Por Jesús Michel Narváez
Corto de memoria o manipulador, para el caso es lo mismo, el presidente López olvida que durante 2018 el entonces titular del Ejecutivo federal no concedió entrevistas, pronunció discursos en eventos del sector privado y no en mítines. No se metió en el proceso electoral ni hizo campaña por el PRI y sus candidatos.
Irritado porque le quieren colocar el bozal –dirían los sabiondos que se llama cubrebocas-, arremetió en contra del consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, a quien acusó de haberse hecho de la vista gorda ante los fraudes electorales, ante las violaciones a la ley.
Sin recato alguno –imposible que lo tenga-, López denunció que Córdova “por consigna, entregaba candidaturas, registros para nuevos partidos, durante mucho tiempo se mantuvo una política fraudulenta y antidemocrática en el país, nosotros tenemos principios, tenemos ideales, nosotros no vamos a hacer nada que afecte la democracia, al contrario, vamos a promoverla, qué significa eso en la práctica, que el gobierno no actúa en los procesos electorales, que no se utilice el presupuesto del gobierno, como lo hacían ellos y como él lo sabe y se quedó callado y nunca protestó que se utilizaban recursos públicos”.
¿Cuáles partidos avaló? El PES y Morena ¿Hay otro en el periodo de Córdova? Sí, los que son aliados de AMLO: Redes Sociales y Fuerza por México.
¿Cuáles candidaturas y registros entregó por consigna?
El Consejo General del INE y no solamente su consejero presidente emitieron el acuerdo de que las mañaneras deberán ser suspendidas en cuanto a su difusión no en cuanto a su realización. Y lo hizo con fundamento en el artículo 134 constitucional no por sus pistolas, perdón, por sus abrazos.
No tiene explicación que se irrite y lance sus obuses a una Institución, porque Córdova no es el INE, que ha defendido la democracia, aunque no lo acepte el inquilino de Palacio Nacional.
La queja presidencial abarca a los medios de comunicación “Con toda la campaña en contra” por lo que no se quedará cruzado de brazos ni atado de manos y pies.
Por ello, anunció que acudirá a las instancias judiciales en el caso de que haya una prohibición, porque sería un acto de censura, sería un agravio, un atentado a la libertad, eso no puede prosperar desde el punto de vista constitucional, desde el punto de vista legal”.
Sin embargo, el punto de vista constitucional impide que los procesos electorales sean inequitativos y tendenciosos. Y el presidente quiere seguir llegando al “pueblo” a través de la radio y la televisión y promover sus “logros”, sus programas sociales, sus enfrentamientos con los adversarios sin importarle que los muertos por la Covid-19 aumento y probablemente lleguen a 150 mil antes de finalizar el mes, los contagiados superen el millón 600 mil y que el desempleo avance de manera inmisericorde y deje en la pobreza a quienes trabajaban para vivir.
La Ley es la Ley. Y el presidente López ha fincado su gobierno en palabras de Benito Juárez: Nada por la fuerza, todo por la ley.
¿Acaso pondrá a prueba al sistema judicial? No sería novedad. La responsabilidad, por supuesto, recae en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y ahora sabremos de qué está hecho y qué credenciales presentan los siete magistrados.
Al final, el presidente López convoca “a los mexicanos a que opinen si está bien que el INE nos silencie. Si está bien que en México, en nuestro país, no pueda hablar el Presidente, no pueda informar”.
Yo diría: ¿de verdad informa o deforma? La manipulación, el hacerse la víctima, el no ser “como los de antes” y otorgar 89 millones de pesos a su hermano Pío para que arregle el parque de beisbol de Culiacán lo hace peor. ¿O no?
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