*Triste Adiós a los Manglares y a la Selva Maya
*Hay de Cinco a Veinticinco Veces más Virus que Bacterias.
*Aguas Marinas: 10,000 Millones de Éstos por Litro
Por Nidia Marín
La naturaleza nos está cobrando lo que le adeudamos después de la destrucción que hemos llevado a cabo en el mundo. Pero en México, los políticos, con una buena dosis de ignorancia, interesados más en los pingues negocios que en el daño que causarán (la destrucción de manglares en Tabasco para construir la refinería en Dos Bocas, y la devastación de la selva por el Tren Maya), siguen montados en su macho.
Sí, los manglares que capturaban cinco veces más carbono que otros tipos de flora y protegían el territorio tabasqueño contra tormentas e inundaciones ya no están, pero prevalece, la emergencia climática.
Además, en la carta enviada al presidente de la República por el grupo ambientalista “Salva la Selva” precisa:
“El tren recorrería 1.500 kms por cinco estados de México y atravesaría parajes mexicanos de la Selva Maya, parte del mayor continuo de bosque tropical húmedo de Mesoamérica cuya contribución a la estabilidad del clima es fundamental.
“Cualquier obra de infraestructura tiene un alto impacto ambiental. El tren amenaza ecosistemas que garantizan refugio a jaguares, ocelotes, tapires, monos aulladores, monos arañas, cocodrilos, manatíes, loros y guacamayos. Estas especies necesitan de grandes territorios para desplazarse, alimentarse y reproducirse lo que se dificultará al dividir su hábitat en dos partes. No basta construir túneles o puentes para el paso de las especies animales o decir que se utilizarán los derechos de vía ya existentes para preservar la selva”.
Por lo tanto, no deberá causarnos sorpresa el incremento de nuestras batallas contra los ejércitos de virus.
Hay investigaciones muy ilustrativas en la materia. Por ejemplo, “La Guerra Contra Bacterias y Virus: Una Lucha Autodestructiva”, de Máximo Sandín, expone la lucha permanente “contra los entes biológicos que han construido, regulan y mantienen la vida en nuestro Planeta es el síntoma más grave de una civilización alienada de la realidad que camina hacia su autodestrucción”.
El autor, doctor en Ciencias Biológicas y en Bioantropología, quien ha laborado en la Universidad Autónoma de Madrid, España es pionero en el mundo científico como defensor del papel de los virus en la evolución de la vida, precisa:
“…por más que la concepción dominante de la naturaleza, la que nos parecen querer imponer los interesados en la lucha contra ella, sea la de un sórdido campo de batalla plagado de “competidores” a los que hay que eliminar, lo que nos muestra la realidad es una naturaleza de una enorme complejidad en la que todos sus componentes están interconectados y son imprescindibles para el mantenimiento de la vida. Y que son las rupturas de las condiciones naturales, muchas de ellas causadas por esta visión reduccionista y competitiva de los fenómenos de la vida, las que están conduciendo a convertir a la naturaleza desequilibrada en un verdadero campo de batalla en el que tenemos todas las de perder”.
Hace notar que los virus han seguido, con unos años de retraso, el mismo camino que las bacterias, debido a que su descubrimiento fue más tardío a causa de su menor tamaño.
“Descubiertos por Stanley en la enfermedad del “mosaico del tabaco” fueron, lógicamente, dentro de la óptica competitiva de la naturaleza, incluidos en la lista de “rivales a eliminar”. Es evidente que algunos de ellos provocan enfermedades, algunas terribles, pero, ¿no estará en el origen de éstas algún proceso semejante al que ya parece evidente en las bacterias?”.
Y proporciona datos al respecto: “El número estimado de virus en la Tierra es de cinco a veinticinco veces más que el de bacterias. Su aparición en la Tierra fue simultánea con la de las bacterias (Woese, 2002) y la parte de las características de la célula eucariota no existentes en bacterias (ARN mensajero, cromosomas lineales y separación de la transcripción de la traslación) se han identificado como de procedencia viral (Bell, 2001)”.
En una entrevista que le realizó la Fundación Vivo Sano, señala:
“Los virus ‘existían’ desde antes del origen de la vida tal como la conocemos…”
Además, dijo: “Sobre las epidemias “supuestamente causadas por virus” tengo la sensación de que los virus no son la causa sino la consecuencia. Existen millones de tipos de virus que regulan ecosistemas marinos y terrestres, pero no tienen incidencia en el hombre. Cuando nos bañamos en el mar o en el río estamos inmersos en una “sopa” de bacterias y virus (se han contado 10,000 millones de virus por litro de aguas marinas superficiales y 500 millones por gramo de tierra seca).
“Los Virus que causan enfermedades son virus endógenos (virus integrados en nuestro genoma) actividades por algún tipo de estrés o virus “híbridos” producidos por el cultivo de virus supuestamente patógenos en tejidos u órganos de otras especies, como por ejemplo el virus de la gripe cultivado en huevos de pollo embrionizados (en los embriones se expresan una gran cantidad de virus endógenos), que se han utilizado para producir vacunas. Cabe suponer que una situación de estrés ambiental producido por hambrunas, malas condiciones higiénicas y otras condiciones inmunodepresoras hayan podido desencadenas esa activación y “patogenización” de virus. Un fenómeno, que muy probablemente, ha tenido incidencia en las extinciones masivas que se han producido a lo largo de la evolución. Los virus y las bacterias se convierten en patógenos cuando algún tipo de “disturbio ambiental” rompe el equilibrio natural”.
En México, para nuestra desgracia y la del mundo, seguiremos con la destrucción de nuestra naturaleza… y los virus nos caerán “como anillo al dedo”.