*¿Habrá Nuevos Corruptos en la Elección del 2021
*Como Entiende la Ciencia Política a la Corrupción
*El Abuso del Poder y el Beneficio de los Particulares
*La Finalidad de Conseguir Votos Para el Candidato
Por Nidia Marín
No es novedad. Esa ha sido la historia eternamente. Las bolsas con dinero volvieron a estar de moda. Sean de papel de estraza, de plástico, de lona, de piel y de cualquier material, con ligas, broches o cordones. Adentro portan billetes y la importancia de los mismos es para qué y para quién. Los periodos electorales son muy socorridos para los envíos clandestinos por lo regular procedentes de gobiernos y dependencias sean federales o locales.
En general los pueblos de las naciones censuran los saqueos de los recursos del Estado, mismos que son periódicos (en cada proceso electoral) e inconmensurables. Tan corruptos son los que roban poquito que aquellos que roban mucho.
Hoy Lozoya está dando pelos y señales del dinero a manos llenas que se distribuyó en la campaña de Peña Nieto y Pio López, hermano de AMLO, también se exhibió (y lo exhibió) como presunto corrupto para que su hermano ganara.
¿Quién o quiénes se unirán a los equipos gansteriles políticos en las próximas elecciones de 2021? Aun se desconoce, pero en México hay escuela en la materia.
El próximo lunes 7 de septiembre inicia el proceso hacia las elecciones de 2021 y aunque el Instituto Nacional Electoral está consciente de la urgencia de que en México se desarrolle una dinámica electoral distinta, aun no se tiene la certeza de establecer algo novedoso ya que pudiera ponerse en riesgo la confianza del público en el órgano electoral.
Sin embargo, explicó hace una semana Lorenzo Córdova Vianello, titular del instituto, que se trabaja en formatos de votación distintos al presencial, mientras se atiende especialmente en garantizar que sea auditable.
De ponerse en práctica sería una jugada de dos bandas no solamente para evitar los riesgos que implica una votación presencial en tiempos de coronavirus, sino un golpe menos visible en contra de la corrupción electoral.
Hay quien señala que la corrupción no es la misma en todas las sociedades, lo que puede ser entendido como corrupto para una sociedad puede que no lo sea para otra. Se han distinguido tres tipos de corrupción:
La negra, en la cual se condenan moralmente tanto por las elites y por la sociedad en general y existe también una condena legal.
La gris, situación intermedia en la que no existe consenso entre la condena de la elite y la sociedad y puede existir o no falta de tipo legal.
Blanca, que es tolerada ya sea por la elite y la sociedad, y tampoco existe una falta legal.
Como fuere, hay estudios que precisan que “la ciencia política entiende la corrupción como un fenómeno por medio del cual un funcionario público es impulsado a actuar de modo distinto a los estándares normativos del sistema para favorecer intereses particulares a cambio de una recompensa.
“Corrupto es, por lo tanto, el comportamiento ilegal de aquel que ocupa una función en la estructura estatal (Bobbio & Pasquino 1991). Esta definición no permite entender aquellos actos en donde la corrupción puede ser entendida como una consecuencia no buscada de la acción, ni tampoco nos permite comprender cómo ciertos grupos o sociedades consideran corruptos ciertos actos y esos mismos actos no son consideraros corruptos por otros”.
Esto lo señalan en un estudio publicado en Scielo, denominado “Clientelismo y corrupción en contextos de baja estatalidad, una relación mutualista”, los especialistas Emilio Moya Díaz, doctor en Estudios Latinoamericanos, de la Universidad de Chile, y Daniel Paillama Raimá, sociólogo, también chileno.
Dicen además:
“Si bien las organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) utilizan una definición más amplia en donde se la define como la utilización de un cargo público en beneficio propio o el abuso del poder encomendado para el beneficio particular, no explica su dinámica, ya que se excluyen elementos tales como el sentido que le dotan los individuos a estos actos, las motivaciones que los impulsan, las dinámicas que desarrollan y los vínculos que la sostienen”.
En relación con los intermediarios explican que “…establecen criterios de merecimiento o desmerecimiento, los cuales están determinados a partir del “acompañamiento político” de los clientes (ciudadanos y organizaciones sociales) en las diferentes actividades que estos realizan en tiempos de campaña, dichas actividades tienen la finalidad de conseguir votos para el candidato. “De este modo se genera un sistema de desigualdad categórica, es decir, un sistema que distingue, por un lado, entre beneficiarios dignos de ayuda, “mientras que por el otro están aquellos que no merecen tal asistencia”.
Hoy cuando en México el hermano del presidente de la República (Pío) es acusado por la sociedad mexicana de “corrupto” utilizando la misma vara con a que fue medido Lozoya, otra vez la corrupción está en la balanza con a que se miden los triunfos electorales.