Falta Supervisión en México

Por Alberto F. Mena Mallén

Cuando la autoridad federal y de la Ciudad de México, no supervisan cualquier área u obra a la que hay que revisar con alguna frecuencia, es cuando se presentan problemas que se quieren tapar con lo primero que tienen a la mano, como sucede con muchas situaciones y existen muchos ejemplos que demuestran las afectaciones que se presentan.

Uno de estos casos son los taxistas, que no se prepararon con la llegada de las aplicaciones móviles de internet como Uber, Didi, Beat y Cabify, quienes comenzaron –y aún tienen-, acaparado un gran segmento de los usuarios debido a diversos factores que incidieron en la preferencia de las personas.

Un factor fue el de la inseguridad, ya que se presentaron noticias y hechos detestables en el sentido de que taxistas –libres-, secuestraron a jovencitas y muchachas, mismas que se encontraron muertas días después de denunciar su desaparición, lo que impactó enormemente entre la sociedad capitalina.

Otros elementos que incidieron en el problema fueron los constantes robos, ya sean físicos o por las tarifas, al conocerse una de las mañas que utilizan los taxistas para alterar los taxímetros a su voluntad o no lo utilizan y cobran lo que quieren. Uno más fue el deterioro físico de los vehículos que dan y siguen dando pena cuando uno utiliza este servicio. Claro, no son todos, pero sí, una gran mayoría. También influyó, en muchos de los casos, el aspecto físico de las personas que conducen estos vehículos.

Lo anterior, dio como resultado que las aplicaciones móviles fueran más utilizadas con la consecuente pérdida de recursos para quienes con años en la chamba, poco a poco perdieron clientes, lo que generó protestas para buscar eliminar el servicio móvil que le robó a la clientela.

Tampoco se salvan dichas aplicaciones móviles de problemas, como el robo a pasajeros, secuestro, y otros delitos, que fueron mínimos a los que se presentaron entre los taxistas libres, lo que ocasionó que la gente buscará más a estos servicios. Aquí sí hay cuando menos alguna supervisión con los requisitos que se les solicita a los choferes.

Aquí es donde entran algunos conceptos. ¿Qué es la supervisión? Es la observación regular y el registro de las actividades que se llevan a cabo en un proyecto o programa. Es un proceso de recogida rutinaria de información sobre todos los aspectos del proyecto. Supervisar es controlar qué tal progresan las actividades del proyecto.

Mientras, el control es un proceso mediante el cual la administración se cerciora si lo que ocurre concuerda con lo que supuestamente debiera ocurrir, de lo contrario, será necesario que se hagan los ajustes o correcciones necesarios.

¿Qué es la supervisión en la administración? … Quien supervisa se encuentra en una situación de superioridad jerárquica, ya que tiene la capacidad o la facultad de determinar si la acción supervisada es correcta o no. Por lo tanto, la supervisión es el acto de vigilar ciertas actividades de tal manera que se realicen en forma satisfactoria.

En este caso, primero fallaron los taxistas capitalinos al no iniciar, previo al arranque las aplicaciones móviles, algún encuentro para buscar una alternativa que les permitiera contrarrestar las otras opciones o proyectar su modernización ante la tecnología que les comió el mandado y también falló la autoridad, que al verse presionada por el grupo de estos trabajadores solicitaron eliminar la competencia sin mucha respuesta.

La autoridad, al tener alguna responsabilidad en ello, debe apoyar y coordinar de alguna manera a estos grupos para que se modernicen y se evite “tapar el hoyo después de niño ahogado”, luego de que les cobra impuestos, cuotas y mordidas para mantener al gremio para su servicio electoral, pero como nuestros gobernantes andan en tantas cosas que no voltean a ver cuándo se les vienen los problemas encima hasta que ya lo tienen enfrente, es cuando deciden buscar soluciones que de alguna manera tapen dicho hueco.

Sucedió igualmente con los transportistas que contaminan sin que exista autoridad que les pare el alto, por lo que circulan sin prohibición y sin problemas algunos por las calles de la ciudad. Solo cuando aumentan los niveles de contaminación, particularmente en verano al aumentar la temperatura y tienen la presión social, es cuando buscan algún camino que les detenga las críticas que tanto se merecen. Ello con la afectación a miles de ciudadanos por las medidas recurrentes que se adoptan.

Ahora en invierno, de igual manera, la polución volverá por sus fueros, ya que los contaminantes no se dispersan adecuadamente por el frío y tendremos que esperar que las autoridades “despierten” para evitar que el aire sucio no afecte, particularmente a ancianos y niños.

Igualmente, el transporte público existente tanto en la Ciudad de México, como en el área conurbada con el Estado de México, donde los concesionarios hacen lo que quieren con las tarifas, con las rutas, con el reglamento de tránsito, con los policías quienes no actúan contra el gremio, no sea que se vayan a enojar y dejen de circular para presionar a la autoridad.

Otro de los problemas que se padecen y donde la autoridad es omisa, es en referencia a los baches que parecen más bien cráteres lunares y donde los conductores echan pestes contra el gobierno que no proyecta o supervisa un programa de reparación de bacheo o reencarpetamiento a las autoridades de las alcaldías para evitar, además del daño a los vehículos, un pésimo aspecto para el turismo nacional e internacional, cuando transitan por las calles de la capital.

De la inseguridad, qué podemos decir, cuando muchos ciudadanos la padecen diariamente y donde el gobierno promete y promete que solucionará el problema, pero no proyecta una supervisión o apoyo a los policías para que cumplan bien su trabajo o empleados del poder judicial que siguen estirando la mano para que las denuncias prosperen en forma rápida y adecuadamente.

La austeridad republicana también tiene mucho que ver con la prestación de mejores servicios, ya que, si crece la población, crecen los problemas y crece la chamba del gobierno, pero como quieren ahorrar, lo único que provocan es que se preste mal servicio y no exista más personal para supervisar y tener un mejor control de la chamba que deben de hacer diariamente.

Por lo pronto tendremos que seguir así.

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