Por Pamela Ríos
Y para aquellos que les gusta amarrar navajas, sea entre los mexicanos (verbi gratia el pleito de López Obrador con los 10 gobernadores), sea con el pasado (la cantaleta de que si los españoles esto y lo otro) o con los de otras naciones, en la actualidad hay quienes se preguntan ¿si México tiene nuevos coligados?, si otros están en espera de otros aires, ¿si a pesar de Trump Estados Unidos aún tiene aliados?
En el caso del vecino del norte, son cada vez menos en este 2020, porque el señor Trump y su falta de consistencia política, sobre todo en materia exterior, los ha ido abandonando. Aseguran que así sucedió con los kurdos de Siria y con Ucrania.
Como si no fuera suficiente, la OTAN está que trina tras el anuncio hecho por el mandatario de que recortaría sus aportes al fondo común, porque “nuestros aliados se aprovechan de nosotros más que nuestros enemigos”.
El artículo 5 del Tratado de Washington de 4 de abril de 1949, por el que se creó la Alianza, señala: “Las partes convienen en que un ataque armado contra una o contra varias de ellas, acaecido en Europa o en América del Norte, se considerará como un ataque dirigido contra todas ellas …”.
Los españoles señalan que esto es el principio de defensa colectiva, que sólo ha sido invocado una vez en la historia de la Organización, en respuesta a los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Pero pareciera que al actual inquilino de la Casa Blanca se le olvida que la Organización del Tratado Atlántico Norte está actualmente integrada por 30 Estados miembros.
Hasta ahora el número de países se ha incrementado, sobre todo tras la caída de la cortina de hierro, pero ninguno la ha abandonado y sólo Estados Unidos, vía el presidente Donald Trump la ha estado amenazando constantemente.
Evidentemente ningún país de América Latina forma parte de dicha organización (del norte) a la que pertenecen en orden alfabético, Albania, Alemania, Bélgica, Bulgaria, Canadá, República Checa, Croacia, Dinamarca, Estados Unidos, Estonia, Eslovaquia, Eslovenia, España, Francia, Grecia, Hungría, Islandia, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Montenegro, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Rumania y Turquía.
Y aunque sus normas dicen que la membresía está abierta a cualquier «Estado europeo en condiciones de promover los principios del presente Tratado y de contribuir a la seguridad de la zona del Atlántico Norte», las intenciones de otras naciones por formar parte existen en Bosnia-Herzegovina, Georgia y la Antigua República Yugoslava de Macedonia. Todo indica que sólo una lo logró: Macedonia.
Fue después de un impasse del planteamiento de Donald Trump, pero los ataques terroristas en Europa desde hace tres semanas (en Francia y en Austria) tal vez aceleren otras decisiones (se toman por consenso) que por cierto recaen en el principal órgano de la Alianza, en el Consejo del Atlántico Norte, máxima autoridad decisoria, integrado por los Embajadores Representantes Permanentes de los países Aliados.
En el caso de América Latina se creó desde 1947 y entró en vigor un año después el Tratado de Asistencia Recíproca (TIAR) o Tratado de Río de Janeiro. Hoy son 35 sus miembros entre los cuales ya no está México.
Nuestro país se retiró del mismo, después de que, durante el sexenio de Vicente Fox, en un discurso en la OEA el mandatario señalara que el TIAR “no sólo representa hoy un caso grave de obsolescencia e inutilidad, sino que ha impedido, en contra de sus propósitos, la generación de una idea de seguridad adecuada a los alcances y necesidades del hemisferio”.
En 2002 México abandonó el tratado. El año pasado, además, rechazó la aplicación del mismo contra Venezuela.
Hoy, sabremos si el triunfo del demócrata o del republicano en Estados Unidos se traducirá en nuevas acciones internacionales tanto para la OTAN, como para el TIAR.