Por Jesús Michel Narváez
El vocablo inhibir tiene cuando menos 7 sinónimos: impedir, reprimir, cohibir, refrenar, privar, prohibir, vedar.
A colación porque en la 4t sacan de la manga palabras cuyo significado es el que siempre ha negado: no somos un gobierno represor… no somos como los de antes.
Sin embargo, la realidad exhibe lo contrario.
Con motivo de la pandemia sanitaria en la Ciudad de México se “inhibirán” las fiestas decembrinas y si integrantes de la Secretaría de Seguridad Ciudadana llegan a un domicilio “por petición de los vecinos” para detener las actividades que incumplen las medias sanitarias, tendrán que cancelar la juerga.
Si los celebrantes se niegan a atender la “invitación” entonces viene el garrote vil: los uniformados procederán a realizar detenciones y remisiones ante las autoridades del Juez Cívico o ante el Ministerio Público dependiendo el caso. (Dicen en el gobierno capitalino que siempre actuarán con respeto a los derechos humanos de la ciudadanía).
Por si fuera poca cosa la represión –es sinónimo- la Procuraduría Social de la Ciudad de México multará a los vecinos fiesteros que se nieguen a abrir la puerta a los elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana hasta con 18 mil pesos.
¡Esta es la estrategia del gobierno para hacer cumplir las reglas sanitarias!
Se trata, por lo visto, de medidas represivas. ¿Acaso es legal decretar la ley seca?… ¿o cerrar calles peatonales?… ¿o impedir el libre tránsito? Eso se llama “inhibir” que es igual a reprimir.
Porque no solamente se reprimirán los festejos que se realicen en salones, restaurantes o parques sino los que se lleven a cabo en el domicilio particular, que conforme al Artículo 16.- Nadie puede ser molestado en su persona, familia, domicilio, papeles o posesiones, sino en virtud de mandamiento escrito de la autoridad competente, que funde y motive la causa legal del procedimiento.
¿Llevarán los uniformados, los respetuosos de los derechos humanos y suponemos que de la propia ley, un mandamiento escrito por la autoridad competente?
Seguramente no. Y como es costumbre de los jenízaros comenzarán por la “cordial invitación” y conforme transcurra la negativa aflorarán las agresiones verbales y cuando los ciudadanos que están en su domicilio no se dejen comenzarán a mostrar que tienen entrenamiento y doctorado en brutalidad.
Claro, no estamos en un gobierno represor.
Y con las “cordiales invitaciones” a cancelar la celebración familiar de la Navidad no se contendrá el aumento de contagios por la Covid-19. Seguimos en semáforo naranja –tirándole a rojo- cuando ya se saturan hospitales para atender la pandemia y todo se trata de manera científica.
Claro, no estamos en un gobierno represor sino inhibidor.
¡Pamplinas!
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