Por Gerardo Gil
Nomadland (Chloé Zao, 2021) es el nuevo rostro de Hollywood. El filme que establece nuevos usos y costumbres. Para la industria que puso de moda y ha explotado el sistema de estrellas, una historia intimista de redención, dignidad, soledad y esperanza resulta fresca y acorde con los tiempos que corren. Después de una crisis el arte florece. Todo indica que esta historia confirma la teoría.
La trayectoria, el camino físico y emocional de una mujer ya madura y viuda a lo largo del oeste de Estados Unidos sirve para hacer una reflexión sobre el proceso interno de curación espiritual . Ferm (Frances McDormand) es más que una heroína feminista. Su lucha por la redención resulta empática para todo el público. El personaje no necesita de una gran anécdota para establecer su historia, la cámara la sigue en una dolorosa cotidianidad en bellos momentos poéticos.
En su casa camper, la mujer conoce a seres proscritos igual que ella con los que empatiza, pero no intima. Gana poco dinero al año al trabajar de empacadora en Amazon, pero necesita huir del mundo que la asfixia. La redención se encuentra en el camino, y será un viaje de dolor impregnado de normalidad y costumbre.
La fotografía de Joshua James Richards nos regala bellos momentos visuales poéticos sin ningún artificio de por medio. No los requiere, la normalidad toma visos de belleza fílmica.
En la película nos encontramos con la hermosura de lo imperfecto. Los personajes que rodean a Fern son ordinarios, ligeramente mezquinos. Muy humanos. Vemos a la mujer que se enoja si le tocan la puerta de su casa rodante, al joven que pide fuego para su cigarro. Al galán otoñal impertinente e intrusivo que quiere ligarse a Ferm. Todos tan comunes y luminosos que de manera sutil salvarán a la mujer del abismo en el que se encuentra.
Zhan, joven cineasta nacida en Pekín, pero radicada desde hace años en Reino Unido y en Estados Unidos, retrata los paradigmas de la sociedad de consumo. Lo hace desde la visión de los vencidos, los proscritos que por unas monedas empacan productos que se venden en línea. Son los excluidos de la modernidad con una vida interna intensa y poética a la vez.
La directora, en una historia basada en la novela de Jessica Bruder, narra la perfecta metáfora de los tiempos que corren. Vidas ordinarias al límite de un abismo emocional en búsqueda de la redención. Asunto curioso, en medio de la industria del sistema de estrellas, se recurre al uso –en su mayoría- de los no actores.
La película, puede de algún modo, generar paradigmas en la industria hollywoodense: crisis es oportunidad, dicen y el blockbuster nuestro de cada día puede dar paso a un cine más íntimo y humano.
Nomadland es el gran epílogo de los tiempos actuales. Como largometraje, como poesía, es indispensable.