Por Alberto F. Mena Mallén
Su obsesión por tener todo a la mano y que nadie más lo toque, a parte de sus resbalones en sus decisiones muy personales, con el “voy derecho y no me quito”, Andes Manuel López Obrador, le hace un terrible daño a su presidencia de la República y a miles de mexicanos que tienen que aguantar el cambio a la 4T.
Muchos nos hemos preguntado el por qué no lleva a cabo sus ajustes para tener otro sistema político –al parecer el social-demócrata-, con proyectos y procedimientos paralelos en aquellos casos en que se lesiona a ciudadanos, tanto en su economía como en su salud, y cuando se cumplan sus metas, entonces si aplicarlos, sin perjudicar a otros. Por eso lo critican, por no cuidar estos asuntos.
También muchos nos cuestionamos, el por qué no investigó a quienes hubiesen cometido ilícitos y que hayan sido pretexto para cambiar las cosas sin mirar a quien perjudica, como el aeropuerto de Texcoco, las guarderías infantiles y ahora el quitarles todos los recursos a las mismas y a los fideicomisos públicos que ocasionará que un sector, el de la ciencia y sus investigaciones se vayan en su mayoría, al caño.
Igualmente nos cuestionamos por qué utiliza encuestas “chafas” para que no continúen obras, como en la cervecera en Mexicali y otras que ya estaban en construcción y que tenían un propósito de servicio y empleo hacia la comunidad. Tal vez quiso “lavarse las manos de dicha responsabilidad” y echársela a los habitantes de las zonas perjudicadas.
Hay quienes señalan que por querer hacer las cosas en 6 años y mientras lo más rápido mejor, para quedar como “el mejor presidente de México”, sus posibles resultados al finalizar el sexenio serán tan desastrosos, -de acuerdo a las cifras actuales, que asegura son positivas-, que perderá esa categoría sin poderlo revertir.
Uno de los asuntos negativos que se observan en este gobierno federal, es el de la comunicación. Vemos que la llamada “mañanera”, es la más importante vía de información que utiliza “El Peje” hacia la comunidad nacional, pero que tiene sus bemoles y ahora, también pretende eliminar los tiempos oficiales y regresarlos de nuevo a los medios de comunicación e información, cuando son importantes para orientar a los mexicanos respecto a los programas gubernamentales, que es una de las fallas que se tienen en esta materia.
Falta mucha orientación e información en todos los sentidos, en todas las áreas, en todas las cosas que hace el gobierno, donde consideran que con las mañaneras y las conferencias de prensa nocturnas sobre el Covid-19 es más que suficiente para que los mexicanos se orienten y se informen sobre lo que hace o no el gobierno.
Hay que generar programas y planes de orientación e información que realmente sirvan para decirle a los mexicanos que tienen y que no por hacer, tanto en esta pandémica, como en muchas otras cosas. Los Fake News son quienes ocupan el espacio que no cubre el gobierno para orientar a la ciudadanía.
Por ejemplo, ya se conocía que estaríamos en una situación similar a la de China, España e Italia, mucho antes de que se tuvieran que tomar decisiones en México, en esta materia. Se supone que quienes ahora se encargan de aplicar las políticas, planes y programas a buen fin, debieron haber preparado un programa de comunicación con hechos reales, para que la gente no se asustara o no crea que existe tal enfermedad, sino para crear conciencia de tal hecho.
Todavía conocemos noticias de que existen personas incrédulas de lo que les puede pasar, ya que o van a las playas, que afortunadamente ya las cerraron, o se reúnen para realizar fiestas y festejar cumpleaños o aniversarios de todo tipo en casas diversas, o de plano gente que pasea por los jardines públicos, al no hacer caso al “quedateencasa”, que se difunde a través de las redes sociales, más que en medios de comunicación.
Y en sus mensajes difundidos no se cubren aspectos como los del IMSS, que una cosa es informar a nivel nacional a través de la conferencia nocturna del Covid-19 y otra la realidad, donde los problemas afloran por no cubrir aspectos informativos esenciales para los derecho-habientes.
Un ejemplo fue el de Monclova, Coahuila, donde se conoció que hubo fallas en la comunicación interna lo que generó que se infectaran muchos ciudadanos por no existir un plan anterior para evitar la muerte de un doctor y una persona más y se contaminara a decenas de personas que estuvieron cercanos a los dos difuntos. Ello aparte de la carencia de material necesario para cubrir las necesidades del personal médico.
Otro caso más fue el de la clínica 33 en la Ciudad de México, donde no cuentan con procedimientos adecuados que impidan el contagio entre las personas ya que, en el cambio de turno, se contuvo a unas 50 personas en el acceso principal, sin dividir a los enfermos y a quienes acudieron para recibir medicamento de personas adultas mayores que no pudieron asistir por respetar el #qudateencasa y que en su lugar asistieron familiares que observaron con preocupación este hecho.
Una cosa es lo que se dice oficialmente y en forma parcial y otra es lo que sucede en la realidad. Eso es lo que se debe de informar, de orientar, de ver que los procedimientos que se tienen que seguir sean los adecuados y evitar estos graves problemas que genera la autoridad.
Se debe de actuar de otra manera y no a la ligera, tal y como lo hicieron en este caso y si nos ponemos a relatar otros acontecimientos, habría muchos semejantes al que se plantea. Por ello es importante que se generen programas de información y orientación para que las personas no pierdan mucho tiempo y se aligeren la atención de los servicios y se eviten casos como los señalados.
Afortunadamente ya están viviendo con nosotros las redes sociales y el Internet y es a través de estos medios que se suplen muchos pasos para solicitar servicios y atención. Y ello es lo que deben de hacer en el gobierno, en todos sus niveles, aunque también es importante complementar con campañas diversas que permitan a los ciudadanos orientarse para evitar asuntos negativos que aún se tienen en muchos lados. Recuerden que la ciudadanía está más interesada e informada en lo que hacen y dicen sus gobernantes.
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