*El Hijo del Exsecretario de Hacienda, Gil Díaz, podrá ser Encarcelado
Por Joel Armendáriz
Aquellos jóvenes que encontraron la mesa servida por el esfuerzo realizado por sus padres no entienden o parecen no hacerlo, que lo heredado: educación y recursos materiales y económicos, no son para derrocharlos y para andar arrastrando el apellido por las sucias calles del país o las elegantes colonias ubicadas siempre en el sur de cada capital.
En el sector público, no en la política, los juniors hacen de las suyas. Lo mismo hijos de presidentes en el ejercicio o ya fuera de éste que de gobernadores, senadores, secretarios de Estado o directores de instituciones oficiales. En el pasado los hijos de Martha Sahagún fueron el platillo de los analistas que buscaban y encontraban las acciones presuntamente ilegales cometidas en el Infonavit y en Oceanográfica; en el primero de los casos “tenían mano” para comprar los lotes de departamentos que no se habían liquidado. En el segundo, “recomendaban” a la empresa para que Pemex les diera contratos.
El hijo de Carlos Salinas fue acusado de ser parte de una secta sexual NXIVM. Y la lista es enorme. El mayor de los vástagos de Peña Nieto presumió haber asistido a la final de la Champions League. Hijos de gobernadores también tienen lo suyo. Por ejemplo, Alejandro Murat Hinojosa fue noticia por las propiedades que posee en Nueva York. Vaya, los Juniors saben vivir y cometer errores.
Esto le ocurre a Gonzalo Gil White, exdirector de la empresa perforadora Oro Negro e hijo de Francisco Gil Díaz, exsecretario de Hacienda, por una orden de detención y captura internacional que hay en su contra.
De acuerdo con la causa penal, el otrora considerado un “joven maravillosamente inteligente” decidió jugarle las contras al Sistema de Administración Tributaria y quedar a deber 150 millones de pesos por impuestos no cubiertos. Además, es imputado por “los delitos de administración fraudulenta y abuso de confianza por disponer de 750 millones de pesos de un fideicomiso bancario lo que provocó afectaciones a inversionistas”, según la información que ha surgido después de que se libraron dos órdenes de aprehensión una jueza le negara el amparo promovido desde marzo, pero que por la pandemia de Covid-19 quedó en suspenso.
El joven Gil White acaparó la portada de Forbes, múltiples espacios en la prensa escrita, televisiva y radiofónica por la forma en que operó su empresa llamada Oro Negro.
No siguió los pasos de su padre, quien llegó a ser considerado uno de los mejores operadores públicos en el mundo financiero, algo difícil de lograr por tratarse de un círculo cerrado y al que solamente tienen acceso aquellos que han resuelto problemas de los erarios gubernamentales generados por diversas situaciones ya internas o externas.
Gil Díaz, cuya trayectoria en el mundo de las finanzas data desde su ingreso al Banco de México como subgobernador y más tarde como subsecretario de Ingresos de Hacienda hasta convertirse en su titular, no ha sido un hombre de escándalos. Se le conoce por su dureza para aplicar las medidas que las finanzas públicas requieren y en su momento. Su independencia como responsable de los dineros de la Nación respecto del presidente, su jefe, Vicente Fox, permitió que no estallara una crisis cuando el precio del petróleo se desplomó de manera significativa en 2001.
En la historia de servidor público, Gil Díaz fue considerado como uno más de los tecnócratas que formaban parte del grupo de Carlos Salinas de Gortari. Sin embargo, el adjetivo nunca obedeció a descalificar su trabajo. Por el contrario, siempre fue respetado.
El único problema que registra su currículum es el haber aceptado la invitación que le formuló HSBC para ser Consejero Independiente del banco en Gran Bretaña, al cual renunció por integrarse a la función que desempeña actualmente en Telefónica. La oferta de HSBC suscitó una polémica que llevó a la Secretaría de la Función Pública a investigar el caso, y determinó posteriormente archivarlo por falta de pruebas. Hasta ahí.
A su hijo, sin embargo, la justicia lo ha encontrado presunto responsable de abuso de confianza y evasión de impuestos por lo cual ya se giró la ficha roja de Interpol y es buscado en cuando menos 178 países del mundo.
Arrojar a la basura el prestigio del apellido y la herencia en vida de la que disfrutó por no prever lo que se avecinaba, probablemente hagan la diferencia con su padre. Éste siempre estaba un paso delante de lo que podría convertirse en un problema para las finanzas públicas y, por cierto, en lo personal nunca se jactó de ser erudito ni tampoco se comportó con la clásica opulencia de los secretarios de Hacienda.
El vástago, un dandy en el vestir, con finos y elegantes relojes en su muñeca izquierda, con exclusivas corbatas y trajes de marca, hizo de su empresa un intento de emporio que brilló intensamente en sus inicios y que poco a poco y de pronto de golpe cayó en la insolvencia y los problemas se acumularon.
Hoy su pasado lo persigue. Y es un pasado apenas que comienza.
Como los buenos juniors la vida le sonreía y él le sonreía a la vida. Había empatía entre ambos y parecía que terminarían sus vidas juntas y felices. Nada de lo construido es para siempre. Hay momentos en que se cae y sin el carácter de levantarse y sí de aprovechar la oportunidad para incrementar el patrimonio personal, conlleva a escuchar la voz de una juez: no hay amparo y las órdenes de aprehensión siguen vigentes.
Es decir, don Francisco Gil White es prófugo de la justicia.
¿Cuántos más como él se reunirán en algún centro de reclusión? Porque acciones como de la que se le acusa no se realizan en soledad… siempre en grupo de juniors amantes de la buena vida y del dinero fácil.