Un vuelo especial de la Fuerza Aérea Mexicana, procedente de Nueva York, repatrió 250 urnas con cenizas de mexicanos muertos a causa del COVID-19 en Estados Unidos.
Las urnas fueron colocadas en el antiguo hangar presidencial del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México a su llegada, la noche del sábado, donde una guardia de honor les rindió homenaje.
Para el traslado de las urnas, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) se coordinó con el Consulado General de México en Nueva York y con los gobiernos de diferentes estados mexicanos.
Los gobiernos estatales facilitarán el traslado de las urnas a su destino final en las distintas ciudades donde se encuentran los familiares de las víctimas, como Baja California, Campeche, Chiapas, Guanajuato, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala, Veracruz y Ciudad de México.
En una nota, la SRE, señaló que a través de su red consular en Estados Unidos, continuará brindando asistencia a las familias de las personas mexicanas que han muerto a causa del virus en aquella nación.
Este sábado, la ciudad de Nueva York se despidió de los restos de 250 “héroes” mexicanos que murieron en la ciudad a causa del coronavirus con una sentida ceremonia celebrada en la Catedral de San Patricio antes de ser trasladados a su país, en la que supone la repatriación más numerosa de su historia.
“Gracias a estos 250 héroes, que son conocidos como ‘frontliners’ (trabajadores en primera línea), esta ciudad continuó funcionando”, subrayó en el sepelio el cónsul mexicano en Nueva York, Jorge Islas López, que viajó con las urnas hasta México.
“Fueron trabajadores que estuvieron en primer línea de defensa (…), ya sea preparando alimentos en las cocinas de los restaurantes, trabajando en la construcción, limpiando los hospitales… Fueron héroes invisibles y anónimos que permitieron que todos los neoyorquinos se pudieran quedar en casa, y eso nos costó mucho, nos costó vidas”, aseveró.
A la breve ceremonia, oficiada en español por el cardenal de la Arquidiócesis de Nueva York, Timothy Dolan, asistieron un centenar de familiares quienes, visiblemente entristecidos y ataviados con máscaras y guantes, rezaban frente a las 250 urnas que contenían las cenizas de las víctimas de la pandemia, situadas en el majestuoso altar de la iglesia y cubiertas con una tela blanca.
Tras las condolencias transmitidas por Dolan, que subrayó en repetidas ocasiones la importancia de la comunidad mexicana de Nueva York y el ejemplo de fe dado, el arzobispo quiso enviar su pésame a los familiares que recibirán los restos en México.