Solidaridad Humana

Por Itzel Toledo García

El 22 de diciembre de 2005 la Asamblea General de Naciones Unidas decidió declarar el 20 de diciembre como el Día Internacional de la Solidaridad Humana. Desde 2000, año en que se estableció la Declaración del Milenio, “los Jefes de Estado y de Gobierno, entre otras cosas, consideraron que la solidaridad era uno de los valores fundamentales y universales en que deberían basarse las relaciones entre los pueblos en el siglo XXI”. (A/RES/60/209, p. 10)

Con este día, Naciones Unidas tiene varios objetivos: sensibilizar sobre la solidaridad, celebrar la unidad en la diversidad, promover el respeto los acuerdos internacionales y promover el debate para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Existen actualmente 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible que llaman a la acción para mejorar la vida de todas las personas, proteger al planeta y erradicar la pobreza, el hambre y las enfermedades. La idea es que se satisfagan estos objetivos sin comprometer el futuro de las nuevas generaciones y del planeta.  Para ello, se considera, es necesario armonizar el crecimiento económico, la inclusión social y la protección de medio ambiente.

A lo largo de 2020, la pandemia por Covid-19 ha concientizado a la mayoría de la población mundial sobre la importancia de la solidaridad desde el nivel local hasta el global. Ha quedado claro que para disminuir el número de contagios es necesario seguir medidas para cuidarse a sí mismo y al resto de la sociedad (quedarse en casa lo más posible, utilizar tapabocas, extremar medidas de limpieza, etc.) Esto ha variado según las indicaciones de gobiernos locales y nacionales, incluso hemos visto manifestaciones en contra de estas medidas en algunos países del norte global en los que un número reducido de personas consideran que se atenta contra sus libertades. También hemos visto actos de solidaridad en el ámbito científico al acelerar los procesos de intercambio de información con el fin de desarrollar vacunas para esta enfermedad y miles de personas han participado en estudios, lo que ha permitido que se aceleren las fases de análisis para que las vacunas sean aprobadas. En el plano de lo internacional, hemos visto un alto grado de cooperación tanto a nivel bilateral como multilateral. Algunos países han apoyado a otros enviando misiones médicas, mientras que otros han facilitado materiales sanitarios y equipos de salud. En general se han intercambiado datos para comprender mejor y contener la pandemia, tanto por autoridades sanitarias, científicas y políticas como por la población.

En los siguientes meses, con el inicio de las campañas de vacunación se pondrá a prueba esta solidaridad. Por un lado, a nivel nacional, se deberán respetar los calendarios impuestos por los gobiernos para vacunar a diferentes sectores de la población y será necesario seguir con las medidas de cuidado para evitar la expansión del virus y la saturación de hospitales en lo que la mayoría de la población es vacunada. Será importante asegurar un acceso a la vacunación para la población no importando su posición económica y los gobiernos tendrán que evitar el desarrollo de mercados negros de vacunas. Por otro lado, a nivel internacional, los gobiernos acaudalados deberán utilizar lo necesario para cubrir la vacunación de su población y no guardar lo que reste sino repartirlo. Según los acuerdos que existen actualmente entre gobiernos y compañías farmacéuticas que están desarrollando vacunas, el 53% de las vacunas con más promesa de éxito han sido aseguradas por países ricos que representan el 14% de la población mundial, mientras que se calcula que 70 países alrededor del mundo no lograrán tener acceso a vacunas en 2021. Será menester que los países que compraron más de lo necesario compartan vacunas con los países sin acceso a las mismas. Veremos si las grandes compañías farmacéuticas comparten su tecnología y propiedad intelectual a través de la Organización Mundial de Salud para que se puedan producir más vacunas a menos precio, esto es algo que están promoviendo activistas desde la People´s Vaccine Alliance y algunos gobiernos. Ante la negativa de hacerlo ya existe la propuesta del gobierno chino de regalar su vacuna a los países que así lo deseen, será una importante acción de poder blando.

El Día Internacional de la Solidaridad Humana en 2020 es un buen momento para que reflexionemos en comunidad sobre la importancia de actuar considerando a la humanidad y el planeta. ¿Cómo llevamos una vida más sustentable para nosotros y las nuevas generaciones? ¿Cómo podemos contribuir para erradicar la pobreza, el hambre y las enfermedades? ¿Cómo logramos un equilibrio entre la inclusión y equidad social, el crecimiento económico y el medio ambiente? ¿Cómo incidimos de lo local a lo global? ¿Qué hacemos con estas reflexiones… las canalizamos por medio de organizaciones no gubernamentales, partidos políticos y la acción individual?

 

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