Por Jesús Michel Narváez
No es exagerado suponer que el destino de México está en juego.
Es, a luces vista, la oportunidad de los ciudadanos de determinar qué quieren para sí y para sus descendientes.
Este día, cuando las más de 173 mil casillas abran para que los ciudadanos votemos, habrá dos opciones: defender la libertad o enterar la democracia.
En dos años y siete meses, hemos aprendido a distinguir entre un gobierno liberal y un autócrata, paso obligado para llegar a la tiranía.
Nadie está exento de equivocarse. Hay que revisar las elecciones de 2018 y evaluar los resultados. Hace tres años se sufragó tomando la decisión con el estómago. La indigestión provocada por el entonces presidente de México, no se alivió con el antiácido bebido. La agravó.
Sin descalificar al Gobierno actual, hay que valorar si su proyecto es el adecuado o el que nos llevará a la bananarización. México se está alineando del lado equivocado. El país no merece ser el jamón del sándwich.
¿Qué ha mejorado en el país durante dos años y 7 meses?
Diríase que nada. Hay escasez de medicamentos como nunca, el desempleo crece, la brecha de la pobreza se ensancha, la inseguridad aterra y la violencia marca un ayer y un hoy. Los crímenes dolosos superan en mucho a los registrados en las dos últimas administraciones.
La pandemia “cayó como anillo al dedo” porque, como dijo el presidente López. “Crisis transitoria, esto significa que vamos a salir pronto, que no es una debacle, que son mucho más nuestras fortalezas que nuestras debilidades o flaquezas. Es mucho pueblo y es mucha cultura la del pueblo de México como para no poder enfrentar esta adversidad.
“El pueblo es mucha pieza, el pueblo de México es extraordinario y es indudable la grandeza de México”, refirió el 2 de abril en lo que llamó una “reflexión”. Ese día señaló: “… la pandemia por Covid-19 es una situación pasajera; una crisis transitoria de salud pública” que incluiría también lo económico. Una crisis pasajera que dura 16 meses, ha cobrado la vida de 236 mil personas y contagiado a 2 millones 300. En lo económico se perdieron 10 millones de empleos, cerraron 1.6 millones de empresas y la vacunación apenas ha llegado a 13 millones.
Mucho pueblo, afirma. Y sí tiene razón. Demasiado para un presidente como él.
Hoy es la oportunidad de votar con sentido común. Es poner en la mesa de la discusión si el proyecto de la 4t es el idóneo para un país como el nuestro. Momento de mirar al futuro sin arrepentirse del pasado. Borrón y cuenta nueva.
Hay una sola forma de hacerlo: votando por lo que se considere mejor. Y si Morena es el mejor partido, que así sea.
La democracia y la libertad serán sometidas. Los actos de intimidación se multiplicarán y los de represión harán su aparición.
Este día, este domingo, se puede hacer historia bien escrita y no mal fundada.
Usted, ciudadano, tiene la palabra. Y su reflexión por quien votar se reflejará en el futuro de México y de sus descendientes.
Vote por quien quiera. Pero hágalo. Que sea la voz de los ciudadanos la que se escuche y su eco cruce las fronteras y el reconocimiento para México sea el de una sociedad consciente y democrática.
TODOS A VOTAR por el bien de México.
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