Por Nidia Marín
En México llega a su fin la estructura de comunicación social aplicada por lo menos durante los últimos 79 años, aquella que inició como una costumbre y se tradujo en una política sexenal.
Tras el accidente en Sonora, en una gira presidencial, de un transporte de reporteros, rentado por Presidencia de la República u otras autoridades, en el cual resultaron lesionados 10 integrantes de los diversos medios de comunicación (fotógrafos, camarógrafos y reporteros) el Presidente de la República anunció que tomaría el camino más corto: no asumir alguna responsabilidad.
Tácitamente eso dio a entender, ayer en el aeropuerto de Hermosillo, Andrés Manuel López Obrador al señalar que cada quien se rasque con sus uñas o lo que es lo mismo:
“Ya no es como antes, ya no podemos pagar los gastos”, por lo que la mejor opción es que los que no puedan asistir se queden en la Ciudad de México y los fines de semana los medios que tienen corresponsales puedan cubrir sus eventos.
Con tal decisión concluye una larga etapa en materia de comunicación social, iniciada probablemente hace casi ocho décadas, en el gobierno del Presidente Manuel Ávila Camacho, quien estableció durante su mandato una Oficina de Prensa y Relaciones Públicas de la Presidencia de la República, con Manuel Espejel Álvarez al frente de la misma, la cual también se encargaba de las giras de trabajo del mandatario y de los periodistas y fotógrafos que lo acompañarían.
Si bien Plutarco Elías Calles, aseguran, fue el primero en contar con una secretaría de Propaganda y Publicidad (cuyo director sería Melchor Ortega), sería años después cuando ya se tomó en cuenta a los medios de comunicación. En aquellos tiempos sólo estaba la prensa escrita.
Tras el sexenio de don Manuel arribarían a la Presidencia de la República, los denominados “Jefe de Prensa”, “director de Prensa y Relaciones Públicas”, “titular de Comunicación Social, Radio y Televisión, y demás cargos que fueron surgiendo de acuerdo al sexenio en marcha.
Así llegarían a dichas oficinas, con Adolfo Ruiz Cortines el michoacano Humberto Romero Pérez; con Miguel Alemán Valdez, estuvo Manuel Espejel Álvarez; con Adolfo López Mateos, Mario Escurdia; con Gustavo Díaz Ordaz, fue Francisco Galindo Ochoa y también Fernando Garza.
Asimismo (se ha escrito en Forbes), los titulares de prensa y comunicación social fueron posteriormente: con Luís Echeverría Álvarez: Mauro Jiménez Lazcano, Fausto Zapata Loredo y Manuel Alonso; con José López Portillo: Fernando Garza, Rodolfo Landeros y Pancho Galindo Ochoa y con Miguel de la Madrid: Manuel Alonso.
Posteriormente, con Carlos Salinas de Gortari su titular en el área fue primero Otto Granados Roldán y después José Carreño Carlón, en tanto que con Ernesto Zedillo: Carlos Salomón Cámara, Fernando Lerdo de Tejada y Marco Provencio.
Vicente Fox fue quien más jefes de la Comunicación tuvo: Marta Sahagún, Rubén Aguilar, Francisco Ortíz Ortíz, Rodolfo Elizondo y Alfonso Durazo, mientras que con Felipe Calderón Hinojosa estuvieron: Maximiliano Cortázar y Alejandra Sota y con Enrique Peña Nieto: David López y Eduardo Sánchez López.
Todos ellos se encargaron de que los recorridos de los reporteros de prensa escrita, radio y televisión se efectuaran en orden y de proporcionar los medios de locomoción durante los mismos en la República. Ya no.
Hoy, prácticamente inexistente es dicha dependencia de la Presidencia de la República a cuyo frente se encuentra, aseguran, Jesús Ramírez Cuevas.
Y para reafirmar su rechazo a todo lo que huela a medios de comunicación el más reciente anuncio presidencial cierra de un palabrazo aquella política que prevaleció por casi ocho décadas.
¿Qué sigue?
¡Sabrá Dios!