Por Jesús Michel Narváez
Sobre advertencia no hay engaño. Y desde el mismo momento en que el presidente López envió su iniciativa preferente para reformas la Ley del Servicio Eléctrico, se hizo el señalamiento: de aprobarse –como ocurrió- habrá lluvia, tormenta, tsunami de amparos y no solamente de empresarios mexicanos sino canadienses, estadounidenses y europeos. Ninguno de los sólidos argumentos presentados por quienes realizaron inversiones en la generación de energías limpias fue escuchado. Vaya, ni siquiera que el Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación declara inconstitucionales los artículos centrales del decretazo de Rocío Nahle fue tomado en cuenta.
Al ser publicada la reforma que fue aprobada en fast-track, comenzaron los amparos. Primero el Juez Juan Pablo Gómez Fierro, presidente del Juzgado Primero de Distrito en Materia Administrativa Especializado en Competencia Económica, Radiodifusión y Telecomunicaciones, otorgó la suspensión de la aplicación de la Ley y esto irritó sobremanera al presidente de la República que en su conferencia del lunes prácticamente acusó al togado de estar al servicio de los “enemigos de México” y al día siguiente le envió una carta al ministro presidente de la Corte, Arturo Zaldívar, en la que establece que hay quienes quieren frenar el avance de la 4t y por tanto solicita “respetuosamente” investigar al juez Fierro.
Y ayer, otro juez, Rodrigo de la Peza López Figueroa, amparó a otras empresas y suspendió la aplicación de la norma y ordenó se mantenga vigente la anterior.
Ambos togados hicieron general la medida, con lo cual incluso las empresas que no solicitaron la suspensión provisional de la reformada ley, se benefician con la medida.
Con los pantalones fajados y haciendo caso de las intimidaciones presidenciales, los jueces de distrito expresaron que no responden a interés alguno que no sea el de respetar la Constitución.
Hasta ahora no se ha recurrido a iniciar el dialogo entre empresarios de Canadá y Estados Unidos y la secretaria de Economía Tatiana Clouthier, que es el primer paso antes de entrar al panel de controversias con juzgadores internacionales. Sin embargo, ante la terquedad del Poder Ejecutivo, no se duda que antes de lo esperado y frente a la negativa de iniciar las negociaciones, se recurra a la herramienta jurídica plasmada y firmada por los tres presidentes: Andrés Manuel López, Justin Trudeau y Donald Trump.
El presidente de México intenta socavar la autonomía e independencia del Poder Judicial de la Federación y mantener su desdén por lo que protestó cumplir y hacer cumplir: La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen.
Se encontró, empero, con un dique, muro construido por y con la legalidad, y pareciera –salvo que el ministro Zaldívar cambie de opinión de última hora y ponga de rodillas a la Corte- que no logrará derrumbarlo.
Aplauso convertido en ovación par los jueces que se fajaron los pantalones. Respetar la separación de poderes es obligación de cada uno de ellos respecto de los otros.
El presidente abanicó y lleva dos strikes.
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