Por Jesús Michel Narváez
Viejo adagio: candil de la calle oscuridad de tu casa.
Nada más correcto para aplicarlo a la “donación” de 400 mil dosis de antígeno a países que, claro está, se identifican con México y México con ellos.
Sin ignorar que hay naciones cuyas economías no les permiten adquirir las vacunas contra la pandemia de Covid-19, me parece que el presidente López y el responsable de Exteriores, Ebrard, miran con ojos de conquista a quienes pueden sumarse al proyecto de la 4 t, que tiene por objetivo influir en las decisiones de aquellos países.
No se entiende de otra manera que cuando faltan de inocular a cuando menos a 90 millones de mexicanos -si creemos las cifras oficiales de los que ya recibieron la vacuna- por decisión presidencial se “donen” 400 mil dosis.
Primero los mexicanos, aunque sean ricos ¿o no?
Nadie ignora que el señor Ebrard ha buscado que países como la India, la Federación Rusa, España y Estados Unidos, entre otros, “ayuden a México” y ha obtenido “vacunas a préstamo” para tratar de cumplir el calendario que permita a los 70 millones de probables víctimas de contagio del letal virus. El objetivo lo ha logrado.
Pero, siempre el pero, resulta de menos sospechoso que en lugar de aplicarlas a los más de los mexicanos, se destinen como “donación” 400 mil dosis que, tomando en base la norma de los productores, servirán para inocular a 200 mil personas.
El presidente ordenó, así se informa, que a Bolivia, Belice y Paraguay se les entregaran las vacunas para hacerle frente a la pandemia, toda vez que son países con escasos recursos y han sido olvidados por el mecanismo COVAX.
Se trata, comunicó la Secretaría de Relaciones Exteriores, de la participación de México ante la misión humanitaria y que tiene como finalidad mostrar la solidaridad de México y propiciar el acceso a las vacunas en países de la región.
¡Qué bueno que haya solidaridad con los otros!
Empero, ¿qué se les dice a los adultos mayores, 5 millones, que aún no reciben la vacuna?
La política del presidente de la República ha sido mirar “hacia adentro”, porque la mejor “política exterior se hace en casa”, y entonces no se comprende cómo se ayuda a otros a antes de atender los de aquí.
Bolivia, Paraguay y Belice son “afines” al proyecto de la 4t y pareciera que el gobierno de López busca tenerlos como aliados para fortalecer su proyecto. Ninguna de las tres naciones tiene un peso específico en el mudo global y, a excepción de Belice, que tiene como Jefa de Estado a la reina Isabela II, los otros dos tienen el rostro pintado de populistas.
Con la presidencia pro témpore de la Comunidad del Caribe (CARICOM), México tiende las redes para contar con una mayoría de votos para influir en las decisiones de la Organización de Estados Americanos (OEA) cuyo secretario general, Luis Almagro, ha sido calificado por Ebrard como “el peor secretario que ha tenido la organización”.
¿Jugadas de tres bandas? Difícil discernir lo que en realidad busca López. Le falta estatura para ser el “mejor presidente de México” y por consecuencia “líder de las américas”.
¿Donar lo que nos donaron, es legal? Pregunta al aire y que no tendrá respuesta.
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