Un Destino Incierto

Artículo Invitado

*Quedaron en el Tintero Poner Orden y Combatir la Corrupción

*También Fortalecer las Instituciones y Abrir Oportunidades

*Menos Bono Democrático, Pero aun muy Fuerte

*Concentración de Poder y Decisiones Unilaterales

Por Alejandro Zapata Perogordo

La administración actual cumple quince meses en el desempeño formal del cargo y, lo digo de esa manera en virtud de que inició tomando decisiones desde antes. El hartazgo social decidió en las urnas probar un cambio, con la alta expectativa de una profunda y necesaria transformación en el país.

El hecho de continuar padeciendo redes de corrupción, inseguridad, altos índices de violencia y poco crecimiento económico, provocaron un clima propicio a favor de una figura cuyo perfil aseguraba el anhelo ciudadano de convertir a México en un país diferente.

En realidad, llegó con un amplio respaldo y aún conserva altos niveles de aceptación, pese a que los resultados de su gestión no han sido los esperados. La idea de poner orden, combatir la corrupción, fortalecer las instituciones y abrir oportunidades, bajo reglas de convivencia social y justicia, han quedado en el tintero, el bono democrático, aunque ha bajado continúa siendo fuerte.

Como en pocas ocasiones ha concentrado un gran poder que utiliza en la toma unilateral de decisiones, con innovaciones como la mañanera o acuerdos de mano alzada. Cabe mencionar además una obcecada actitud con fuertes dosis de soberbia, que le impiden modificar o ajustar el diseño de estrategias.

Así el rumbo del país se encuentra a la deriva, pues a pesar de la llamada cuarta transformación, que nadie sabe en realidad que significa más allá de la voluntad del presidente, no se observan mejoras con visión de largo alcance, por el contrario, cada vez se hace con mayor intensidad patente el clima de incertidumbre.

En muchos rubros se aprecian aspectos negativos: seguridad pública; sistema de salud; economía; combate a la corrupción; etc., sin que exista un ánimo de corregir las deficiencias estructurales que se presentan, por el contrario, el camino elegido para tomar las riendas de instituciones autónomas e independientes, poniendo al frente de ellas a personas incondicionales, aunque no cumplan el perfil, nos da fundamento para suponer un régimen totalitarista.

Uno de los casos más evidentes es la irregular imposición de la señora Piedra Ibarra al frente de la CNDH, que lejos de pronunciarse en el tema de feminicidios que ha causado impacto, indignación y tristeza en el ámbito nacional, prefiere colocar a otro cuate John Ackerman, fiel y radical seguidor de la 4T, en la imparcial (?) comisión para elegir a los consejeros del INE, por lo visto muy democrática la señora.

Ante el panorama actual, difícilmente se avizora un destino optimista, cada vez existe mayor distancia entre los propósitos de reconciliación nacional frente a la fragmentación social, la lucha de clases y la confrontación. Al evaluar el gobierno se observa una clara tendencia al alza en cuestionamientos, mientras que la medición de confianza sigue a la baja.

Es esencial, por el bien de México, realizar un ejercicio de autocrítica, estudiando, analizando, escuchando y corrigiendo los desajustes en las medidas diseñadas, pues las estrategias hasta ahora implementadas y llevadas a cabo han producido resultados contrarios a los esperados, no hacerlo, implica causar un daño mayúsculo, que a nadie conviene.

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