Por Arturo Lino Guzmán
Para el turismo, el sector agroalimentario tiene una importancia fundamental toda vez que la gastronomía se basa en la producción de alimentos que se traduce en la preparación de los variados platillos en todo el territorio nacional que han dado el reconocimiento a la cocina mexicana como una de las más sabrosas en el mundo, pero además por la aportación cultural e histórica que representa en el plano internacional.
El valor que tiene la gastronomía mexicana es indiscutible gracias a que somos un país privilegiado en recursos que permiten una diversa y amplia producción agrícola, pero también pecuaria (ganadera) que genera riqueza, pero desafortunadamente no es lo mismo para la mayoría de los campesinos que carecen de apoyos, que viven en la pobreza y en condiciones deplorables porque su trabajo no se traduce en beneficios para ellos. De ahí la importancia de fortalecer todo el sector primario de la economía para que México mantenga ese reconocimiento de que ha sido objeto.
La semana pasada, durante la presentación, en la Ciudad de México, del 10 Festival del Chocolate que se celebrará en Tabasco del 20 al 24 de noviembre, el Subsecretario de Calidad y Regulación de la Secretaría de Turismo federal, Humberto Hernández Haddad, informó que la Organización de Estados Americanos (OEA) cuenta con un programa de financiamiento para apoyar al sector agroalimentario que está asociado estrechamente con el turismo por lo que los productores pueden solicitar recursos a fin de detonar el potencial productivo que tiene el campo.
“El sector agroalimentario es muy importante para el turismo”, dijo el funcionario en la conferencia de prensa a pregunta de Misión Política y pidió al Secretario de Turismo de Tabasco, José Nieves, que a la brevedad busquen una reunión con los representantes de la OEA para que a través de la Oficina Interamericana de Agricultura de ese organismo internacional se vea la posibilidad de que se apoye a los productores de cacao, a fin de industrializar ese fruto, incentivar la producción de la planta y procesarla para elaborar chocolates en sus diferentes presentaciones.
Con este programa, la OEA permite que en la región se aprecien los recursos para transformarlos ya que los campesinos podrán contar con apoyo económico para que logren nuevas presentaciones, desarrollen y comercialicen sus productos originarios y para que los viajeros que andan en busca de experiencias descubran que existe lugares que los sorprenderán con sus riquezas y productos naturales y tomen la decisión de viajar.
“Quién hubiera dicho hace 20 años que el mezcal mexicano tendría éxito en el mercado internacional y hoy tiene presencia en 196 países? Qué pasaría si un día Tabasco tiene la capacidad de comercializar el chocolate que producen y no sólo vender la semilla para que la industrialicen en otros lugares; de lograr un proceso industrial que ponga en la mesa de varios países el chocolate tabasqueño?”, se preguntó el funcionario.
“Sería bueno preparar una estrategia jurídica que vaya no sólo al cuidado del registro legal de la denominación de origen, sino también lo que hoy es igualmente importante que es el registro patentario de propiedad intelectual del proceso de fabricación con el que se hace en una región un producto determinado”, continúo.
“Los métodos con los que hoy a nivel internacional la competencia comercial busca saber si un producto ya está protegido (y hay que pagar regalías al que lo protegió) o si no lo está, porque resulta que es propiedad del que lo presente primero; entonces a la pregunta: ¿por qué estamos trabajando la Sectur con la OEA?, porque esta relación del sector agroalimentario con el turismo se fortalece mutuamente en beneficio de sectores sociales que esperan una oportunidad de desarrollo”, sostuvo.
En este sentido, el titular de Turismo de Tabasco, José Nieves, indicó que el cacao de su entidad ya cuenta con registro a nivel internacional. “En el país se tienen 15 denominaciones de origen, de las cuales desafortunadamente sólo funcionan cuatro, por lo que la intención, en el caso del cacao, es hacer las cosas bien con la creación de normas; ya se trabaja con investigadores de muy alto nivel, se realiza un proceso muy fuerte, avalado por el Fondo Mixto donde hay recursos del Conacyt y del Gobierno del estado.
“Pero también para la cuestión de la denominación de origen se está trabajando en dos aspectos: el chocolate fermentado, que es un proceso creado en Europa, pero también en la denominación de origen de lo que se le llama el “cacao lavado” que es un proceso ancestral mexicano que herencia de los Olmecas. Entonces estamos trabajando para la certificación de un proceso que se reconoce en el mundo pero también del que usamos en México”.
José Nieves aseguró que 95 por ciento del chocolate de Oaxaca es de cacao lavado, no fermentado y entonces “trabajamos en esos dos procesos, el que se gestionó en Europa, del proceso post cosecha como se llama, y el que se generó en México, en este caso el lavado”.
Cabe destacar que la producción de cacao en México es de 30 mil toneladas al año, que es insuficiente para cubrir las necesidades nacionales, aun cuando es una aportación de México al mundo y el consumo per cápita en el país es de 450 gramos, mientras que en Suiza el consumo de chocolate por persona alcanza los 11 kilos al año. A los productores se les paga a 11 pesos el kilogramo, mientras que se puede comercializar hasta en dos mil pesos el kilo.
