Mamá soy Paquito, no Haré Travesuras…

Los Dados de Dios

*Las Madres son Como los Profesores “Barco”

*Errada Concepción del Decreto de Mayo Pasado

*Fue Sobre la Estrategia Nacional de Seguridad

Por Nidia Marín

No se alcanza a comprender si la actitud del presidente López Obrador al actuar a nombre de las madres ofendidas de los delincuentes (no de los padres quien casi siempre cuando los hijos se descarrían les dicen hasta la despedida) es llevar las creencias de su religión al ámbito de la simple buena voluntad, pero es evidente que no está funcionando y sí causando una mayor irritación en la sociedad.

Y como dijera el poema:

“Mamá, soy Paquito; / no haré travesuras”

“/ Y un cielo impasible/ despliega su curva”.

¡Ayy! ¿Dónde andas Díaz Mirón?

Desconocemos también si su actitud se fundamenta en una concepción errada del planteamiento hecho en el Decreto por el que se aprueba la Estrategia Nacional de Seguridad Pública del Gobierno de la República, publicado en el Diario Oficial de la Federación el 16 de mayo de 2019 y que dice:

“En lo que se refiere a la seguridad pública, la prevención, la procuración e impartición de justicia y el trato oficial a delincuentes presuntos o sentenciados, es necesario abandonar el autoritarismo y la violencia y avanzar a una perspectiva de respeto a las libertades y los derechos humanos y combate a la impunidad. Además de ampliar el catálogo de las prohibiciones vigentes, incrementar las sanciones y construir nuevas cárceles, es necesario ensanchar la soberanía de los individuos y de las colectividades, edificar escuelas y hospitales y diseñar sistemas eficaces de reinserción para los infractores. Se debe transitar de una autoridad vengativa a una autoridad justa, de un estado de persecución a un estado de bienestar y de la ley de la jungla al imperio de la ley”.

Esto es completamente distinto a lo que está haciendo, a la conminación a todos los delincuentes a portarse bien y como lo hizo en Jalisco, Hidalgo y más recientemente en Tamaulipas: “Yo los llamo a que recapaciten y piensen en ellos, pero sobre todo en sus familias, en sus madres, en sus mamacitas. Saben cuánto sufren las mamás por el amor sublime que se le tiene a los hijos. Y ellos tienen que pensar en eso”.

Con ese tipo de palabrería quedan anulados otros contenidos del Diagnóstico que dicen:

“La seguridad de la gente es un factor esencial del bienestar y la razón primordial de la existencia del poder público: el pacto básico entre éste y la población consiste en que la segunda delega su seguridad en autoridades constituidas, las cuales adquieren el compromiso de garantizar la vida, la integridad física y el patrimonio de los individuos.

“Para ello están dotadas de facultades e instrumentos como leyes y reglamentos, organismos de procuración e impartición de justicia y el uso exclusivo de la fuerza pública. Cuando las instituciones son incapaces de utilizar adecuadamente tales potestades y herramientas y fallan en su responsabilidad de preservar la vida, la integridad y la propiedad de las personas y las poblaciones, entra en crisis su primera razón de ser, se debilita el acuerdo que articula las instituciones a la sociedad, se degrada la calidad de vida y se pone en peligro la existencia misma del Estado.

“Los índices de violencia y las cifras de asesinatos ubican a nuestro país en niveles históricos de criminalidad y entre los países más inseguros del mundo. Los altos niveles de violencia han generado costos enormes para la economía y la sociedad. Millones de personas han modificado sus patrones de vida para protegerse y muchos han debido emigrar de sus comunidades para salvaguardar su integridad.

“La sociedad mexicana se encuentra actualmente lastimada por la violencia. Desde hace varios lustros nuestro país es víctima del crecimiento exponencial de la delincuencia en sus diferentes modalidades. La dimensión del problema no puede reducirse al fenómeno del narcotráfico, porque éste sólo representa una de las actividades del crimen organizado y tampoco nos revela la profundidad y extensión de la violencia, que recae cotidianamente sobre las personas. Todos los ámbitos de la vida social y económica están siendo afectados por la delincuencia.

“Más allá del narcotráfico y el crimen organizado, la vida del ciudadano está impactada por los delitos del orden común. En el hogar, en el barrio, en el traslado al lugar de trabajo, en la escuela y al circular por las calles, los mexicanos viven en constante miedo”.

Usted juzgue si lo actual funcionará, aunque sea dentro de 50 años o si es necesario defender a capa y espada el monopolio de la fuerza pública del Estado, su aplicación, así como irrestrictamente la ley y la lucha contra la impunidad, sin conceder nada a los delincuentes de cuello blanco, comunes u organizado.

Pero mientras está Paquito:

“Papá no me quiere. / Está donde juzga / y riñe a los hombres/ que tienen la culpa. / Si voy a buscarlo, / él bota la pluma, / se pone muy bravo, / me ofrece una tunda. / Mamá, soy Paquito; / no haré travesuras”. /

“Y un cielo impasible / despliega su curva”.

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