Por Jesús Michel Narváez
Quedó demostrado: Morena y algunos de los impresentables militantes perdieron. Si algún la tuvieron, la vergüenza y la cambiaron por el cinismo.
Sin rubor, como representación del Espíritu Santo, camino a la santificación porque supo violar la ley y evadir la justicia, ejemplo de los milagros que concede, Félix Salgado Macedonio, se convirtió formalmente en el “candidato puro, sano y libre” de Morena al gobierno de Guerrero.
Acusado en múltiples ocasiones de abuso sexual que culminó en violación de cuando menos tres mujeres que se atrevieron a denunciarlo –quién sabe cuántas prefirieron callar- el que fuera presidente municipal de Acapulco, dos veces senador y conocido “mundialmente” como el “diputado costales”, Salgado Macedonio no pronunció discurso y simplemente calló.
Resulta inaceptable, suponiendo sin conceder, que un personaje más conocido por sus amores etílicos y escándalos sexuales que por sus acciones como político, se brinque las trancas de la justicia y salga tan limpio que parece anuncio de detergente.
A Mario Delgado, dirigente que no líder –le falta estatura- de Morena le puede salir más caro el caldo que las albóndigas cuando los guerrerenses de Acapulco, Chilpancingo, Taxco e Ixtapa-Zihuatanejo lleguen a las urnas a depositar sus votos y éstos sean contrarios al “elegido de los dioses terrenales”.
Fue una decisión “política”, cuentan los cercanos al diputado con licencia y quien en su paso por San Lázaro hizo y deshizo para satisfacer las órdenes del “jefe de jefes”, el residente de Palacio Nacional.
¿Quién avaló que Salgado Macedonio llegara a la candidatura?
¿Qué aceite contra la quemadura del sol se untó para que las acusaciones e investigaciones le resbalaran como el sudor de su frente?
Es una pena que en Guerrero no haya a la vista un candidato que le haga frente y lo derrote apabullantemente. Porque el que podría prefiere aceptar su derrota ante el “maligno” antes de irritar al jefe de su hermana.
Los que se mencionan por las oposiciones no tienen con qué derrotar al que camina por el sendero de la santificación.
Grave para los guerrerenses que un personaje acusado en repetidas ocasiones de abuso sexual y de ser un adorador de Baco, se convierta en su gobernador. Quizá sea el castigo que merezcan aquellos que creen en la 4t a pie juntillas. Vivirán la tragedia y observarán cómo se multiplican los abusos de poder sin que nadie los pueda evitar.
Sí se pudo… evadir la justicia y demostrar que la protección del “señor” lo puso en el camino del éxito político.
Bah, ironías del destino: tener un candidato a un gobierno cuando tendría que haber sido a la prisión.
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