Por Jesús Michel Narváez
Corto de memoria o con un archivo limitado. Durante su campaña, inició una cruzada en contra de los duelos de la mina Pasta de Conchos y los acusó de no haber hecho nada. Años atrás, recién ocurrió la tragedia, se realizaron peritajes, se investigó, literalmente, bajo las piedras. La conclusión: imposible el rescate de los 65 restos mortales. Pero él insistió y se comprometió a cumplir con las indemnizaciones “durante este año (2021)”.
A 12 días de la tragedia ocurrida en la Línea 12 del metro y después de haber mandado al carajo a los deudos y negarse a acudir al lugar de los hechos, el presidente reclama la “campaña” que se ha emprendido en su contra, de su amiga y protegida, Claudia Sheinbaum y repitió, como verdadera campaña que es, que se le ataca porque los periodistas, los comentaristas, no reciben dinero como antes.
“Hay toda una campaña” y se quejó de que como “no se les da dinero como era antes, yo soy el responsable de la tragedia de Tláhuac, no es lo que se va a saber en la investigación, en el dictamen, que posiblemente la responsabilidad tenga que ver con la construcción, con el cálculo estructural, con la debilidad, la fragilidad de la trabe, con los hundimientos, con la falta de mantenimiento, no, es el presidente el culpable”.
Seguramente los pañuelos desechables salieron del cajón y se repartieron entre los asistentes a la conferencia mañanera. Las palabras presidenciales provocaron el llanto. ¡Pobrecito, cómo lo atacan!, diría algún asistente, mientras secaba la lagrima que corría por su mejilla.
Sus contradicciones cotidianas van en aumento. Lea usted y no pierda el hilo:
“… ni modo que me esté preocupando tanto por esas opiniones, me ocupo, porque es mi trabajo, pero a mí lo que me importa, es la opinión, los sentimientos del pueblo, y le tengo mucha confianza a la gente”.
¡Hurra, sí tiene sentimientos!
Entonces díganos a todos los mexicanos por qué mandó al carajo a los deudos. Es simple recordatorio acompañado de reclamo.
Porque publicar y comentar cómo se trata la tragedia y se le llama incidente, no es campaña. Es relatar los hechos.
Lo ocurrido es una tragedia. Van 26 muertos y todavía quedan 39 lesionados hospitalizados. Y su partido lo que pide es el desafuero de Miguel Ángel Mancera. Los deudos no importan. Hay que buscar culpables en el “pasado”, porque los de “antes” aplicaron el neoliberalismo en contra de los mexicanos.
Quejarse de las críticas serias y convertirlas en ataques personales, no es el papel presidencial. Quien mantiene campañas de ataques sin fundamento es él. Va contra los periodistas y los medios un día sí el otro también; no detiene su descalificación contra el INE; acusa de una inexistente democracia -a pesar de que ganó democráticamente- y quiere enviar al infierno a los jueces que frenan sus arbitrariedades.
¡Usted si está en campaña en contra de todos los que no le aplaudimos!
Osa impulsar su reelección “porque en Tabasco me lo dijeron: reelíjase… reelíjase”, según sus propias palabras del pasado miércoles. Siembra la semilla que espera germine, aunque sea transgénica.
Presidente: ¿No se cansa de mentir, de hacerse el mártir, de compararse con Juárez, Madero, Cárdenas y dejar a los niños con cáncer, a los diabéticos, a los hipertensos, a los enfermos del corazón, sin medicamentos?
Usted sí trae campañas permanentes y nadie se queja. Todos aguantamos. Y solamente reproducimos sus palabras para que el pueblo, la gente, los lectores, los radioescuchas, los televidentes, los usuarios de las redes sociales, se enteren de cómo polariza y cómo siempre quiere ganar, aunque no tenga las cartas para vencer.
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