Crisis con EU a la Vista

Punto de Vista

Por Jesús Michel Narváez

Chocan los criterios jurídicos. Y ojo, el vocablo “sin perjuicio” utilizado en la liberación del general Salvador Cienfuegos Zepeda, le concede el derecho al Departamento de Justicia de Estados Unidos de retomar la acusación. Un breve correo electrónico, de apenas línea y media enviado por la dependencia estadounidense, precisa que “Estados Unidos se reserva el derecho de reiniciar el enjuiciamiento de Cienfuegos si el Gobierno de México no lo hace”.

Una respuesta severa. Más aún cuando por la mañana de ayer el presidente y su empleado, el responsable de Exteriores, festejaron el fallo de la Fiscalía General de la República de exonerar al alto mando militar (en retiro) de las acusaciones que la mantuvieron recluido por 31 un días en cárceles de Los Ángeles y Nueva York.

Horas más tarde, ante la orden presidencial, Marcelo Ebrard hizo público el expediente que remitió el Departamento de Justicia a la Fiscalía mexicana para, en base a él, se abriera la carpeta de investigación.

Ese documento no es el que debemos o queremos ver. Revisar la indagatoria que realizó la FGR es o fundamental. Saber a quién hicieron declarar, en  dónde fueron las entrevistas, qué calidad tienen los testigos.

Y no, no estoy dando la razón a los estadounidenses. Sin embargo, habría sido sumamente riesgoso para el gobierno de Donald Trump, cuyas manos se advierte en la detención pero que seguramente contó con la información no solo de la DEA sino del fiscal general, William Barr, para atreverse a tomar la decisión que, sin duda, representó un tsunami en México.

En el gobierno de Andrés Manuel López parecen no darse cuenta que a partir del próximo miércoles Joe Biden asumirá la presidencia del país más poderoso del planeta y, para desgracia o fortuna, vecino per saecula saeculorum y que ya no estará más en la Casa Blanca el “amigo personal” que ordenó utilizar la Guardia Nacional como “muro de contención” en la frontera sur de México y que obligó a resguardar las presas para que se pagara el adeudo por el acuerdo de aguas del Río Bravo.

Además, forzó al jefe de la cuarta transformación a cambiar la política migratoria de brazos abiertos y empleos por el de cerrar la frontera.

Una de las diferencias entre Biden y Trump es que el 46 presidente de la Unión Americana no es globalifóbico sino todo lo contrario. Y el T-MEC es un acuerdo que hará respetar, algo que tampoco quiere entender el inquilino de Palacio Nacional.

Hasta ahora nada se sabe del beneplácito que el Departamento de Estado debe dar al nombramiento de Esteban Moctezuma Barragán como nuevo embajador de México en Washington y eso produce cierto nerviosismo, porque Martha Bárcena se va el último día de este mes. ¿La política exterior de Estados Unidos será igual a la de Trump? Definitivamente no. Y el canciller mexicano, cuyas ligas con los republicanos son bien conocidas –como botón de muestra: la relación personalísima con Rudy Giuliani, a quien le pagó 5 millones de dólares por instrumentar la Tolerancia Cero- muestra que ya se contagió y cree que vive en un universo alterno… no el de la realidad que se avecina como tormenta con rayos y centellas para posarse sobre el cielo mexicano.

En Palacio Nacional mucho ruido y pocas nueces. En la Casa Blanca poco ruido y mucho poder.

E-mail: jesusmichel11@hotmail.com, Twitter: @jesusmichelMx, Facebook: Jesus Michel y en Misión, Periodismo sin Regaños martes y jueves de 16 a 17 horas por ABC-Radio en el 760 de AM.

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