Por Jesús Michel Narváez
Defender al INE ante los ataques presidenciales y de sus corifeos, era obligación. El órgano autónomo constitucional se había -y ahora se repetirá la historia con argumentos- convertido en el blanco preferido de quien luce, de vez en cuando, la banda presidencial.
Sin embargo, reculó. Y sentó un pésimo precedente.
De acuerdo con el artículo 229 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, no presentar reporte de gastos durante la precampaña es motivo de sanción. Y no se crea que cualquiera. No. Es el retiro de la candidatura.
El INE desoyó el acuerdo de la Comisión de Fiscalización y perdonó a Mónica Rangel, candidata de Morena al gobierno de San Luis Potosí, a quien proponía aquella comisión retirar la candidatura. No presentó el informe de gastos.
Si la Ley no tiene destinatario, si no personaliza y es de aplicación general ¿qué orilló a los consejeros, convertidos en mala imitación de Torquemada, a no quemar en leña verde a la señora Rangel?
Conocida la decisión del INE, la candidata salió a declarar que la razón estaba con ella y agradeció a través de El Sol de San Luis -diario de la Organización Editorial Mexicana- al presidente López “que estuvo pendiente de este caso y que le brindó todo su apoyo”.
Sin saber si en efecto será la gran gobernadora y que es una respetuosa de la ley, lo que pasa a segundo término, lo difícil de entender es la posición de Ciro Murayama. En su cuenta de Twitter aclaró que el Instituto Nacional Electoral (INE) no cancelará la candidatura a Mónica Rangel, quien busca ser gobernadora de San Luis Potosí por Morena, sino que sólo recibirá una sanción económica.
Después diría que la cancelación “fue producto de especulaciones”.
¡Hágame usted el favor!
Antes de conocer el fallo del INE, el presidente había violado una vez más la veda electoral y recurrió, de nueva cuenta, a destacar cómo el candidato del PRI-PRD en Nuevo León, Adrián de la Garza, estaba comprando votos.
En su conferencia mañanera, exhibió al INE, por no sancionar al candidato del PRI a la gubernatura de Nuevo León, por “comprar votos” con tarjetas de mil 500 pesos y quitarle la candidatura a la morenista de San Luis Potosí.
Explotó: “Están pensando en quitarle el registro a otra candidata de San Luis Potosí de Morena, es lo más faccioso que puede ser ¡Ya basta! Ya les quitaron el registro a dos y ahora van por otra, y esto (las tarjetas) se tolera”.
El precedente que deja el INE le pesará y mucho. Pasó de ser el órgano democrático, institucional e imparcial a ser un títere del cual se desconoce a qué teatro pertenece y quien es el empresario.
Así, señores consejeros.
La ley es pareja y para todos. Evidencian que tenían línea para desbarrancar a Salgado y Morón. Y aunque no sea cierto, la percepción se generaliza.
¿Por qué recularon los consejeros?
Dirían en el pueblo: “Pá eso me gustaban, ojaldras”.
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