No es un Asunto de Pronósticos: Este 2020 Será un año Malísimo

Lascas Económicas

*Y Podría ser Peor el Próximo; hay que Moverse, no por la vía Electoral

*Estrategias Realistas, Anticíclicas, de Corto Plazo, que Fomenten Empleo

Por Jaime Contreras Salcedo

Muchos rostros tendrá la severa problemática que se derivará de la crisis económica y una sola realidad: menos calidad de vida para millones de mexicanos. Podremos llamarlo como queramos; intentar simular con alguna argucia, eufemismo o media verdad, lo cierto es que el desplome en el ninguneado Producto Interno Bruto no lo podremos cubrir con ningún programa de bienestar, con un discurso sobre el desarrollo, ni con el planteamiento de que siempre vendrán tiempos mejores.

Varios economistas privados, y algunos pertenecientes al propio sector público de una u otra manera, han dicho que si al final de este ejercicio registramos una baja en el PIB del 7 por ciento, virtualmente, ya la hicimos, porque se vencerían a los agoreros del infortunio que ya rondan, rapaces, en niveles cercanos al menos 11 por ciento. Pero de que enfrentaremos saldos negativos, aún en el escenario más optimista, sin duda.

Ya hemos anticipado en este espacio que sufrirán más los que nos platica la retórica y deberían ser más protegidos, los más vulnerables. Y lo peor de todo, y en eso deberían trabajar mucho más que con la enjundia que demuestran en redes, es que ya anticiparon los Contreras que pululan, orgullosamente, que veremos un incremento calculado en 25 por ciento en los más pobres de los pobres, los que en las estadísticas denominan “extrema pobreza”. Por lo mismo, veríamos al final de este año algo así como 12.5 millones de mexicanos, literalmente, mordiendo el polvo y la tierra.

No es un asunto, por si estaba con el pendiente, de querer echarle a perder la vida a ningún funcionario, por más que se dé austera vida palaciega. No. Es más sencillo: las proyecciones globales anticipan un severo deterioro de las economías todas, con mayor acento en las de los países “en desarrollo”, esas que no acaban de entender que el neoliberalismo ya no es la ruta, pero intentan congeniar con empresarios, banqueros y magnates, para que nos pasen salpicadas de recursos, aunque sea por la vía del pago de impuestos, atrasados o no, pero que le entren.

El problema, nuevamente hay que decirlo, es que en eso de democratizar la pobreza y quemar las entidades que están produciendo pese a todo, y tronarlas por la vía fiscal, legal o de trámites godinescos, se están arrastrando al abismo a las pequeñas y medianas empresas que proporcionan insumos a las grandes, a los miles y miles de empleos involucrados. Y aunque retiemble en su centro (s) la tierra, ningún soldado en cada hijo nos dará para sacar del marasmo a todo un país. Dudamos que en las mañaneras se encuentre la luz al final del túnel.

¿Qué hacer? indagó Vladimir Ilich Lenin.

Si alguien piensa en el tema electoral como salida, causaría molestia e indignación generalizada entre muchos. Se necesitan respuestas no urgentes, lo que le sigue, y esto pasa por mover políticas públicas que den certidumbre a los neoliberales capitales que ya se están yendo a la velocidad del rayo a eso que los economistas ortodoxos consignan como “flight to quality”, o sea, volar a donde la seguridad les permita seguir ganando sin pestañear, no importando que esos ingresos sean menores a lo que estaban acostumbrados. Lo que importa es seguir registrando números positivos en sus propios balances. La bandera es un trapo más.

Dice el sector público, de arriba para abajo como se limpian las escaleras, que la estrategia, “que nos ha dado resultados”, es fomentar el consumo doméstico y por eso la figura de dar 4 millones de créditos de 25 mil pesos cada uno, algunos de los cuales han servido para nada y otros, para casi nada. Pero la pregunta no es esa, sino saber qué es lo que va a ocurrir cuando la mora sea generalizada y los miles que le entraron a este asunto determinen que la moral, también para ellos, es un árbol de moras, es decir, que no van a pagar nada ni a nadie. ¿Recuerda usted lo ocurrido, por ejemplo, entre 1994 y al menos todo 1995?

Lo que pudiera ser prudente, tomando en cuenta que los comerciantes y banqueros, por hacerles ver un par de gremios conocidos, nunca pierden como los de Jalisco, es retomar cadenas de consumidores, exigir respeto de precios a como dé lugar, incentivar –por el amor de Dior- a la muy diezmada clase media, y desarrollar verdaderos programas de fomento al empleo formal e informal. Y a rascarse con sus propias uñas.

En cuanto a estrategia macro, hacer lo que otros desarrollaron con notable éxito: políticas anticíclicas, elevando el gasto ya no en fallidos planes asistencialistas que solo terminan por desangrar la hacienda pública, atenuar tasas de interés para tratar de evitar salida de ahorradores y fomentar el financiamiento a como dé lugar, tratando que no caigamos en mora nacional. O nos va a llevar el payaso.

Recuperar la confianza de los sectores que más que engañados están indignados no es ni puede ser tarea fácil. Vienen tiempos de un mayor descrédito en lo que llamamos instituciones. El encono masivo de neoliberales y sedicentes progres, acarreará nuevas discordias, pago de facturas, alejamiento social. Atomización. Más vale tomar previsiones y decisiones antes de que esto sea inmanejable. Que conste que les avisamos a esos que nos dicen toman decisiones, palaciegas o no.

Por lo pronto, estas  Lascas Económicas se han declarado en huelga de piedras rodantes para, inmóviles, esperar que vengan esos tiempos mejores que nos han prometido en todas las campañas electorales, a cualquier nivel. Están organizándose con otras filosas y ardientes lajas de montaña para hacer su propio modelo de reactivación que beneficie a todos. Y ya les esperan con toda calma la semana entrante, pero en este mismo espacio. Jacs95@hotmail.com.

 

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