Por Susana Vega López
TLAXCALA, Tlax.- Después del encierro obligado a causa de la pandemia de Covid-19, regresamos a Tlaxcala para constatar los cambios que ha sufrido en los últimos meses el segundo estado más pequeño de la República Mexicana (el primero es la CDMX). La ciudad se muestra limpia, con poca gente en las calles pero con llenos en los restaurantes según lo permitido por las reglas impuestas para evitar el contagio de esta terrible enfermedad.
En el mero centro de Tlaxcala, frente al Palacio de Cultura, en el boulevard Guillermo Valle, se observa una glorieta con un monumento inaugurado a principios de octubre pasado en honor a Cristóbal, Antonio y Juan, los Niños Mártires de Tlaxcala, obra del maestro Pedro Ramírez Ponzanelli; más allá, sobre la misma calle se encuentra el estadio Tlahuilcole, con capacidad para nueve mil asistentes, que luce renovado y ampliado, luego de que se le asignó una inversión de más de 78 millones de pesos.
Adelante, una estatua en honor a los profesionales de la medicina representada por el báculo de los doctores con una serpiente a la que le pusieron alas porque son unos ángeles, y más allá la estatua de un toro, según pudo constatar Misión Política durante un recorrido realizado por algunos lugares emblemáticos con la diputada Aitzury Fernanda Sandoval Vega.
La estatua de bronce de Xicohténcatl Axayacatzin, un guerrero jefe de los ejércitos tlaxcaltecas que se impone en lo alto de las Escalinatas a los héroes también fue restaurada. Las escaleras lucen limpias. “Cuando el semáforo está en amarillo son un tema deportivo porque la gente las utiliza para hacer ejercicio al subir y bajar determinado número de veces”, señaló la diputada.
“En época de plena pandemia se pararon todas las actividades; no hubo exposiciones ni ferias y se cancelaron grandes eventos donde el turismo llegaba de todas partes no sólo de México sino del mundo”, recordó Aitzury Fernanda y dijo que sólo en el municipio de Contla sí realizaron sus festejos referentes a Semana Santa no obstante las restricciones que había “no pudieron evitar parar a los habitantes que se prepararon para la semana mayor, pese a las restricciones impuestas por el gobierno”.
Dijo que el Recinto Ferial sigue cerrado no así para realizar actividades políticas ya que algunos partidos han encontrado en este lugar motivo de reuniones sin que tengan obstáculo alguno. “Ya hicieron aperturas de campaña, mítines, pero no actividades recreativas. Algo contradictorio porque lo cierran para la recreación pero lo abren para temas políticos… ahí sí está disponible”, expresó.
Suspendieron la Fiesta de Todos los Santos, los carnavales y como resultado de la falta de turistas, por lo menos cuatro de los principales hoteles de Tlaxcala han cerrado sus puertas como el Posada San Francisco y otros en donde se perdieron empleos y se suspendieron servicios. “Los que están funcionando lo hacen con un cinco por ciento de ocupación hotelera. El turismo bajó mucho”, explicó.
Cabe señalar que la Asociación de Hoteles y Moteles reporta dos mil cuartos en 60 hoteles o centros de hospedaje en la capital de Tlaxcala.
Al referirse a la gastronomía, Sandoval Vega afirmó que la cocina tlaxcalteca cuenta con muchos casos de éxito, como el del chef, Iván Fernando del Razo, dueño del restaurante Mexko, en el Centro vacacional La Trinidad del IMSS, quien en un concurso de Europa llevó ingredientes mexicanos y cocinó gusano azotador, mole prieto y mole de ladrillo en Dinamarca, que tuvieron gran aceptación y atrae al turismo a ese centro de esparcimiento.
Afirmó que la cocina tradicional en Tlaxcala es deliciosa, ancestral. Por ejemplo, del maguey y del maíz todo se utiliza, aprovecha y se come, ¡hasta los gusanos, chinicuiles, el huitlacoche (hongo de la mazorca) en cualquier presentación que se le ocurra a los cocineros! El pan de elote es delicioso.
Indicó que uno de los lugares poco concurridos por los turistas –no así los lugareños- es la Laguna de Acuitlapilco que tiene muchas especies voladoras como pelícanos y otras aves de las que se han llegado a contar hasta más de 300 especies. Incluso hay una temporada de caza, “eso sí, todo bajo reglamento”.
A Santa Ana Chiautempan sigue llegando la gente de toda la República a comprar zarapes artesanales, ropa y cobijas en general. Aquí hay una fábrica que goza de gran prestigio, pero “hay mucho artesanos que venden sus productos mismos que son exhibidos en las grandes ciudades tanto de la CDMX como de la república y del mundo”.
Tlaxcala, el primer estado de la República Mexicana en recibir un escudo de armas de la corona de España, guardó todas las reglas de seguridad para evitar contagios por Covid 19 y cerró temporalmente sus espectáculos en la Plaza de Toros Jorge Aguilar “El Ranchero”, que es de las pocas plazas que conserva sus ruedo tal cual se construyó y considerada de las más antiguas de México, explicó, en su oportunidad y por separado, el investigador Alberto Hernández, a Misión Política.
“Algunos dicen que la primera corrida de toros en Tlaxcala data del siglo XVIII, otros señalan que se inauguró en el siglo XIX y otros más afirman que se le hicieron modificaciones en el siglo XX”. Esta plaza de toros, con un aforo para dos mil 500 personas, ya abrió sus puertas con corridas que tuvieron llenos de hasta el 30 por ciento de su capacidad porque así lo permitían las reglas por seguir en pandemia.
MONUMENTO DE LOS NIÑOS MÁRTIRES
Al referirse al monumento de los Niños Mártires, el también cronista Alberto Hernández recordó que fue develado por el obispo de Tlaxcala, Monseñor Julio César Salcedo Aquino, el gobernador del estado, Marco Antonio Mena y la alcaldesa Anabell Ávalos Zempoalteca. Los niños son parte de la identidad de Tlaxcala y motivo de unión, como lo señaló el gobernador.
Explicó el joven investigador explicó que durante el siglo XVI se presentó el proceso de evangelización que generaron en su momento los frailes franciscanos en el altiplano central mexicano.
Echaron mano de los niños indígenas para comenzar a relacionarlos con la nueva religión. Sin embargo también hubo momentos en que los niños abusaron del conocimiento a grado tal que llegaron a linchar y apedrear a los antiguos sacerdotes de los cultos precolombinos. Se tiene la constancia de que un grupo de niños mató a un sacerdote del pulque.
Acxotécatl Cocomitzin, señor de Atlihuetzian, fue el primero en rendirle culto a una imagen de la Virgen María que le regaló Hernán Cortés por cuestión de haberle salvado la vida y a pesar de haberse mostrado como un fiel converso al cristianismo no abandonó sus cultos antiguos, de manera tal que a su primogénito y más querido hijo lo escondió para que no fuera educado por los misioneros porque quería que fuera su heredero al trono, o sucesor en el gobierno del señorío de Atlihuentzian. Mientras que todos los demás niños fueron instruidos. Los pequeños le avisaron a los frailes que había un niño oculto por lo que fueron por él para adoctrinarlo y educarlo. Le cambiaron el nombre por el de Cristóbal, mejor conocido como Cristobalito.
Cristobalito, de regreso a casa comenzó a estar en contra de los dioses antiguos, a hablar de la nueva religión, a destruir los ídolos y a derramar las ollas de pulque que su padre Acxotécatl conservaba para su fermentación y consumo, lo que el papá no lo toleró y lo agarró a palos, lo llevó a una hoguera y lo mató, así como a su madre, Mictecacíhuatl por tratar de defenderlo.
El crimen es descubierto y el señor termina ahorcado. Dos años después de la muerte de Cristobalito (1527), en 1529 llegaron los dominicos a Tlaxcala. Hablaron con Fray Martín de Valencia para que le otorgara a dos niños para evangelizar en las tierras de Oaxaca. Así, Antonio (hijo de Xicoténcatl), Juan (su paje) y Diego un niño del pueblo emprendieron el viaje a esa entidad. Al pasar por las comunidades de Tecalli de Herrera y Countuinchan rompieron los ídolos que había por lo que determinaron darles muerte. Diego se salvó al correr desesperadamente y reveló los crímenes. Dos frescos dan cuenta del martirio de estos tres niños considerados mártires de América.
Sí, Tlaxcala se renueva para recibir al turismo.
