Por Jesús Michel Narváez
Remplazar el valor legal de las pruebas por el “valor moral” no se entiende si de aplicar la justicia se trata.
Pero es la nueva propuesta del presidente López, quien admite que los abogados le han confirmado que un video no tiene valor estrictamente jurídico. Expresó que espera ver el video que Emilio Lozoya aseguró exhibirá como prueba contra los exfuncionarios corruptos de la administración pasada, presuntamente tiene documentado.
Así lo dijo: “Sí me gustaría verlo (el video), es como pago por evento, me gustaría verlo porque hay que poner al descubierto toda la corrupción, eso sí ayuda mucho (…) porque no es nada más castigarlos, sino que no se repita, prevenir la corrupción por el daño que causa”.
“Me dicen (los abogados) que las pruebas de este tipo parece que no son de tanto valor en los juicios, en lo estrictamente legal (…) pero en lo moral son de primer orden”.
La moral por encima de la justicia y la legalidad. Una manera sui géneris de interpretar el debido proceso y la presunción de inocencia, que son parte del marco legal que rige al país.
Y colocarse la brillante aureola para difundir el sermón no es el papel de un presidente de una nación en la que existe constitucionalmente la SEPARACIÓN DE PODERES. Imponer la moral como materia obligatoria en el estudio de la vida no le corresponde al Estado Mexicano conforme al texto del artículo tercero constitucional.
¿Qué espera el presidente encontrar en los videos que no sepa ya mediante las “filtraciones” provenientes de la Fiscalía General de la República?
Todo parece indicar que las “aportaciones del testigo colaborador” no llenan las expectativas presidenciales y necesita retroalimentar sus odios naturales con pruebas que, aunque no tengan el valor “estrictamente legal” sirvan para mantener el distractor de los graves problemas del país. De acuerdo con su concepción, es más importante y de “primer orden” acabar con la corrupción que atender los efectos de la pandemia que ya cobró 55 mil 293 vidas e infectó a 505 mil 751 personas (hasta la noche del jueves).
Es más importante ver el video que buscar las herramientas para generar empleos, reducir la pobreza extrema, vencer la violencia y la criminalidad. El presidente tiene prioridades: las suyas, no las del pueblo bueno y menos las del pueblo malo.
Como colofón la pregunta obligada: ¿qué pasará si el video no contiene lo que han asegurado que tiene? ¡Otra frustración!
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