Por Jesús Michel Narváez
Parece que el lenguaje cantinflesco es propiedad de la 4t y sus funcionarios. Surge desde el Púlpito presidencial en donde el ciudadano que pregona su honestidad y exige lealtad ciega, se hace bolas y para zurcir sus dichos sale con sus chistoretes en “idioma tabasqueño”. El que se lleva el premio Ariel por sus galimatías es, sin duda, Hugo López-Gatell, que además conjuga el verbo chilindrear sin rubor alguno.
Tocó el turno a Olga Sánchez Cordero. En la reunión virtual con los embajadores y cónsules del país que anualmente se realiza para marcar las líneas del Gobierno –desde que se instauró desde hace 32 años-, en la que presumiblemente no habría más oradores que el titular del ramo, la secretaria de Gobernación presumió sus conocimientos en materia exterior.
“… la llegada de Joe Biden traerá repercusiones en la relación con los Estados Unidos”.
¡Insólito descubrimiento!
Por supuesto que habrá repercusiones. Una de ellas por la negativa presidencial de reconocer el triunfo del demócrata en aras de quedar bien con el republicano que perdió las elecciones.
(Mañana será el Día D cuando el Congreso de Estados Unidos certifique la victoria de Biden, aunque Trump no quita el dedo del renglón y quiere manipular a los senadores vía el vicepresidente Mike Pence).
Claro que habrá repercusiones. Otra y fundamental, la cancelación de contratos y concesiones en materia energética otorgados durante la pasada administración y que son producto de la Reforma Energética que el presidente López está empeñado en destruir en su totalidad.
Seguro que habrá repercusiones, en temas como el veto a farmacéuticas estadounidenses para la venta de sus artículos en México, por considerarlas abusivas y que se beneficiaban acaparando el mercado.
Claro que habrá repercusiones porque de entrada no se está respetando el T-MEC en áreas del conocimiento, laboral, salarial y de protección al derecho intelectual.
Doña Olga habla de que habrá repercusiones pero no se atreve a señalar cuáles condiciones pondrá el nuevo residente de la Casa Blanca a partir de ya.
La forma en que el presidente López trató al candidato triunfador que, según se sabe, le colgó el teléfono durante una comunicación concertada por la embajadora Martha Bárcena, no se olvida.
México y su presidente fueron de los últimos en felicitar a Biden por su victoria. Antes lo hizo China, el “peor enemigo” de Estados Unidos y con quien existe una “guerra comercial” sin paralelo.
¿Cómo quiere doña Olga que el presidente de Estados Unidos trate al de México?
Y habría que añadir que el responsable de la política exterior es Marcelo Ebrard, salvo que lo hayan relegado o esté a punto de ser despedido. Si alguien tiene el pulso –se presume que así es- de las relaciones México-Estados Unidos es el llamado canciller.
¿Podría definir doña Olga cuáles serán las repercusiones más allá del problema migratorio?
Cantinflas podría estar en su derecho, desde donde se encuentre, de pedir regalías dobles por el mal uso del lenguaje cantinflesco.
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