*Mucho Tiento, por Favor, con el Artículo Cuarto
*Las Féminas Mexicanas más Longevas que los Varones
*Mérito no Reconocido a Leandra Becerra Lumbreras
Por Nidia Marín
¡Cuidado con las reformas constitucionales integrantes de la LXIV Legislatura del Senado de la República! Después de los sucesos del 8 y 9 de marzo donde la explosión femenina advirtió lo que es capaz de hacer, los legisladores deben ser cuidadosos en sus reformas, sobre todo las constitucionales. Y ellas, guste o n, son más longevas… también para el reclamo, por lo cual ¡cuidado con lo de las pensiones!
Por ejemplo, el artículo Cuarto Constitucional dice que el varón y la mujer son iguales ante la ley y ésta protegerá la organización y el desarrollo de la familia.
También protege a toda persona en su derecho a decidir de manera libre, responsable e informada, sobre el número y el espaciamiento de sus hijos.
Asimismo, acoge la protección de la salud, sobre lo cual la ley definirá las bases y modalidades para el acceso a los servicios de salud y establecerá la concurrencia de la Federación y las entidades federativas en materia de salubridad general, conforme a lo que dispone la fracción XVI del artículo 73 de esta Constitución.
Además, toda persona tiene derecho a un medio ambiente adecuado para su desarrollo y bienestar, mientras que la familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa y la ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo.
Otro señalamiento es que los niños y las niñas tienen derecho a la satisfacción de sus necesidades de alimentación, salud, educación y sano esparcimiento para su desarrollo integral.
Algo más, es que los ascendientes, tutores y custodios, tienen el deber de preservar estos derechos, pero el Estado proveerá lo necesario para propiciar el respeto a la dignidad de la niñez y el ejercicio pleno de sus derechos.
Un planteamiento también es que el Estado otorgará facilidades a los particulares para que se coadyuven al cumplimiento de los derechos de la niñez.
EN ASCENSO LA ESPERANZA DE VIDA
En México, la esperanza de vida ha aumentado considerablemente; en 1930 las personas vivían en promedio 34 años; 40 años después en 1970 este indicador se ubicó en 61; en 2000 fue de 74 y en 2016 es de 75.2 años, señala el INEGI.
Para 2010 el indicador fue de 77 años para mujeres y 71 para los hombres, en 2016, se ubicó en casi 78 años para las mujeres y en casi 73 años para los hombres.
Al respecto INMUJERES ha señalado que entre los signos que determinan el envejecimiento de las personas se tienen:
*La edad física: cambios físicos y biológicos que se presentan a distintos ritmos, mismos que dependen del sexo, lugar de residencia, economía, cultura, alimentación, tipo de actividades desarrolladas y emociones.
*La edad psicológica: cambios en las emociones, sentimientos, pensamientos y el significado que para cada persona tiene la vejez. Adicionalmente se presentan cambios en los procesos psicológicos, como la memoria o el aprendizaje.
*La edad social: relacionada con los significados de la vejez, diferentes para cada grupo humano, según su historia, su cultura y su organización social.
Pero en demografía se utiliza la edad cronológica para determinar a la población envejecida, que se ha llamado población adulta mayor; la Organización de las Naciones Unidas (ONU) establece la edad de 60 años para considerar que una persona es adulta mayor (Gobierno del Distrito Federal, 2014).
Aseguró la institución que gran parte de las desigualdades entre mujeres y hombres adultos mayores son resultado de las desigualdades de género en otras etapas de su vida, que suelen situar a las mujeres en condiciones de desventaja en términos de bienestar social, económico y psicológico.
Por ejemplo, menores niveles de educación asociados a estereotipos, menores oportunidades de incorporarse como fuerza laboral calificada, un mayor riesgo de sufrir pobreza en la vejez a causa de las menores oportunidades de incorporarse a trabajos remunerados y de acumular ahorros debido a la carga del trabajo doméstico.
En el mundo, señaló la institución, las personas más longevas han sido europeas, del continente americano y del asiático.
El título de la mujer más anciana de todos los tiempos, explican, pertenece a la francesa Jeanne Louise Calment (21 de febrero de 1875– 4 de agosto de 1997. Alcanzó la edad de 122 años y 164 días (en total, 44 mil 724 días de vida). Le sigue la estadounidense, Sara Knauss, que tuvo 119 años de vida y la tercera es Nabi Kajima, de Japón, con 117 años; la cuarta Lucy Hanna, de Estados Unidos también con 117 y en la quinta posición Mary Louise Milleur, de Canadá con 117 años.
Las mujeres mexicanas no pintan por lo menos en los primeros cien lugares internacionales de féminas longevas en el orbe. Sin embargo, de acuerdo a un estudio de Inmujeres, en nuestro país Leandra Becerra Lumbreras, nació el 31 de agosto de 1887, en el rancho El Salitrillo, Tamaulipas. Ella tenía 122 años en 2009, así lo confirma un acta notariada expedida en ese año expedida por el Registro Civil de Jalisco, tras una ardua investigación histórica y documental. Para 2014 pudo ser considerada la persona más longeva del mundo (127 años), si existiera el documento original que corroborara su edad.
Y, además, efectivamente las mujeres mexicanas tienen más años de vida que los varones. Pero, no es mexicano el más longevo hasta ahora, que fue Jiremon Kimura (nacido en Kamiukawa, actualmente Kytango, Kioto, Japón, 19 de abril de 1897 y el 12 de junio de 2013 llegó a los 116 años y 54 días.
Hasta 2016 sólo 8 entidades tenían una esperanza de vida de 76 años en México. Estos eran: Nuevo León, Baja California Sur, Ciudad de México, Colima, Aguascalientes, Coahuila, Durango y Tamaulipas.
Y todo esto viene a cuento para que los legisladores toquen con pinzas los artículos constitucionales que pueden hacer respingar a las féminas mexicanas. ¿Estamos?