Por Jesús Michel Narváez
Retrasados en los tiempos fijados por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los diputados aprobaron la minuta del Senado de la República para el consumo, producción, distribución y comercialización de la yerba que hace tres décadas era la “droga” que generaba violencia que terminaba en crímenes mayores.
Ahora, con el “gobierno que no es como los de antes”, los consumidores podrán tener en sus casas, para su uso personal, hasta 8 plantas de marihuana y estarán autorizados a portar hasta 28 gramos, 23 más que en el pasado sin sanción alguna. Laxos que son los congresistas federales le dan alas al narcomenudeo. Dan luz verde para que quienes carguen entre 28 y 200 gramos sean sancionados con una multa hasta por 120 UMAS sin sanción penal. Es claro el dictamen: no podrían ser sentenciadas a prisión.
¿Y si quienes portan hasta 200 gramos forman parte de una célula criminal y se organizan para juntar no un kilo sino 100, por ejemplo?
A quienes les gusta fumar mota la felicidad los debe tener embriagados. Su sueño de “la bocanada” sin que nadie los moleste siempre y cuando no invadan zonas libres de humo o afecten a terceros –sin invitarlos a tomar la “bachicha” – o en sus alrededores se hallen menores de edad. Los “churros” y no los de clásicos de El Moro o El Convento, a falta de ceniceros instalados, inundarán calles y banquetas de todas las ciudades del país. Porque la autorización para el consumo lúdico y por consecuencia la siembra y comercialización, es de orden federal
Quienes quieran hacer negocio con la “golden” –que ahora será producida en casa y no en los húmedos bosques-, lo podrán hacer mediante un permiso que otorgará la Comisión Nacional contra las Adicciones (Conadic). Presuntamente tendrá un costo pero éste no se menciona en el dictamen aprobado.
El organismo que tiene como prioridad y final de su existencia combatir las adicciones de todo tipo de enervante, pondrá a la venta –no hay otra forma de decirlo- 6 tipos de licencia: integrales, que permitirán llevar a cabo todas las actividades de la cadena productiva del cannabis: cultivo, comercialización y venta al usuario final.
Y para aquellos que tienen el espíritu de contar con una tienda de conveniencia –no hay otra forma de escribirlo-, los diputados establecieron: Con fines de distribución, las cuales permitirán a sus titulares la adquisición de cannabis a un productor autorizado, con fines de venta a un comercializador autorizado; con fines de venta al usuario final, la cual permitirá a sus titulares adquirir cannabis a un licenciatario de distribución para su venta final en establecimientos autorizados.
(Si usted entiende los galimatías, por favor hágamelo saber).
En fin, la cannabis tiene otra cara además de divertida: es negocio y por ello a Vicente Fox Quezada le urgía la aprobación de la legalización para uso lúdico.
E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @misionpolitica, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.