Por Alberto F. Mena Mallen
Las tolvaneras de hace algunos días fueron el presagio de lo que nos espera -nada bueno- para esta temprada de primavera en el Valle de la Ciudad de México, aparte del fuerte calor que azota esta región, los incendios y sin dejar al lado la pandemia con la llegada de las diferentes cepas, la falta de agua y el hecho de que muchas personas no tienen trabajo ni dinero para invertir en salud, ante la ineficiencia de los servicios públicos.
Mientras la autoridad con sus deficientes planes de información y difusión hacia la ciudadanía, que carecen de profundidad para que verdaderamente exista un pleno conocimiento de los problemas que nos azotan en esta megalópolis, la experiencia de la población permite que mucha de ella tome medidas de prevención y mitigación sobre el particular.
Es decir, mientras que los medios de información como la radio y la televisión, así como las redes sociales están muy activas para prevenir a la ciudadanía sobre estos fenómenos metereológicos, las autoridades tanto federales como capitalinas, lentas, se limitan a utilizar los canales tradicionales sin tomar en cuenta el aspecto preventivo, ya que todos conocemos que cada año por esta época se incrementan tanto el ozono como las particulas suspendidas y ahora, el polvo.
Y es fecha de que aún no se conocen las medidas que tomará la autoridad para disminuir los riesgos que conlleva este tipo de fenómenos que cada año se presentan en este Valle de México a pesar de que a la población le tomó por sopresa la tolvanera que se presentó en diversas entidades federativas, entre ellas a la Ciudad de México.
Y perdón por usarme de ejemplo, pero uno que todo el día está metido en las noticias, la televisión fue el canal por lo que me enteré que la zona donde vivo estaba llena de polvo, lo que corroboré con pasar el dedo por encima de los muebles que acumularon una capa de polvo que normalmente no se ve a diario.
Ello se soluciona limpiandolos, lo que no, cuando existen muchas personas con problemas de asma o Epoc, así como del corazón que sufren por este tipo de hechos y que incrementan las enfermedades respiratorias, los gastos en médicos, mediciamentos o por defunción.
Lo anterior, al parecer no les importa mucho a nuestros gobernantes, ya que no se nota que prevengan con anticipación a la ciudadanía sobre todos estos problemas que nos azotan cada año. Se limitan a invitar a los internautas o ciudadanía en general a travès de la Comisión Ambiental de la Megalópolis (CAMe) junto con autoridades del Sector Salud y Ambiental, del Gobierno Federal, Ciudad de México y Estado de México a la Conferencia de Prensa virtual “Protección de la Salud para la Temporada Seca-Caliente” Temporada de ozono 2021 en la Megalópolis.
En el comunicado de prensa emitido el 26 de febrero del presente año, se afirma que el Ozono y la Covid-19 afectan significativamente la salud de las personas en la Megalópolis y que en los meses de calor, la falta de lluvias e incendios incrementan la presencia del ozono y partículas suspendidas y que por la presencia del Covid-19 se deben de reforzar las medidas y el monitoreo para lograr una mejor calidad del aire. Y, eso es todo.
No comienza ni siquiera una campaña de difusión para que la ciudadanía tenga presente este tipo de hechos para que tome las medidas que consideren en cada familia. Solo señalan que a partir de marzo y hasta junio de cada año se presenta dicha temporada seca-caliente, en la que se registran las mayores concentraciones de ozono. Hay dias despejados, alta insolación y temperaturas elevadas detonadores del ozono que afecta la salud de las personas.
Y solo recomiendan reforzar las medidas y el monitoreo para lograr una mejor calidad del aire.
Al abordar los efectos de ozono y partículas sobre la salud y su relación con Covid-19, el Dr. Horacio Riojas Rodríguez; Director de Salud Ambiental del Instituto Nacional de Salud Pública, señaló (en el comunicado de la CaMe), que es un gas muy irritante para el sistema respiratorio, causa tos, dolor de cabeza, y tiene efectos subclínicos que no se ven, como la reducción en la capacidad pulmonar sobre todo en niños y adultos mayores. Sobre las concentraciones de óxido de nitrógeno, está demostrado que incrementan la probabilidad de contagio del Covid-19.
Alertó que, si no se controlan y disminuyen los incendios, estos generarán partículas suspendidas; PM10 y PM2.5, las cuales inflaman las vías respiratorias, y disminuyen la capacidad para responder a las infecciones. Cada año en el mundo, las partículas respirables son las causantes de millones de muertes prematuras. Tan solo en 2016 se le atribuyen 7 millones de decesos.
Mientras que la Dra. Patricia Segura Medina; Investigadora del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), compartió la experiencia del Instituto sobre los impactos de la contaminación y la COVID-19.
Destacó que “el virus genera modificaciones en el perfil inmunológico de las personas recuperadas de la enfermedad, que les hace ser más susceptibles y puede agravar su padecimientos respiratorios, asi como se vuelven más vulnerables a los agresores ambientales”.
Habrá que recordar que en años anteriores -en mayo de 2019, la segunda semana de junio de 2019 y en noviembre de 2020-, las autoridades junto con las ambientales tomaron medidas drásticas como el aplicar el Doble Hoy No Circula, donde hasta los autos con autorización para circular todos los días tuvieron que descansar de acuerdo al color de su calcomanía.
La pandemia provocó que el programa de verificación se suspendiera varios meses, mismo que se reanudó hasta este año, ya que al verificar a 4 terminaciones de números de placas en solo dos meses, generaron congestionamientos en este servicio con medidas restrictivas.
Además habrá que recordarle al presidente de la República que no ha cumplido la promesa de desconcentrar a la administración pública federal, sólo ha hecho referencias de este plan de la 4T, pero hasta ahí. Si se hiciera realidad, esta megalópolis le daría un chance al ambiente para que se regenere, aunque sea un poquito.
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