Tres Reformas Constitucionales y una Fiscal

Artículo Invitado

*El Presidente y la Negociación con sus Adversarios Políticos

*Ello, Aunque Continuamente los Tilda de Corruptos y Conservadores

*La Manera de dar la Razón al Juez Gómez Fierro, a Quien Tanto Criticó

*Siempre sí la Guardia Nacional Será de la Secretaría de la Defensa

*¿Formalizará la Amenaza de Desaparecer al Instituto Nacional Electoral?

Por Alejandro Zapata Perogordo

Ahora que ha pasado el periodo electoral, ni tardo ni perezoso el Presidente anuncia que va a presentar tres iniciativas de reforma constitucional al Congreso, la primera en materia de Energía Eléctrica; la segunda con relación a la parte electoral; y la última tiene que ver con la Guardia Nacional. Asimismo, ya se anuncia una miscelánea fiscal.

De antemano anticipa que los votos requeridos para sacar adelante las reformas no están a su alcance debido a la conformación de las Cámaras, no obstante, aduce que él cumplirá con la presentación de las iniciativas.

En otras palabras, está consciente que se necesita un proceso de negociación con sus adversarios políticos a los que continuamente los tilda de corruptos y conservadores, amén de que han sido engañados por sus operadores políticos pasando bolas bajas cuando menos en la elección de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y en el transitorio de la Ley Zaldívar, agravios frescos que invitan a la desconfianza.

En ese entorno, los acuerdos en la Cámara de Diputados para ver quien preside la Comisión de Puntos Constitucionales se convierten en manzana de la discordia y moneda de cambio, al advertir que precisamente de ahí parten los debates relativos al pacto social.

Cabe mencionar que, al proponer una reforma al texto constitucional en materia de Energía Eléctrica, tal como lo menciona, encaminada a fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad, distribuyendo el mercando de producción de energía entre la paraestatal y los particulares, el argumento constituye una tácita aceptación de que la recién aprobada legislación en ese rubro contiene aspectos al margen de la norma suprema, pues ¿si no fuera así, para qué solicitar una reforma constitucional?

En efecto, es una manera de darle la razón al Juez Gómez Fierro, a quien tanto criticó y ahora resulta que pretende adecuar la Carta Magna, para que se encuentre en concordancia con una ley secundaria, es decir, el mundo al revés.

Lo mismo sucede con la pretensión de la Guardia Nacional, cuyo objetivo consiste en concentrarla a las órdenes de la Secretaría de la Defensa Nacional, es decir, su pertenencia a las Fuerzas Armadas, circunstancia que desde un inició se le hizo saber, sin embargo, se negó a atender el mandato, con las evidentes consecuencias.

Por si fuera poco, también quiere cambiar las reglas del juego electoral, la amenaza llevada a cabo en campaña en el sentido de desaparecer al Instituto Nacional Electoral, la va a formalizar mediante una propuesta. El discurso maniqueo para modificar las normas que rigen al árbitro, los procesos y la integración de los órganos legislativos, lo menos, causa suspicacias y genera sospechosismo.

Así las cosas, esperamos con ansías las iniciativas, pues únicamente expresó la intención y explicó los contenidos, que, para ser francos, resultan poco convincentes y dejan mucho que desear, razón por la cual, su formalización puede darnos un poco más de luz al respecto o bien, acreditar fehacientemente la pobreza de una administración cuando carece de atributos con visión de Estado.

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