¿Comer o ser Comido?
Por Horacio Armando Hernández Orozco
“El Hoyo” película española de ciencia ficción, dirigida por Galder Gaztelu-Urrutia, protagonizada por Iván Massagué (Goreng), Zorion Eguileor (Trimagasi), Emilio Buale (Baharat), Alexandra Masangkay (Miharu), Antonia San Juan (Imoguiri) y Eric Goode (Sr. Brambang).
Goreng se interna voluntariamente en el hoyo y a cambio de estar seis meses recluido recibirá un título homologado; en cada nivel cohabitan dos personas, una plataforma con comida pasa todos los días desde los primeros niveles hasta los últimos donde ya no queda comida alguna.
Fue estrenada en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 6 de septiembre de 2019 y a partir de marzo de 2020 forma parte de la programación de Netflix; toca diversos temas relacionados a la religión cristiana, a la supervivencia y la barbarie, a los sistemas políticos, al egoísmo y la solidaridad, pero sobre todo a la distribución de la riqueza o más bien de los bienes necesarios.
DEL NIVEL 48 AL 171 – LA ÚNICA LEY
Goreng despierta dentro de una especie de cárcel vertical conformada por varios niveles conectados a través de un hueco central y en cada nivel hay dos internos, su compañero de celda es Trimagasi, quien le dice que el nivel 48 es bueno y que la única regla es no quedarse con comida, fuera de eso, se puede hacer lo que se quiera; a cada sujeto le está permitido ingresar un objeto, Goreng eligió un libro y Trimagasi un Samurái Plus que es un cuchillo muy filoso.
Pero ¿por qué nadie debe quedarse con comida en la celda?
La respuesta es sencilla, el objetivo es que haya una rotación de la comida y no un acaparamiento, que se coma sólo durante el tiempo en que esté la plataforma, sin importar la cantidad que se consuma, pues si alguien se queda con comida la consecuencia será que baje o suba la temperatura al grado de morir de hipotermia o calcinado.
Goreng se pregunta por qué nadie se pone de acuerdo para administrar la comida y de esa forma les toque a los de los niveles más abajo, pero Trimagasi lo considera como algo inútil de pensar.
Después de pasar un mes, un gas somnífero inunda todos los niveles y ahora Goreng despierta amarrado a su cama en el nivel 171, la razón es porque Trimagasi ya sabe lo que es pasar hambre y que después de una semana de ayuno deberá recurrir al canibalismo para sobrevivir, pero para consuleo de Goreng no le matará, sólo cortará la carne necesaria de su cuerpo para alimentar a ambos, y le recuerda que es mejor comer que ser comido.
Trimagasi le corta un pedazo de muslo a Goreng, y al bajar la plataforma aparece Miharu, una chica asiática que cada mes desciende a los distintos niveles en busca de su hijo, y le hiere con su propio cuchillo.
DEL NIVEL 33 AL 202– LA SOLIDARIDAD ESPONTANEA
Goreng despierta en el nivel 33 y advierte que un perro llamado Ramsés Segundo le lame la cara, su dueña es Imoguiri, quien ahora será la compañera de celda; ella también ingresó voluntariamente y conoce a Goreng, pues le entrevistó antes de ser aceptado.
Los dos meses anteriores habían sido de sufrimiento y de desconcierto para Goreng, con la llegada de Imoguiri no cambia mucho la situación, pero ahora sabe más cosas sobre cómo opera el hoyo, cuyo nombre es Centro Vertical de Autogestión y que el aparente objetivo es lograr la solidaridad espontanea.
Imoguiri ingresó porque tiene cáncer terminal y prefiere hacer su labor final tratando de convencer amablemente a los internos que sólo coman lo necesario sin desperdiciar nada, y así habrá comida suficiente para alimentar todos, Goreng que ya ha pasado dos meses ahí le dice que no le harán caso, así que desesperado les grita a los del nivel 34 que si no hacen lo que ella dice, hará del baño en toda la comida y no tendrán que comer.
En sociología, solidaridad se refiere al sentimiento y la actitud de unidad basada en metas o intereses comunes, es ayudar sin recibir nada a cambio sólo por considerar que se hace correcto; son los lazos sociales que unen a los miembros de una sociedad entre sí.
Todo acto de solidaridad es espontaneo en si mismo y de adhesión voluntaria, pero en una situación extrema de comer o ser comido, ¿podrá darse la solidaridad espontanea?
Después de un mes, ahora Goreng despierta en el nivel 202, y ahí no llegará nada de comida, pero advierte que Imoguiri se ha suicidado para que él pueda alimentarse de su cuerpo.
DEL NIVEL 6 AL 333 – EL MESÍAS
Goreng despierta en el nivel 6, y su nuevo compañero es Baharat, quien tiene una soga y busca a como de lugar ascender hasta el nivel 0, por ello les pide a los del nivel 5 que le ayuden, pero lo engañan y tiran su soga por el hoyo.
No les costaba nada a los del piso superior ayudar a Baharat, pero aquí se ve una vez más la mezquindad de la humanidad, la falta de solidaridad para lograr un bien común.
Goreng sabe que si los internos de niveles superiores sólo comen lo estrictamente necesario, la comida alcanzará para todos, por lo que convence a Baharat para descender en la plataforma y llevar alimento a los últimos niveles.
El hoyo está a cargo de la ‘Administración’ no se sabe si depende del gobierno o de algún particular, pero la mecánica del propio sistema no ha sido capaz de lograr que todos los internos sean alimentados, pues el problema no es cómo generar riqueza (alimento) sino cómo distribuirlo, y eso no le importa ni le ha importado a la Administración, al menos desde hace 25 años, en que dice Imoguiri que ha trabajado para ellos, y muy probablemente de eso se trate todo esto, que los de niveles más bajos no tengan que comer.
Baharat ve a Goreng como un mesías, pero otro interno dice: “Los Mesías multiplican los panes y los peces, no te los quitan de la boca”.
Al final, el problema surge cuando se pide la colaboración y ver que nadie coopera; por ello será cierto como lo dice el Sr. Brambang que primero se debe tratar de convencer y si las palabras no convencen entonces vencer, es decir, ¿en tiempo de crisis la solidaridad con sangre entra?
La mejor respuesta la tendrá como siempre nuestro amable lector…