Por Alberto F. Mena Mallén
¿Qué está pasando en nuestro país?
A pleno mediodía, en una avenida principal de la Ciudad de México se desatan los balazos y hay de aquél que esté en el momento preciso para poder entrar en pánico o en el panteón. Ya caminamos hacia un estado muy inseguro, mientras las autoridades se entretienen dando abrazos y no balazos o de plano con actividades que no han impedido que el estado se les vaya de las manos.
También, pequeños de entre 8 y 14 años de edad, hijos de los músicos asesinados recientemente por “Los Ardillos”, ya se enrolaron formalmente en las filas de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF), para enfrentar a estos maleantes, narcos que asesinaron a sus padres o familiares en Guerrero.
Los peques le dan el ejemplo al presidente Andrés Manuel López Obrador, al empuñar armas para enfrentar a la delincuencia, mientras que el titular del ejecutivo federal, insiste en su política de no hacer lo mismo que sus antecesores, enfrentar con armas a los narcos y a quienes se portan mal y no les hacen caso a sus mamás.
Entre tanto, Héctor Astudillo, gobernador de Guerrero, dio a conocer que se reunió con las autoridades de la Coordinadora Nacional de Autoridades Comunitarias para tratar la presencia de grupos policiacos apoyados por niños. Aseguró que este grupo de uniformados se ha originado de manera local y ha entrado en conflicto con otras organizaciones, por lo que es necesario que establezcan los servicios e infraestructura que se necesita en esta comunidad de Alcozán, ubicada en Chilapa.
Es bueno que el mandatario estatal se ocupe de este hecho ya que los niños deben ir a clase y gozar de sus derechos en vez de andar buscando que la delincuencia deje de lastimar a las comunidades en la zona.
También es positivo que se investiguen las agresiones que se realizan en muchas de las comunidades de Guerrero y se tomen cartas en el asunto, ya que, de lo contrario, continuarán en forma indefinida.
Tal parece que el mandatario guerrerense quiere atajar con palabras, hechos que se presentan en la realidad, ya que señaló que “su gobierno no permitirá que los niños sigan portando armas para proteger a su comunidad, ya que ellos deben ser cuidados por las autoridades y disfrutar de sus derechos”, lo que demuestra que quiere apagar fuegos en lugar de prevenirlos. Añadió igualmente: “se llevarán a cabo esfuerzos para poder fomentar una infraestructura al lugar y proveer a los habitantes de esta zona de los servicios básicos” y surgen preguntas, sobre el por qué no lo había hecho antes.
Por ello, antes que nada, debe ocuparse en buscar legalizar la droga que se produce en la entidad, ya que eliminar a los narcotraficantes es una utopía y menos acabar con el tráfico de drogas. Habrá que cabildear con los legisladores locales, federales y con el propio gobierno de la república para que se encuentre el camino que permita con ello disminuir la violencia que se genera en ese Estado y en todo el país y buscar la manera de que los grupos que se dedican a este negocio también sean incorporados al comercio de la droga, ya que de lo contrario no habrá camino que permita disminuir la violencia.
Ya México se ha convertido en un panteón y en un lugar de fosas clandestinas, además de que la violencia va en aumento y es hora de que no se hace algo o nada a este respecto. Se reconoce que el camino que se quiere tomar para buscar una solución a este problema es bueno, como por ejemplo la creación de la Guardia Nacional, lo que tomará tiempo en fraguar, pero no se ha reconocido que para que haya resultados, se debe de tomar más tiempo ya que es un proyecto de largo alcance y no de corto plazo.
Por ello, mientras que se tienen resultados, deben aplicarse programas paralelos que incidan en la disminución de la violencia y de los asesinatos que ya tienen récord hasta el 2019, cifras que se estima van en aumento sin parar, lo que está lastimando mucho a la sociedad, que ve con decepción que hay una inacción de las autoridades en este campo.
Lo mismo sucedió con otros programas, como el de las guarderías infantiles, donde de tajo se eliminaron los apoyos, perjudicando a cientos de madres de familia y a pequeños que nada tienen que ver con políticas públicas, cuando hubo voces que solicitaron que se aplicaran planes paralelos y buscar cambiar lo mal que se hacían las cosas por gobiernos anteriores.
Los medios de comunicación y las benditas redes sociales manejan mucha información relacionada con el tema de la violencia, incluso se publican memes que contrastan mucho con los que dice y hace el presidente, como el de que no quiso recibir a la caravana por la Verdad, la Justicia y la paz, ya que argumentó que no quería hacer un chou y las fotos que se difunden van relacionadas con este rubro.
Y para que no se hiciera un chou, los integrantes de esta caravana integraron una comisión de 5 mujeres y 5 hombres para entregar un documento donde presentan su propuesta de buscar y tener la verdad, que haya investigación, justicia, sanción a los responsables y se termine la impunidad, que se repare íntegramente los daños y que nadie más vuelva a sufrir lo que ahora están padeciendo. Buscan que se termine la violencia y se busque y se encuentra a los seres humanos desparecidos, que se repare a quienes han sufrido la anulación de sus derechos, que haya justicia y que se viva en paz.
El caso es que parece que el gobierno federal está actuando de reversa a las demandas de la ciudadanía, cuando el propio presidente ha dicho que es el pueblo el que debe decidir lo que se tiene que hacer en cada caso, lo que no ha sido así con el tema de la violencia. Los hechos hablan de que el primer mandatario está aferrado en buscar el camino que él cree y está seguro, según lo ha manifestado muchas ocasiones para acabar con la violencia, lo que puede ser un buen camino, repito, pero al parecer es una solución a largo plazo, porque no es fácil cambiar la cultura del país en un dos por tres, lo que generará situaciones nada favorables para su gobierno y para todos los mexicanos en general.
