Camille Paglia.
Sexual Personae:
Arte y decadencia desde
Nefertiti a Emily Dickinson,
Deusto, 864 páginas
Por David Marklimo
Este es un libro de preguntas. ¿Qué es el sexo? ¿Qué es la naturaleza? ¿Se cruzan? Según Camille Paglia, sí, lo hacen. Y al hacerlo se producen de forma inevitable conflictos. Muchas veces, la teoría feminista los ha simplificado, y ha pensado que bastaba con reajustar la sociedad, establecer la igualdad sexual y aclarar las funciones de cada sexo para que reinaran la felicidad y la armonía. La realidad es mucho más complicada. Y para demostrarlo, Paglia emprende un recorrido por la gran cultura occidental. Vienen más preguntas: ¿qué es el arte? ¿Cómo crean los artistas? ¿Y por qué? Para responderlas, visualizamos los poemas de Lord Byron, las esculturas renacentistas, las obras de teatro de Shakespeare, las decadentes pinturas orientalistas, la crueldad del Marqués de Sade, la Gioconda de Leonardo Da Vinci, vídeos (un tanto pornográficos) de Madonna y el carisma sexual de Elvis Presley. Recorremos la Prehistoria y Egipto hasta finales del siglo XIX, están los momentos estelares de la Grecia Helenística o el Renacimiento italiano, Hollywood, el Rock’n Roll y la cultura pop. Paglia nos transmite el orgullo de pertenecer a una cultura que ha producido la Capilla Sixtina, las vacunas, The Faerie Queen, Shakespeare, los Rolling Stones y los servicios sociales.
Pero no es un libro de elogios. Es una gran crítica puesto que, como hemos visto en el párrafo anterior, hemos tendido a ignorar o a embellecer la inmoralidad, la agresividad, el sadismo, el voyeurismo y la pornografía, presentes en lo que llamamos Arte. Sin estos conceptos, dice Paglia, no es posible ilustrar -con su belleza y su carácter a veces amenazante- de qué hablamos cuando hablamos de sexo y cuáles son sus máscaras. La pregunta aquí es: hasta qué punto la vida, el arte y el pensamiento occidentales están regidos por la personalidad.
Así, en Sexual Personae, Camille Paglia aborda el principal conflicto de Occidente: la tensión entre los principios apolíneos masculinos y los dionisísacos femeninos –la productiva lucha entre el razonamiento simple y directo, expuesto con sencillez y claridad solar, de lo apolíneo, y el apasionamiento romántico, lleno de metáforas poderosas y recursos narrativos, de lo dionisíaco– que marca esta “personalidad” occidental, psicológica, social, artística e históricamente. La obra rezuma psicoanálisis, críticas de arte, talento narrativo yuna profunda inmersión en la mitología helenistica y judeocristiana. A través de ello, se reconstruye nuestra civilización y nuestra relación con el sexo y la naturaleza con una osadía sin precedentes.
Hay que reconocer que la sexualidad, una de sus principales inquietudes, no es lógica y racional. Es natural, y producto del deseo de conservación de la especie. Y eso hace necesaria la exhibición, lo que ahora se llama “pavonearse”. De ahí que para entenderla sea necesario recurrir a los prismas del arte y, sobre todo, la psicología. Es probable que esta parte del texto escandalice, pues la sociedad en la que vivimos no soporta verse retratada en el espejo, como ese viejo mito griego de Narciso. Así, cuando se critica el papel de la mujer en la sociedad es porque generalmente se olvida que una cosa es el papel de la mujer en el ámbito privado —el sexo— y otra en el ámbito público —la sociedad—. Por ello, en este libro, el objetivo es reafirmar y celebrar el antiguo misterio y el atractivo de la mujer. Paglia, a contracorriente de toda la teoría feminista dominante, ve en la madre una fuerza abrumadora que condena al hombre de por vida a la ansiedad sexual, de la que pretende escapar mediante el racionalismo y los logros físicos.
Pero, más allá de sus tesis, lo que aquí tenemos devuelve al ensayo su naturaleza artística, a su capacidad de razonar y exponer argumentos. Esa vieja tradición que tanto añoraba Wilde y que tanto destacaron Baudelaire, Ruskin y el Walter Pater. Un libro que seguramente nos dejará con la cabeza llena de ideas durante mucho tiempo.