Por Jesús Michel Narváez
Conforme a la aprobación de la Guardia Nacional, el Senado de la República tiene la responsabilidad de recibir y analizar el informe anual de la corporación.
Por razones inexplicables en las tres primeras semanas de febrero, no fue distribuido a los 128 senadores. Alguien lo guardó.
Sin embargo, Damián Zepeda, senador del PAN y exjefe nacional del partido durante la ausencia de Ricardo Anaya quien buscaba la Presidencia de la República, me confirmó que el Informe fue ocultado y que de acuerdo con la copia que le fue entregada “en 2019 fue un fracaso” el quehacer de la Guardia Nacional.
Sin pretender descalificar las funciones del nuevo organismo de seguridad nacional, hay revelaciones que muestran el desvío de sus actividades. La principal: destinar gran parte de la fuerza para construir el muro en la frontera sur, atendiendo los reclamos del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump quien amenazó con aplicar gravámenes del 25 por ciento a todos los productos que exportara México si no frenaba la ola de migrantes que ingresaban por la frontera con Guatemala.
Aunque el hecho concreto de la “presión” fue negada en repetidas ocasiones lo mismo por el presidente López que por el canciller Marcelo Ebrard y el técnicamente responsable de la Guardia, Alfonso Durazo, la presencia de la fuerza no dejó duda de que formaron el muro a petición de parte.
La Guardia Nacional se construyó bajo la óptica de que sería la fuerza integrada por militares, marinos y policía federal, para combatir la violencia en el país y para darle el marco legal a las fuerzas armadas federales en su actuar en acciones que, antes de la reforma constitucional, estaban reservadas para los civiles.
En la práctica sus funciones han sido otras y la ineficacia se muestra con la aplicación del transitorio de la ley que permite al presidente de la República –el que fuere mientras no se cambie el texto- utilizar a discreción a las fuerzas armadas –Ejército y a y Fuerza Aérea- para acciones contra el crimen organizado y el narcotráfico a fin de detener la ola de violencia que se ha registrado en los últimos 12 meses.
A pesar de los informes triunfalistas de que se ha reducido el número de eventos letales, los números dicen lo contrario y por ello el presidente López decidió reincorporarlos en la lucha contra el crimen.
De acuerdo con el congresista Zepeda es posible que el Senado de la República examine el Informe Anual –el primero- de la Guardia Nacional en septiembre. Mientras tanto, permanece oculto y nadie explica la razón, aunque se presume.
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