Por Iván Ruiz Flores
Están en los frentes de guerra, sean conflagraciones civiles, armamentistas, psicológicas o biológicas, como la que estamos viviendo en el mundo.
Son el muro de salvación o por lo menos de cuidados para millones de seres humanos. Pero escasean. En el orbe, señala la Organización Mundial de la Salud, suman en la actualidad cerca de 28 millones de profesionales en la materia, hombres y mujeres, aunque ellas son el 90 por ciento.
Y claro, mientras en México los energúmenos los agreden (de la misma manera que a los médicos) la pandemia de Covid-19 ha sacado a la luz la necesidad urgente de fortalecer este personal de salud en todo el mundo. En nuestro país también a respetarlo y defenderlo.
El informe “Situación de la enfermería en el mundo 2020” examina profundamente el componente más numeroso del personal de salud. Al revelar las deficiencias en el personal de enfermería, también se mencionan las áreas prioritarias de inversión en materia de formación, empleo y liderazgo para fortalecer a este personal a nivel mundial y mejorar la salud de todos, porque este segmento representa más de la mitad del personal de salud y presta servicios esenciales en el conjunto del sistema sanitario.
La OMS recuerda que en todos los lugares del mundo están demostrando su compasión, valentía y coraje en la respuesta a la pandemia de Covid-19: “nunca antes se había puesto más claramente de relieve su valía”.
El informe, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en colaboración con el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) y la campaña Nursing Now, revela que las filas del personal de enfermería registraron un incremento de 4.7 millones entre 2013 y 2018, pero la cifra actual sigue dejando un déficit mundial de 5.9 millones de profesionales, la mayoría en países de África, Asia Sudoriental y la Región del Mediterráneo Oriental de la OMS, así como en algunas partes de América Latina.
Menciona lo revelador que resulta el hecho de que más del 80% del personal de enfermería del mundo trabaje en países que albergan a la mitad de la población mundial. Y uno de cada ocho de estos profesionales ejerce en un país distinto al país en que nació o se formó.
Sobre este sector de la salud, también pende la amenaza del envejecimiento. Se espera que uno de cada seis profesionales de la enfermería que hay en el mundo se jubile en los próximos 10 años.
Y ojo México, la OMS advierte que para evitar que se produzca una situación de escasez a escala mundial, los países que experimentan carencias “deben aumentar el número total de graduados en enfermería a razón de un 8% anual en promedio, y mejorar sus opciones de obtener empleo y retenerlo en el sistema de salud”.
“Los políticos son conscientes del costo que supone formar y mantener una plantilla de profesionales de la enfermería, pero muchos de ellos solo reconocen ahora su verdadero valor”, consideró la presidenta del Consejo Internacional de Enfermeras, Annette Kennedy.
“…hacemos un llamamiento a los gobiernos para que hagan lo correcto e inviertan en esta maravillosa profesión y observen cómo sus poblaciones se benefician del increíble trabajo que solo los profesionales de la enfermería pueden hacer”, agregó.
La OMS precisa, que para dotar al mundo del personal de enfermería requerido, la OMS y sus asociados recomiendan a todos los países entre otras cuestiones:
– Incrementar la financiación para formar y emplear más profesionales de la enfermería
– Supervisar la movilidad y migración del personal de enfermería y gestionarlas con responsabilidad y de forma ética
– Ofrecer a los futuros profesionales de la enfermería formación teórica y práctica en las competencias científicas, tecnológicas y sociológicas que necesitan para avanzar en la atención primaria de salud
– Establecer puestos de liderazgo, en particular de funcionario jefe de los servicios públicos de enfermería, y apoyar el fomento del liderazgo entre los profesionales jóvenes de la enfermería
– Velar por que el personal de enfermería de los equipos de atención primaria de salud pueda llegar a desplegar todo su potencial, por ejemplo, en la prevención y atención clínica de las enfermedades no transmisibles
– Mejorar las condiciones de trabajo, en particular mediante niveles seguros de dotación de personal, sueldos justos, y el respecto del derecho a la seguridad y salud en el puesto de trabajo
– Aplicar políticas en el personal de enfermería que tengan en cuenta los aspectos de género
– Modernizar la reglamentación profesional de la enfermería armonizando las normas de formación y del ejercicio de la enfermería, y utilizando sistemas que permitan reconocer y tramitar las credenciales del personal de enfermería en todo el mundo
Los gobiernos tienen que invertir en una aceleración mayúscula de la formación del personal de enfermería, la creación de empleos en el sector, y en el liderazgo, puntualizan.
Sin los profesionales de la enfermería y la partería y otros profesionales de la salud, “los países no pueden ganar la batalla contra los brotes, ni tampoco alcanzar la cobertura sanitaria universal ni los Objetivos de Desarrollo Sostenible”.