La Llorona: ¿Y Sabe Usted Dónde Están sus Hijos Bajo la Luna de Octubre?

Reportaje

Por Susana Vega López

Espeluznante resulta el grito de La Llorona que, dice la leyenda mexicana, es el espectro de una mujer de largos cabellos que se aparece por las noches llamando a sus hijos pues, hace muchos años, al verse en una situación desesperada, ahogó a sus vástagos que, a la fecha y arrepentida, busca desesperadamente con un lamento desgarrador que grita: “Ayyyyyyy mis hijoooooooos”.

Cihuacóatl, Coatlicue, Tonantzin, Xtabay y otros nombres recibe este ser femenino que se asocia a la conquista de México. Dicen que fue un presagio; el anuncio –hace 500 años- a Moctezuma para avisarle de la destrucción de su pueblo con la llegada de los españoles, donde se le advierte que algo iba a pasar.

Aunque también señala la mujer de hoy que La Llorona somos todas las mujeres que habitamos la tierra. Es por ello que, a través de la música, la danza, el teatro, luz y sonido, desde hace más de un cuarto de siglo se representa esta leyenda en un escenario inigualable como lo es la zona chinampera de Xochimilco.

El objetivo no es espantar a la gente, sino que se conozca la leyenda y la historia de esta mujer: “quién fue en vida y qué la llevó a ser un espectro que está penando pero que sigue siendo una mujer amorosa. Es una mujer, que bien puede ser la de hoy, que llora porque no sabe dónde están sus hijos”, señala Nayeli, quien da vida a La Llorona de Cuemanco desde hace once años, con su voz, su canto, su actuación.

Un espectáculo nocturno donde guerreros xochimilcas ataviados de coloridos penachos elaborados con plumas de aves exóticas, cascabeles, bodipaint, máscaras, pectorales de lentejuelas, sonajas prehispánicas, tambores y más amenizan las funciones que tienen como marco un escenario natural con la luna de octubre como testigo.

El toque del caracol de mar dirigido a los cuatro puntos cardinales, anuncia el inicio de la puesta en escena que cada año cobra más expectación por las novedades que ofrece y que concluye con la semana del Día de Muertos, afirmó  Giovani Zetina, quien representa un guerrero que defiende la ciudad de los españoles.

El blanco tul de La Llorona se pone de acuerdo con el viento para, en su momento, alzarlo y conjuntar la magia con el misterio para darle mayor credibilidad a la leyenda que se cuenta no sólo en México, sino en el mundo entero.

Lo que llama la atención de este cuadro escénico es su presentación en Xochimilco, lugar emblemático Patrimonio Mundial de la Humanidad, que hace que sus chinampas, sus canales, sus trajineras, vibren de noche en un ambiente natural que lo transforma en un digno evento internacional.

En este sitio La Llorona cobra vida, se enaltece toda vez que los habitantes de este poblado semi-rural cuentan historias de que la han visto y escuchado con su desgarrador grito que espanta, que estremece y que desaparece en las aguas donde el ajolote es el amo y señor.

Xochimilco, con sus barrios, sus usos y costumbres que prevalecen hoy en día, se llena de orgullo, se reinventa para, en estas fechas, cobrar mayor relevancia con esta experiencia a la que se espera una afluencia de más de  50 mil visitantes tan sólo en el mes de octubre y la primera semana de noviembre.

Esta producción representa un esfuerzo colectivo de todos los habitantes xochimilcas que, poco a poco, han visto posicionarse a este espectáculo como uno de los atractivos turísticos con mayor fuerza ya que todos ganan con la gran derrama económica que se prevé.

Por cierto, el espectáculo inicia desde que uno llega al lugar pues, camino a los embarcaderos, la gente ofrece café de olla, atole champurrado, de chocolate, guayaba y otras frutas que venden a precios accesibles.

Las vendimias de antojitos están a la vista del paseante: sopes, tacos, pambazos, quesadillas, elotes, esquites, buñuelos, aguas de sabor, manzanas cubiertas de caramelo y algunas más con chilito…

De La Llorona se cuentan muchas versiones y casi siempre se asocia para espantar a los niños y adolescentes quienes, por cierto, en cuanto se acerca la fecha del Día de Muertos, se disfrazan para pedir la “calaverita” que se traduce en dulces o dinero.

No está por demás recordar que en torno a este personaje se han realizado películas, dibujos animados, letras de canciones y obras de teatro y cada región del país tiene su propia versión de esta mujer que recorre con dolor, sufrimiento y sentimiento de culpa calles, callejones, caminos, veredas o se manifiesta en el campo y ciudades de diferentes maneras, pero en todas, la Llorona es un elemento de las leyendas tradicionales de nuestro México.
Todos pueden disfrutar de estas funciones en el embarcadero de Cuemanco donde se recomienda ir muy bien abrigados porque el frío –y en ocasiones la lluvia- cala hasta los huesos.

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