Por Jesús Michel Narváez
Ignoro cuáles elementos jurídicos se han dado ya, para declarar la desaparición de poderes en Tamaulipas.
No hay pruebas de la ingobernabilidad que tendría que existir para llegar al extremo de borrar a los tres poderes. Las acusaciones en contra del gobernador Francisco Javier Cabeza de Vaca y que llevaron a la Cámara de Diputados a declarar su desafuero, podrían o no ser ciertas -eso solamente lo sabe la Fiscalía General de la República- y lo que prevalece, al menos en estos momentos, es que el mandatario goza de la inmunidad.
Más aún, la suspensión provisional decretada por un juez federal para impedir la captura, inhibe toda acción que pudiera prever realizar cualquier policía, militar o marino.
Por ello sorprende que el senador Ricardo Monreal -doctor en derecho constitucional- insista en la desaparición de poderes. Desde la noche del domingo, el congresista cuenta con el proyecto de solicitud a la Comisión Permanente del Congreso para iniciar la desaparición de poderes en Tamaulipas, elaborado por el presidente de la Mesa Directiva del Senado, Oscar Eduardo Ramírez Aguilar.
Monreal sabe y bien que en estos momentos no hay elementos y capacidad numérica en la Comisión Permanente, para un periodo extraordinario en el que se apruebe o rechace la desaparición de poderes.
“Vamos a esperar a que la Corte se pronuncié, porque ellos son los que nos metieron en este problema al emitir una resolución ambigua y fuera de todo contexto y de toda proporción, la Corte tiene que pronunciarse antes de que le Senado intervenga’’, señaló Monreal en conferencia de prensa.
Sabe cómo es el marco legal del país. Sin embargo, pareciera un despropósito referirse a los integrantes de la Corte como “ellos son los que nos metieron en este problema”… y por tanto el Senado no puede actuar.
Durante las últimas semanas se ha debatido si Cabeza de Vaca tiene o no fuero. Apegándose al quinto párrafo del artículo 111 y después de que el Congreso Estatal se negó a homologar la decisión de la Cámara de Diputados, se entiende que mantiene la inmunidad. Y si se conjunta la suspensión mediante un amparo, el resultado está claro.
Desaparecer poderes -en cualquier entidad- es un acto de centralismo político y que atenta contra el federalismo. Un gobernador no es el estado. Un mandatario no es el pueblo.
Aunque el senador Monreal habla de que en el momento que actúe el Senado el presidente deberá presentar una terna para designar al gobernador interino, no menciona que también se deberá renovar el Poder Judicial -Tribunal Superior de Justicia- y el Congreso Local. Porque desparecer los poderes, en plural, implica a los tres, no solo al ejecutivo.
Hay que añadir que en Tamaulipas los tres poderes están cumpliendo con su responsabilidad. Incluso el gobernador sale de gira y acuerda en la casa de gobierno -no se sabe si ya habrá ido a Palacio de Gobierno- con su gabinete. Las sentencias y revisión de las mismas en el TSJ, siguen su marcha y los diputados trabajan en hacer leyes y presentar iniciativas.
La violencia no se puede atribuir al desafuero y por tanto la ingobernabilidad no se ha presentado.
¿Qué hace falta para entender el marco jurídico y dejar de lado el político?
Lo único que no debe hacer el Sendo de la República atendiendo la irritación presidencial, es desaparecer poderes en ninguna entidad. Es fuerza excesiva y falta de negociación política.
Eso lo sabe y bien, el senador Monreal y Ramírez Aguilar ya se había pronunciado, en una entrevista con el periodista José Cárdenas, en contra de la acción, porque, reconoció, debilitaría el federalismo y se convertiría en una herramienta política. Palabras más, palabras menos.
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