, lo cual ocasionó miles de masacres.
¿Por qué juzgar a Enrique Peña Nieto?
Por “actos evidentes de corrupción, como testigo protegido el exdirector de Pemex, quien declara que por órdenes superiores se entregaba dinero a legisladores para aprobar reformas energéticas”.
Como se observa, ya “investigó” y encontró los “delitos cometidos”.
No deja de ser una burla. Además, el exponer los nombres cuando la pregunta autorizada por la corte no los menciona, se convierte en una violación al debido proceso si es que en algún momento son presentados ante un juez de control.
El criterio reducido con que hace señalamientos en presidente López, no encaja en la realidad.
Zedillo pudo no encontrar el camino para salvar a México, no a los banqueros, de una quiebra total. ¿Un error el FOBAPROA? Probablemente sí. Sin embargo, el país caminó, se recuperó y creció. Hay que concederle que hizo algo muy importante por la democracia: respetar la decisión de los ciudadanos en la elección de 2000 y que le quitó la Presidencia de la República al PRI.
De Salinas de Gortari se pueden hablar pestes y decir que es maquiavélicamente inteligente. Gracias a esa perversidad o virtud, México rompió los lazos del nacionalismo a ultranza y logró el Acuerdo comercial que hoy rinde frutos y mantiene la economía funcionando a pesar de la crisis interna. El TLCAN fue la llave que abrió el camino del futuro que hoy, aunque lo niegue el presidente López, le permite a su gobierno mantener un ritmo financiero que no estaba en sus planes.
De Vicente Fox también se contemplan atrocidades y corrupción. Pero creo el Seguro Popular, generó un extenso programa de vivienda y fabricó la llave para que la información gubernamental se conociera a través del INAI, entre otras acciones. Como presidente demostró que la política no estaba hecha para él y del gabinetazo que prometió quedó un gabinetito.
Felipe Calderón se equivocó, ciertamente, al pegarle al avispero criminal sin una estrategia lúcida y viable. Mantuvo buenas relaciones con Estados Unidos y mostró preocupación por el medio ambiente.
Enrique Peña Nieto logró construir el Pacto por México, que le permitió cambios constitucionales que avizoraban un futuro prometedor. Cierto, la corrupción fue el escándalo de su gobierno aunado a la tragedia de los estudiantes de Ayotzinapa -en la que su gobierno nada tuvo que ver- y su Waterloo tiene nombre: la Cas Blanca. Al mismo tiempo, fue el presidente que no defendió a sus amigos gobernadores y durante su mandato se registraron las detenciones de cinco de ellos. Están en la cárcel.
En lo personal no actúo como defensor de nadie. Simplemente busco recordar lo que el presidente López ha olvidado.
Su obsesión por volver a México al pasado y compararse con los que sí hicieron transformaciones, lo llevan a mostrar su deseo de venganza mediante una consulta en la que se deben juzgar a los “actores del pasado…” como avaló la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
¿Por qué engañar a sus gobernados?
Recordar que la Consulta, para ser vinculatoria, debe contar con el 40 por ciento de los ciudadanos registrados en el Padrón Electoral. Algo así como 43 millones. Eso busca el presidente. Es su salida desesperada para reencontrar el camino de su, sí, su proyecto político que muestra fisuras y socavones después de la pasada elección.
Por lo pronto ya investigó, los juzgó y emitió sentencia.
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