Por Jesús Michel Narváez
Se entiende que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador vaya de arriba hacia abajo y que elimine privilegios otorgados a la llamada dorada burocracia. No ha demostrado en qué se utilizan los presuntos ahorros logrados hasta ahora.
Lo que no se comprende es que en aras de la austeridad franciscana, que llegó antes de tiempo, se sacrifique la calidad de vida y se impulse, si se permite decirlo así, la muerte.
Las declaraciones del titular de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett Díaz y de sus colaboradores, Adrián Olvera Alvarado, Director de CFE Generación V., Miguel Alejandro López López, Coordinador de Administración y Servicios, y Miguel Santiago Reyes Hernández, Director General de CFEnergía, son de llamar la atención y ojo, que podrían representar enfermedades crónicas en millones de personas además de romper los acuerdos internacionales firmados por México con respecto al cambio climático.
Por si fuera poco que por órdenes presidenciales se destruyan vastas zonas de manglares y que la Selva Lacandona corra el riesgo de la Amazonia, ahora se ha decidido no generar energías limpias “porque salen muy caras”. Las energías limpias son el futuro de la humanidad.
Según los funcionarios del sistema eléctrico nacional, a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), le sale más barato generar energía a través de una central eléctrica que utiliza turbinas de gas y turbinas de vapor (ciclo combinado) que producirla en parques eólicos.
Como es bien sabido, Bartlett revivió el uso del carbón para beneficiar a un senador de Morena, cuya principal actividad no es la de legislar sino de vender el negro producto que extrae de las entrañas de Coahuila.
En marzo pasado, la Comisión Federal de Electricidad acordó un pedido emergente a productores coahuilenses por 360 mil toneladas de carbón, las cuales se distribuirán en las dos plantas carboeléctricas Carbón I y II, ubicadas en Nava, Coahuila, señaló la oficina de comunicación del senador Armando Guadiana Tijerina.
El legislador informó también que lo anterior se logró en una reunión conjunta con Manuel Bartlett, director de la Comisión Federal de Electricidad; Carlos Morales Mar, director de operaciones de la CFE; el senador Armando Guadiana y Reyes Flores Hurtado, Coordinador del Gobierno federal en Coahuila.
Bartlett le sigue los pasos a Donald Trump, quien en su campaña y después como presidente de los Estados Unidos de América, confirmó que reactivaría el uso del carbón para generar electricidad.
Si bien Washington no es signatario del Protocolo de Kioto y Trump se negó a firmar el acuerdo de París para combatir el cambio climático que afecta a todo el orbe, habría que recordar que México sí los firmó.
¿Es fácil violar los acuerdos internacionales que tienen rango de cumplimiento en la Constitución de México?
La austeridad republicana convertida en franciscana, generará un grave daño a la salud de millones de mexicanos. Primero el carbón, después los manglares ¿qué sigue?
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