Por Jesús Michel Narváez
Quizá, solamente quizá, a partir del 20 de enero cambie la relación Estados Unidos-China, deteriorada por la declaración de guerra comercial del que abandonará muy a su pesar la Casa Blanca.
Es probable que Joe Biden mantenga la política exterior con el gigante asiático y que, incluso, endurezca las medidas arancelarias. Todo es hipótesis, aunque al próximo mandatario estadounidense le gusta la globalidad, lo que rompería el esquema plasmado por el republicano.
A cuento lo anterior porque el secretario de Exteriores, Marcelo Ebrard Casaubón sorprendió con su declaración de que México ampliará este año la “asociación estratégica con China”, algo que probablemente no le agrade al poder económico de nuestro vecino del norte.
Si bien es cierto que la visita de Luis Echeverría a China, en abril de 1973, la primera que realizaba un Jefe de estado Mexicano al país más poblado del mundo, formalizó una inexistente relación diplomática gracias a la reunión sostenida fuera de agenda con Mao Tse Tung, el recelo de Estados Unidos siempre estuvo presente. Después de 48 años y cuando México tiene el T-MEC, uno de los tratados comerciales más importantes del globo terráqueo, parecería osado entablar una “alianza estratégica” sin consecuencias políticas y económicas.
Voltear la mirada rumbo a China sin que medie una actitud respetuosa de Estados Unidos, podría ser una mala apuesta.
Según Ebrard
Ante la pandemia, México ampliará este 2021 la asociación estratégica con China, informó el canciller Marcelo Ebrard, sostuvo una conversación con el ministro de Relaciones Exteriores y Consejero de Estado de la República Popular China, Wang Yi, a quien le agradeció el “apoyo de su país para hacer frente a la pandemia”, algo que nunca ha sido del todo aclarado porque meses atrás México le vendió insumos médicos que después nos regresaron con un sobrecosto.
Especular qué se busca con una “alianza estratégica” luego de que México no firmó el Acuerdo Asia Pacífico que integran 15 países y del cual Donald Trump excluyó a Estados Unidos y se conformó el mayor bloque comercial global.
De todos es conocido que la mayor cantidad de bonos del gobierno estadounidense se encuentra en poder de China, tanto en el gobierno como en su iniciativa privada, y que es una herramienta mortífera para la Unión Americana, porque con motivo de la guerra comercial declarada por Trump, China amenazó con cobrar los billones de dólares que representa la emisión de bonos gubernamentales.
La información proporcionada por Ebrard no explica en qué consistiría esa alianza y en qué beneficiaría a México. Se advierte que en su posición de jefe de Exteriores se moviliza para ser el “más conocido de los funcionarios mexicanos” allende las fronteras… en las lejanas tierras asiáticas poco saben de quienes son los poderosos en el gabinete presidencial de la cuatroté.
Habrá que esperar “información oficial” para saber a qué atenernos y, por supuesto, la reacción de quien llegará a la Casa Blanca en tan solo 18 días más.
Una apuesta riesgosa, sin duda alguna, pero a lo mejor Ebrard trae flor imperial que mata cualquier póker de ases.
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