Espionaje en el Senado

Artículo Invitado

*¿Quién se Beneficia al Conocer la Opinión Panista?

*También de los Debates, Discusiones y Estrategias

*No hay Necesidad de Escuchas Clandestinas

*Molestia por la Invasión del Derecho a la Privacidad

Por Alejandro Zapata Perogordo

Cuando dieron a conocer la noticia de que habían encontrado artefactos para escuchar las conversaciones en la sala de juntas del Grupo Parlamentario del PAN en la Cámara de Senadores, se armó todo un escándalo con su contraparte de Morena al ser los principales sospechosos de esa maniobra.

El espionaje político ha sido una práctica habitual en México, inclusive existían órganos del Estado dedicados a esa actividad, las irrefutables pruebas documentales ahora son archivos públicos en el antiguo Palacio de Lecumberri, donde se localizan infinidad de expedientes que contienen información obtenida de esas añejas prácticas.

Ahora bien, ¿Quién se beneficia de conocer la opinión, debates, discusiones y estrategias de los Senadores del PAN en la Cámara Alta?, al ser un grupo opositor, todo parece indicar un interés de sus adversarios: el bloque gobernante.

No obstante, dados los temas de la agenda, las circunstancias políticas y la tradición legislativa del PAN, ni siquiera existe necesidad de andar realizando escuchas clandestinas, menos ahora que la información flota en el aire y las redes sociales, con un simple análisis es posible prever las posturas de la oposición.

Así las cosas, el enfado de los panistas seguramente no se remite a lo que pudo haber escuchado el espía, sino sobre todo a la invasión de su derecho a la privacidad, principio que evidentemente fue vulnerado. Lo significativo del episodio, consiste además en la intromisión de los responsables a una de las instituciones del Estado con mayor jerarquía, como es la sede del Senado de la República.

Hace unos días el Presidente denunció públicamente que había encontrado unos micrófonos en sus oficinas de Palacio Nacional y ahora resulta el hallazgo en el Senado y quién sabe en qué otros lugares existan, sin embargo, despierta suspicacias el hecho al ubicarse en recintos oficiales donde se localizan las altas esferas del poder.

En ambas situaciones es indispensable llegar al fondo del asunto, aunque para ser sincero tengo severas dudas que eso ocurra o cuando menos que salte a la luz pública, pues los lugares donde estaban los equipos de espionaje son de acceso restringido y bien custodiados, donde no cualquiera puede entrar y menos a espacios reservados.

Tal consideración deja mucho que pensar, aunque para esta administración la explicación de todo aquello que les molesta radica en el pasado, la responsabilidad de cualquier acto, acontecimiento o hecho delictivo es culpa de los antiguos gobiernos, así, queda claro, los equipos de espionaje fueron puestos en la época de Calderón. ¡Que ingenuidad!

 

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