Enola y la Corrección

La Tiendita de los Horrores

Por Emilio Hill

El único lado para donde moverse es el de la corrección política. Sobre todo dentro de la industria del entretenimiento ahora que las plataformas se encuentran a la cabeza ante la precaución de la gente para regresar a las salas. Enola Holmes ( Bradbeer 2019) es un claro ejemplo. Denme una causa inclusiva aunque tenga que padecer un mal guion parece la consigna.

Seguir la Moda y  las tendencia o la casi  obligación de agradar a un público con escasos referentes pero redes sociales activas es la cruz que padecen los creadores. Y la    casi obligación de hacer versiones femeninas de personajes icónicos de la ficción es un ejemplo . Elemental querido lector, le ha tocado ahora a Sherlock Holmes.

El filme, que se puede ver en Netflix, plataforma promotora de toda causa política que abanderen los millennials está basada en una serie de libros dirigidos al público juvenil escritos por Nancy Spinger. La protagonista es Millie Boby Brown como Enola (hermana pequeña de Sherlock Holmes, la cual nunca es mencionada en la obra de Sir Arthur Conan Doyle).

La historia peca de ingenua: Enola vive con su madre Eudoria ( Helena Bonham Carter). La vida se les va en estudiar y coquetear pero con el sufragismo y varias causas liberales. Un día Helena desaparece sin dejar rastro y la joven hija abandonada se dedicará a buscarla, pero antes tendrá que huir de sus hermanos que quieren su patria potestad: Sherlock (un disminuido Henry Cavill) y el inefable Mycroft ( Sam Clafin).

En su búsqueda, la chica se encuentra a Lord Tewksbury (Louis Partridge) un delicado y modoso marquesito que huye de su malvado tío. En este momento es cuando los roles se trastocan: Enola es fuerte y valiente, el joven es en general bobón. La pregunta surge y es obvia hasta cierto punto: ¿habiendo tantos ejemplos de personajes femeninos con un contexto propio, por qué recurrir al forzoso cambio de roles?

Y para muestra ahí está Miss Marple, la inmortal creación de Agatha Christie. La verdad es que incluso no es tan buen negocio el cambio de roles en historias con versión original masculina. No son éxitos en realidad filmes como Ghostbusters: Answer the call ( Feig, 2016) o incluso Ocean’s 8 ( Ross, 2018). Pero bueno, ahora es el pavor que se le tienen a las redes de no ir con la voz que grita más fuerte.

El filme de Enola, diluye incluso la trama principal en un macguffin ( argumento secundario). Ligereza y corrección son mala idea.

Se percibe sobre todo un tono de telefilme, más como un piloto de serie que otra cosa. El éxito relativo que ha tenido, se debe al aun ayuno de estrenos importantes en cine, pero el asunto resulta mediático, no artístico.

Por cierto, ya si de plano se quiere explorar en el universo de Holmes – que no surja de la mente de su autor original- vale la pena ver El joven Sherlock (Levinson, 1985).

 

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