Por Jesús Michel Narváez
Solamente un enfermo se atreve a decir que ya va a pasar esta pandemia, cuando en esta semana que finaliza hoy en tres días se registraron contagios superiores a los 10 mil, como ocurrió el viernes que se contabilizaron 12 mil.
“Es muy extraño y muy molesto el que no podamos acercarnos, el que no podamos saludarnos de mano, el que no podamos abrazarnos, pero tenemos también que guardar la sana distancia y cuidarnos”, dice el presidente López a quien no le importan las medidas restrictivas que se diseñaron para frenar, aplanar y erradicar el Covit-19, porque según el sobrado de Hugo López-Gatell y repitiendo como eco lo expresado por su florero jefe, la pandemia está bajo control.
No darse cuenta de la realidad y recurrir a cartabones populistas, porque la zona de confort del presidente López es el área en donde se reúnen cientos, miles de personas para aplaudirle y gritar “es un honor estar con López Obrador” y por eso quiere abrazos no balazos, aunque los del crimen organizado ni lo ven ni lo oyen i siguen disparando a quien se les para enfrente sean soldados, marinos, guardias nacionales o simples mortales que se les quedan mirando.
Se entiende la preocupación presidencial y su intención de tranquilizar a la población, porque sabe que de continuar hasta mayo-junio como lo prevé su vocero sanitario, las elecciones se le van a ir de la mano y el control de la Cámara de Diputados lo perderá con lo que su mañoso proyecto político se puede ir al caño.
Pero no es con engaños, que dice no utilizar jamás, no es con mentiras, que afirma nunca las dice, como dejará de morir y contagiarse la gente que todavía le cree que usar el cubrebocas no es necesario porque no sirve y se duele de las medidas que tiene que tomar durante sus giras de “trabajo”. Con dos dedos de frente se tendría que hacer caso a los científicos que no están de lacayos en su corte virreinal. Ellos, los que sabe, recomiendan el uso del cubrebocas, el gel, la sana distancia y el lavado de manos. El presidente ni siquiera se unta gel cuando llega a sus mañaneras en tanto que sus acompañantes sí lo hacen y se colocan el cubrebocas.
¡Ya párele, Presidente!
Su actuar a todas luces irresponsables es causante de que haya 105 mil muertos y un millón 100 mil contagios. Y por si no lo sabe, todavía no hay cura que venza al coronavirus. Y a las vacunas todavía les “cuelga” para inyectarlas a 126 millones de personas.
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